El Museo de Arte Multimedia acoge actualmente una exposición titulada “La vida como una celebración” dedicada al 115 aniversario de la legendaria revista soviética (ahora rusa) Ogoniok (chispa).
Ogoniok fue la revista preferida de generaciones enteras, sus artículos eran discutidos y contados una y otra vez y sus lectores conservaban cuidadosamente carpetas llenas de números de la publicación. El país, la gente y las circunstancias han cambiado, y también cambió Ogoniok aunque la publicación siempre se ha mantenido fiel a su principio de ir dirigida a un amplio número de lectores.
Ogoniok ha sido una publicación ilustrada desde de sus inicios en 1899. Fue la televisión de la era de la pre-televisión, alrededor de la cual se apilaba toda la familia. Tras dejar de existir temporalmente durante los años revolucionarios y renacer en 1923, para el 1925 Ogoniok ya llegó a tener una tirada de medio millón de ejemplares. Durante esos años la fotografía se convirtió en una herramienta poderosa para el joven gobierno soviético.
Ogoniok contrató a los mejores fotógrafos soviéticos: Arcadi Shaijet, Eleazar Langman, Semion Friedliand, Lev Borodulin y, por supuesto, Dmitri Baltermants, que dirigió la sección de fotografía de 1965 a 1990. Los manuales de fotografía de ese tiempo se centraban en las reglas de la disposición y emplazamiento de la cámara y en la elaboración de reportajes supuestamente objetivos.
El canon visual de la revista adquirió su forma definitiva hacia mitades de 1950, que fueron los años de apogeo de Ogoniok como una publicación ilustrada. Los fotógrafos de la revista construyeron la imagen de gente feliz en el país más feliz del mundo. Las proezas del trabajo colectivo, fotografías del nuevo estilo de vida, escenas de la infancia despreocupada y del ocio durante el bien merecido tiempo libre, en las fotografías de Ogoniok todo respiraba el aire de celebración y de expectación.
Durante el tiempo conocido como deshielo de los años 1960, la celebración colectiva se revestía con una capa de felicidad individualizada, cambiando la expresiones faciales, la plasticidad, los temas y la tonalidad de las fotografías.
En los años 1970, con la llegada de la así llamada era del estancamiento, la celebración dejó de ser gradualmente el tema principal de la fotografía soviética. Desde 2009 Ogoniok forma parte de la empresa editora Kommersant y sale publicada en su gran formato habitual con fotografías extra.
Pista de patinaje sobre hielo a una altitud elevada en Alma-Aty, Kazajistán. Espectadores, 1955
Jóvenes intérpretes del Teatro Dramático de Bielorusia Yanka Kupala. Minsk, 1953
Jóvenes leninistas Aliosha Piliayev e Ígor Ushakov. Moscú, 1961
Buena cosecha de trigo recogido en el distrito de Novo-Alexandrovsk, en el Territorio de Stávropol. La trabajadora de la granja colectiva Anastasia Nikoláyevna abraza el grano, 1951
El piloto y astonauta Yuri Gagarin en casa con su esposa Valentina, 1962
Trabajador de la Planta de construcción de locomotoras diésel, delegado del 26 Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética Guennadi Petrujin con su hijo Aleksandr. Región de Kaluga, 1981
Fuente: Rusia hoy