La “Sinfonía Nº 1 en mi menor" Op.35 fue compuesta en 1934 como tesis de graduación del Conservatorio de Moscú. A pesar de seguir la tradición marcada por su maestro Miaskovsky la obra es totalmente personal recogiendo la música popular del Cáucaso, lo cual lo separa de la música rusa. Se estrenó en Moscú interpretada por su Orquesta Filarmónica dirigida por el alemán Eugen Szenkar en el mes de abril de 1935, obteniendo un notable éxito. Una versión revisada apareció en 1960 y Khachaturian la revisa nuevamente publicándola en 1962.
Dividida en tres movimientos está dedicada al 15º aniversario de la Armenia soviética. El primer movimiento, andante maestoso con passione, allegro ma non troppo, empieza con una serie de llamadas. La exposición comienza con un tema de sabor oriental descendente. El tempo se acelera en el segundo tema de carácter rítmico. La sección de desarrollo tiene una gran calidad. Un tercer tema de carácter melódico es acompañado por rápidos pasajes del piano. Este tema sufre un amplio desarrollo. En la parte final todo este material se reúne en una animada sección. Termina con una coda lenta en su revisión final.
El segundo movimiento, adagio sostenuto, empieza en forma de nocturno. Una figura melódica ondulante, semejante al tema del Abschied de Das Lied von der Erde, sigue su camino rodeada por el acompañamiento orquestal. En la parte central escuchamos una de las danzas de carácter folclórico típicas de Khachaturian, que nos recuerda las de su ballet Gayaneh. Luego retorna el tema inicial de un modo más apasionado. Después la música se va calmando para conducirnos a la coda.
El último movimiento, allegro risoluto, es de características rítmicas. Una serie de temas rítmicos se entremezclan. El tema descendente del primer movimiento reaparece, seguido de una serie de meditaciones, hasta que pronto es arrastrado por las figuras rítmicas que nos conducen a la serie de danzas finales.
Una sinfonía que sigue las pautas de la música occidental pero empleando temas transcaucásicos que le dan su fuerte carácter oriental. El resultado es el ennoblecimiento de una música folclórica convirtiendo el sentimiento original en una forma estructurada racional. La diferencia con la música característica rusa es notable. Realiza una fusión que nos recuerda la problemática de los países del Cáucaso, divididos entre dos continentes.
Fuente: Historia de la sinfonía