El guionista Jiří Křižan y el director František Vláčil trabajaron en dos ocasiones en historias dramáticas relacionadas con los años turbulentos de la posguerra. Stíny horkého léta (Sombras de un verano caluroso, 1978) se desarrolla en 1947 en las montañas Beskides. La última adaptación de la novela de Ladislav Fuchs Pasáček z doliny (El pequeño pastor del valle, 1983) también se desarrolla en este lugar. En ambos casos, las vidas de los lugareños se ven perturbadas por paramilitares nacionalistas ucranianos que deambulan por los bosques y buscan desesperadamente una oportunidad para escapar hacia el oeste a través de la frontera.
En esta película, el pastor y antiguo partisano Ondřej Baran (Juraj Kukura), que vive en una remota granja de ovejas en las montañas, se ve obligado a participar en un juego mortal en el que intenta proteger a su familia mientras evita ser absorbido por un mundo malévolo.
Se trata de una historia ambientada en 1947, cuando guerrilleros anticomunistas de derechas ucranianos, que se parecen y se sienten como nazis, intentan abrirse paso a través de Checoslovaquia hasta Austria. Salen del bosque para ocupar la casa rural de una familia y secuestran a un médico para que los ayude a curar a uno de sus heridos.
En el espíritu del drama clásico, el director pone en juego las unidades de acción, tiempo y lugar, creando una sensación magistral de tensión creciente a través de sus métodos característicos: lentes dinámicas, trabajo de cámara inusual y expresivo, escenas al límite medio envueltas en oscuridad, interpretación apagada del elenco, uso de motivos musicales poderosos y también períodos prolongados de silencio.
La clave política de la película reside en que la ocupación de la granja por los nazis ucranianos, sometiendo a sus habitantes (entre los que surgen acciones de heroísmo), puede interpretarse como la ocupación de Checoslovaquia por la Alemania nazi a menor escala.
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