En la década de los sesenta, Juan Genovés comenzó a plantear dos temas: el «individuo solo», resuelto inicialmente como un collage en relieve, y la «multitud», tratado con tintas planas y estructuras plásticas de aspecto cinematográfico. Esta última propuesta, a la que pertenece la obra M131, se concretará con el tiempo en un singular realismo político de fuerte denuncia social, confeccionado a partir de la manipulación de imágenes proporcionadas por los medios de comunicación de masas.
El cuadro, un acrílico sobre tela de gran formato, plantea la representación de una multitud que huye tras unos barrotes, tal vez los de la reja de una puerta o una ventana. Una pintura, como todo su corpus creativo, intencionadamente ambigua y descontextualizada que durante los años sesenta y primeros setenta fue símbolo de la resistencia franquista en España, convertida en emblema de denuncia política contra la dictadura para reflejar la incomodidad y el miedo de la sociedad. Una sociedad formada por una masa, aunque el artista siempre quiso plasmarla figura a figura, diferenciándola con pequeños detalles individuales, a modo de obsesión, para escapar del anonimato y conseguir identificar al personaje que forma parte de un grupo más grande junto a otros. En los últimos años, su obra dio un giro hacia la investigación del movimiento estático en la pintura. La multitud se convirtió en la referencia para hablar del problema de la pintura y el ritmo visual.