Operación Carlota: Comenzó en noviembre de 1975.Nombre con el cual se conoce a la ayuda militar internacionalista prestada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba a la República Popular de Angola, con el objetivo de preservar su independencia e integridad territorial, e impedir una invasión de Sudáfrica por su frontera sur.
Toma su nombre de una esclava negra que lideró una sublevación de esclavos en Cuba.
Cerca de 450.000 cubanos entre médicos, maestros, ingenieros y soldados sirvieron en Angola durante los 16 años que duró la operación.
Una rápida ojeada a lo que es hoy Angola permite mirar hacia atrás y respirar, no sin cierto alivio, desde lo más profundo. Es una nación en vías de desarrollo que ensancha sus perspectivas desde la educación, la salud, el deporte, la industria, el arte; con acceso a toda su población.
Es un país que carga sus esperanzas en un futuro mejor sobre los hombros del empeño, la dedicación, el trabajo, el sacrificio y, sobre todo, del agradecimiento a quienes como Cuba la ayudaron en el gran sueño de alcanzar su soberanía. Por eso, se mira hacia atrás y se respira con alivio, porque entonces sí valió la pena todo lo que se ofreció.
Sería muy triste si hoy Angola no fuera de los angolanos, si no fueran ellos los dueños de las decisiones que marcan el destino de su país… Sería desolador ver una Angola ajena y no próspera desde la unidad nacional y la integridad territorial, no solo por lo que ello significaría para sus habitantes sino también porque para Cuba, este país africano fue el blanco de una solidaridad pura, de una ayuda necesaria y desinteresada.
Catorce mil kilómetros, Atlántico mediante, no fueron obstáculo para que miles de cubanos lucharan, junto al pueblo angolano, contra los invasores del régimen del apartheid. Muchos murieron, no pocos regresaron tristes y psicológicamente afectados y la mayoría perdió la oportunidad de disfrutar momentos importantes en las vidas de sus familias; pero el compromiso con un único ideal de justicia primó en sus mentes y, por ello, en este hemisferio florece mucho orgullo, al sabernos catapulta de un triunfo mundial.
Cuarenta años es, quizás, poco tiempo en la vida de un pueblo y, a la vez, puede bastar para borrar las memorias. Afortunadamente ni el pueblo cubano ni el angolano pueden olvidar lo que el 11 de noviembre de 1975 conmocionó al mundo, cuando Agostinho Neto proclamó la independencia y presidió el país. Y es otra manera de hacer justicia también con Cuba, que desplegó la mayor operación militar en el extranjero, conocida como Operación Carlota.
Valió la pena es el documental que tanto en Angola como en Cuba pretende demostrar la valía del esfuerzo conjunto de ambos países.
Dedicado a Jorge Risquet, quien consagró más de la mitad de su vida a la solidaridad con el continente africano, y a Rolando Díaz Canter, ya fallecido, el documental mostró la Angola actual y, con certeza, removió los sentires de quienes al verlo rememoraron experiencias de esta epopeya.
“Valió la pena porque Angola es un país de pueblo generoso, que no olvida que Cuba hace 40 años dio lo más valioso que tenía, que es su gente, para ayudar a construir ese futuro que hoy es presente, y que es la base del desarrollo hacia el que se encamina esta nación”, aseguró Díaz Canter,
Cuba sigue prestándole ayuda a Angola. Médicos, enfermeros, maestros, deportistas, profesores... brindan sus servicios a ese país, ya hermano, que envía muchos de sus estudiantes a graduarse en el nuestro. Páginas incontables de solidaridad sincera podrán seguirse escribiendo.
Fuente: Cubainformación
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