Entre la nieve del institucional parque Tiergarten y la embajada española en Berlín, a menos no sé cuántos grados, unas 30 personas han escuchado como un amago de orquesta sinfónica interpretaba este viernes la canción Brucia la terra, más conocida como “la del Padrino”. Organizado por el blog de humor Berlunes (“Ellos tienen Mallorca, nosotros tenemos Berlín”), durante 15 minutos la melancólica melodía compuesta por Nino Rota ha servido como vehículo de protesta contra la manía de parte de la clase política en España de salir en los periódicos por actos que conllevan penas de cárcel y escarnio público.
Con cuatro guitarras, dos violines, otro par de flautas traveseras, un violonchelo, un bajo, un saxofón, una melódica, un clarinete y un cantante y otro que hacía de, la protesta ha seguido los cánones de la estructura de un concierto clásico. Afinamiento de la orquesta, entrada del director- Armando Carrillo, uno de los ‘berlinoespañoles’ detrás de Berlunes-, y los dos cantantes, saludo al primer violín y adelante con la actuación.
Aplausos del público y vuelta a empezar. Al final se repartieron 18 cervezas y se aclaró que la mayoría de los participantes habían acudido durante su ‘Mittagspause’, básicamente la hora de la comida en los ultrapuntuales trabajos alemanes, motivado por una crónica en el diario El Mundo de una protesta anterior durante la visita a Berlín del presidente español Mariano Rajoy en la que se tildaba a los que acudieron de “jóvenes parados españoles que se han trasladado a Berlín buscando un trabajo”.
Fue justo esa manifestación el germen de llevar la música de El Padrino a la embajada española. El pasado 4 de febrero, con la canciller Angela Merkel recibiendo a Rajoy en Berlín y los cuadernos con supuestas donaciones, sobresueldos y demás anotaciones de dinero en B del Partido Popular por su extesorero Barcenas en las portadas de los diarios, había convocada una protesta que, se suponía, iba ser frente a la Cancillería alemana. Pero el perímetro de seguridad obligó a realizarla a cientos de metros, en mitad del césped pegado al Parlamento alemán, por lo que las poco más de 300 personas que acudieron no pudieron ver a Rajoy ni con prismáticos.
Lo más parecido fue cuando una comitiva de coches oficiales pasó por la carretera adyacente y los manifestantes se lanzaron al asfalto a gritarles . No está claro que ninguno de los que iba dentro de los vehículos supiera a qué venía la historia. “Sabemos que estas cosas son complicadas”, explica Diego Ruiz del Árbol, otro de los responsables de Berlunes, “así que decidimos preparar unas canciones con la trompeta para animar un poco”. Exactamente el himno del Partido Popular, el de Riego y la canción de El Padrino. “Como fue la que más funcionó” entre la gente y saliendo en algunas radios “decidimos pedir ayuda a unos músicos para convocar esta protesta”.
“No queremos leer ningún discurso ni va a haber pancartas de ningún tipo”, explica Ruiz del Árbol. Además de que el permiso que tienen para la protesta es el “equivalente a una actuación callejera”, no quieren que el mensaje-“estamos gobernados por una mafia”- que pretenden hacer llegar se “contamine”. “Nos parece que en movimientos como el 15-M o los debates políticos las palabras se malinterpretan o se transforman para crear un mensaje interesado”, y concluye, “y como creemos que hemos encontrado la melodía perfecta solo necesitamos a una imagen potente que la acompañe: una orquesta sinfónica a menos no sé cuantos grados entre la nieve”.
Al final de la actuación Ruiz del Árbol entregó a Carrillo un sobre.
Fuente: Carlos Carabaña (Yorokobu)