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"LA MUERTE DE UN MILICIANO", DE ROBERT CAPA

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La muerte de un miliciano
Robert Capa
1936
38,8 x 48,8 cm
Blanco y negro
En gelatina de plata sobre papel


La imagen de la Muerte de un miliciano pertenece a una secuencia que muestra al hombre en cuestión entre un grupo de soldados saltando un barranco y disparando hacia el otro lado. La revista Vu publicó la fotografía justo encima de otra de un hombre que caía a su vez exactamente en el mismo lugar. Aunque algunos autores han afirmado que las dos fotos retratan al mismo hombre, tras un minucioso análisis, no hay duda de que son dos hombres distintos. En una de las fotografías de la serie aparecen los dos hombres alineados junto a otros camaradas agitando los rifles. El hombre de la famosa fotografía aparece en el extremo izquierdo; el otro es el tercero desde la izquierda. Éste lleva unas cartucheras en unas correas que cruzan su pecho en forma de X, en contraste con las correas verticales paralelas típicas del diseño de Alcoy.

En la serie de las fotos de Capa parece que el fotógrafo corría junto a los soldados cuando éstos iniciaban su ataque alsaltar el barranco. Tras tirarse de frente al suelo para disparar un par de veces, los soldados inician su ataque descendiendo una ladera expuesta, en la que por lo menos dos hombres resultaron abatidos al entrar en el radio de las balas enemigas. Es obvio que Capa estaba muy cerca del suelo y que apuntó con la cámara hacia arriba cuando captó la imagen de la Muerte de un miliciano y permaneció en esa posición relativamente segura al menos el tiempo suficiente como para fotografiar la caída de otro hombre.

Fuente: Richard Whelan, biógrafo de Robert Capa, en Capa: Cara a Cara, Fotografías de Robert Capa sobre la Guerra Civil española, Centro de Arte Reina Sofía, 1999.

La fotografía “El miliciano muerto” muestra el momento del desplome de un soldado ante el “supuesto” impacto de unabala enemiga. Este instante fugaz queda detenido en el preciso momento en que el miliciano, con los pies sobre el terreno inclinado de una colina –aparentemente un campo de cereal- y sus largas piernas en escorzo, se desprende de su fusil. Losbrazos en cruz con la camisa arremangada y las típicas “espardenyes” de huertano.

Su cabeza tocada con el gorro isabelino oficial. El protagonista tiene los ojos cerrados y su rostro difuminado ofrece una expresión serena enmarcada sobre un paisaje rural en el que podemos apreciar hasta dos cadenas montañosas.

(Inicio del análisis de la imagen fotográfica realizado por Hugo Doménech Fabregat, del Grupo ITACA-UJI. Descargar análisis completo en: http://www.analisisfotografia.uji.es/root/analisis/muestras/0024a-Robert%20Capa.pdf)

SE PUBLICA "EL FRENTE POPULAR. VICTORIA Y DERROTA DE LA DEMOCRACIA EN ESPAÑA" EN EL 80 ANIVERSARIO DEL TRIUNFO ELECTORAL

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EL FRENTE POPULAR. VICTORIA Y DERROTA DE LA DEMOCRACIA EN ESPAÑA
MARTÍN RAMOS, JOSÉ LUIS
ISBN: 978-84-944272-5-1
Editorial: PASADO & PRESENTE
Número de páginas: 433
Dimensiones: 14x22
Precio: 22 €


El pasado 16 de febrero se cumplió el 80 aniversario de la victoria del Frente Popular en las últimas elecciones democráticas antes de la Guerra Civil. Un frente de izquierdas transversal (¡de 17 partidos!) que supuso una subversión realmente revolucionaria en la política española. El breve gobierno del Frente Popular es una época confusa, muy compleja y agitada, a menudo esgrimida por la historiografía franquista como la causa definitiva de la guerra. Jose Luís Martín Ramos clarifica los conceptos, explica a través de documentos y testimonios clave las vicisitudes de un gobierno legítimo y democrático que desde el primer día tuvo que hacer frente a intentos de golpes de estado, violencia y presiones de la derecha española y, en especial, de la Falange.

168 ANIVERSARIO DE LA PUBLICACIÓN DEL MANIFIESTO COMUNISTA

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PRÓLOGO DE MARX Y ENGELS A LA EDICIÓN ALEMANA DE 1872

La Liga Comunista, una organización obrera internacional, que en las circunstancias de la época -huelga decirlo- sólo podía ser secreta, encargó a los abajo firmantes, en el congreso celebrado en Londres en noviembre de 1847, la redacción de un detallado programa teórico y práctico, destinado a la publicidad, que sirviese de programa del partido. Así nació el Manifiesto, que se reproduce a continuación y cuyo original se remitió a Londres para ser impreso pocas semanas antes de estallar la revolución de febrero. Publicado primeramente en alemán, ha sido reeditado doce veces por los menos en ese idioma en Alemania, Inglaterra y Norteamérica. La edición inglesa no vio la luz hasta 1850, y se publicó en el Red Republican de Londres, traducido por miss Elena Macfarlane, y en 1871 se editaron en Norteamérica no menos de tres traducciones distintas. La versión francesa apareció por vez primera en París poco antes de la insurrección de junio de 1848; últimamente ha vuelto a publicarse en Le Socialiste de Nueva York, y se prepara una nueva traducción. La versión polaca apareció en Londres poco después de la primera edición alemana. La traducción rusa vio la luz en Ginebra en el año sesenta y tantos. Al danés se tradujo a poco de publicarse.

Por mucho que durante los últimos veinticinco años hayan cambiado las circunstancias, los principios generales desarrollados en este Manifiesto siguen siendo substancialmente exactos. Sólo tendría que retocarse algún que otro detalle. Ya el propio Manifiesto advierte que la aplicación práctica de estos principios dependerá en todas partes y en todo tiempo de las circunstancias históricas existentes, razón por la que no se hace especial hincapié en las medidas revolucionarias propuestas al final del capítulo II. Si tuviésemos que formularlo hoy, este pasaje presentaría un tenor distinto en muchos respectos. Este programa ha quedado a trozos anticuado por efecto del inmenso desarrollo experimentado por la gran industria en los últimos veinticinco años, con los consiguientes progresos ocurridos en cuanto a la organización política de la clase obrera, y por el efecto de las experiencias prácticas de la revolución de febrero en primer término, y sobre todo de la Comuna de París, donde el proletariado, por vez primera, tuvo el Poder político en sus manos por espacio de dos meses. La comuna ha demostrado, principalmente, que “la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina del Estado en bloque, poniéndola en marcha para sus propios fines”. (V. La guerra civil en Francia, alocución del Consejo general de la Asociación Obrera Internacional, edición alemana, pág. 51, donde se desarrolla ampliamente esta idea) . Huelga, asimismo, decir que la crítica de la literatura socialista presenta hoy lagunas, ya que sólo llega hasta 1847, y, finalmente, que las indicaciones que se hacen acerca de la actitud de los comunistas para con los diversos partidos de la oposición (capítulo IV), aunque sigan siendo exactas en sus líneas generales, están también anticuadas en lo que toca al detalle, por la sencilla razón de que la situación política ha cambiado radicalmente y el progreso histórico ha venido a eliminar del mundo a la mayoría de los partidos enumerados.

Sin embargo, el Manifiesto es un documento histórico, que nosotros no nos creemos ya autorizados a modificar. Tal vez una edición posterior aparezca precedida de una introducción que abarque el período que va desde 1847 hasta los tiempos actuales; la presente reimpresión nos ha sorprendido sin dejarnos tiempo para eso.

Londres, 24 de junio de 1872.

K. MARX. F. ENGELS.

PROLOGO DE ENGELS A LA EDICION ALEMANA DE 1883

Desgraciadamente, al pie de este prólogo a la nueva edición del Manifiesto ya sólo aparecerá mi firma. Marx, ese hombre a quien la clase obrera toda de Europa y América debe más que a hombre alguno, descansa en el cementerio de Highgate, y sobre su tumba crece ya la primera hierba. Muerto él, sería doblemente absurdo pensar en revisar ni en ampliar el Manifiesto. En cambio, me creo obligado, ahora más que nunca, a consignar aquí, una vez más, para que quede bien patente, la siguiente afirmación:

La idea central que inspira todo el Manifiesto, a saber: que el régimen económico de la producción y la estructuración social que de él se deriva necesariamente en cada época histórica constituye la base sobre la cual se asienta la historia política e intelectual de esa época, y que, por tanto, toda la historia de la sociedad -una vez disuelto el primitivo régimen de comunidad del suelo- es una historia de luchas de clases, de luchas entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, a tono con las diferentes fases del proceso social, hasta llegar a la fase presente, en que la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime -de la burguesía- sin emancipar para siempre a la sociedad entera de la opresión, la explotación y las luchas de clases; esta idea cardinal fue fruto personal y exclusivo de Marx
Y aunque ya no es la primera vez que lo hago constar, me ha parecido oportuno dejarlo estampado aquí, a la cabeza del Manifiesto.

Londres, 28 junio 1883.

F. ENGELS.

DESCARGAR "MANIFIESTO COMUNISTA" EN PDF: http://www.pce.es/descarga/manifiestocomunista.pdf

MÁS DE MIL PERSONAS PROTEGEN ESTATUA DE LÍDER MAOISTA ANTE PLAN DE DERRIBO DE LAS AUTORIDADES

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Fueron los propios vecinos los que levantaron la estatua. Es en la ciudad natal del exdirigente chino Hua Guofeng.


Más de mil personas se han congregado fuera del lugar donde está enterrado un exlíder del Partido Comunista de China (PCCh) en la provincia norteña de Shanxi para protestar contra la intención de las autoridades de derribar una estatua en su memoria.

Según publica el diario hongkonés South China Morning Post (SCMP), fueron los propios vecinos los que levantaron la estatua de bronce de Hua Guofeng, a quien Mao Zedong eligió para sucederle de 1976 a 1981, a finales de enero en Jiaocheng (Shanxi), ciudad natal del exdirigente.

Menos de un mes después, a mediados de febrero, con motivo del 95 aniversario del nacimiento de Hua, algunos residentes de Jiaocheng detectaron indicios de los planes de las autoridades para derribar la efigie.

"La estatua estaba cubierta con telas rojas y había un andamio a su alrededor, así que la gente empezó a proteger la estatua", explicó un vecino a la página Sina.cn., según recoge el SCMP.

Algunas fotografías y vídeos publicados en redes sociales muestran a una multitud alrededor de la escultura y a la policía intentando dispersar a los vecinos.

Las protestas continuaron al menos hasta el jueves, a las que se sumaron ciudadanos de otras provincias, por lo que el plan de derribar la estatua se encuentra detenido por el momento, señala el diario.

Aunque Hua fue sólo un líder de transición entre Mao y Deng Xiaoping, sigue siendo una figura muy respetada en su provincia, y algunos de los residentes que acudieron a protestar manifestaron su preocupación acerca de que el plan de derribar la estatua indica una última intención de las autoridades de abandonar el maoísmo.

Una estatua de Mao Zedong sentado, de 37 metros de altura, que se había convertido en la más grande de China dedicada al Gran Timonel, fue demolida el pasado mes en la provincia central de Henan por "carecer de la aprobación de las autoridades"

Mao sigue siendo venerado en China como el fundador del actual régimen, como prueba el hecho de que su retrato y su cuerpo embalsamado se encuentren en el corazón simbólico de la República Popular, la plaza de Tiananmen.

Sin embargo, los actuales líderes chinos, con el presidente Xi Jinping a la cabeza, intentan reducir en la medida de lo posible los homenajes al maoísmo por ser también una época de triste recuerdo, con grandes dramas como la Revolución Cultural o las hambrunas del Gran Salto Adelante.

Fuente: 20minutos

LA CANTANTE SAHARAUI AZIZA BRAHIM PUBLICA SU NUEVO DISCO "ABBAR EL HAMADA"

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"Abbar el Hamada". Fecha de lanzamiento: 4 de Marzo, 2016 en Glitterbeat Records

Nacida en un campamento de refugiados saharauis en el desierto de Argelia y afincada en el exilio desde hace más de dos décadas (primero en Cuba y actualmente en Barcelona), la vida de Brahim y su música encarnan tanto la tragedia como las esperanzas de la experiencia diaria de refugiados y migrantes. Como los muros y las fronteras se están levantando de nuevo a lo largo de Europa y otros rincones del mundo, la existencia poética cantada apasionadamente por Aziza Brahim es especialmente oportuna y profunda.

Abbar El Hamada (A través de la Hamada)

Una mirada a mi alrededor después de cuarenta años de ocupación, de exilio, de diáspora. Un diálogo. Un diálogo entre emigrantes, refugiados y estacionarios; entre patriotas, expatriados y apátridas; entre emplazados, aplazados y desplazados; entre nómadas y sedentarios; entre saharianos, subsaharianos, norsaharianos y saharauis. Entre países, entre culturas, entre generaciones, entre tribus, entre creencias, entre personas... Personas sin más recursos que la palabra, la voz y la piel de sus manos y sus tambores. Sin otra intención que la de convertir la angustia en canciones, transformar la situación mediante la música, mediante la imaginación, aunque solo sea apenas un momento. A través de las vallas, las barreras, los campos, los barrotes, los muros, las alambradas, los mares, las cordilleras, los ríos, las fronteras. A través de la Hamada.

Aziza Brahim

RESEÑA DE "CHOCOLATE", DEL ESCRITOR COMUNISTA ALEKSANDR TARÁSOV-RODIÓNOV

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Chocolate
Aleksandr Tarásov-Rodiónov
Círculo d’Escritores Olvidados
2015

La introducción de Joana Szipowska, autora también de la traducción, valiosas anotaciones y un epílogo, nos acerca a la trayectoria vital de Aleksandr Ignátievich Tarásov-Rodiónov. Nació este en 1895 en Astraján, muy cerca de donde el Volga, deshecho en mil brazos, entrega sus aguas al mar Caspio, en una familia acomodada, y estudió luego en Kazán, graduándose como oficial en la academia militar de esta ciudad en 1916. Miembro desde muy joven del partido bolchevique, en febrero de 1917 acude a San Petersburgo y participa en todas las revoluciones de ese año. Combate después en la guerra civil, y cuando en el campo rojo se produce un enfrentamiento entre Stalin y Trotski en las batallas por Tsaritsin (más tarde Stalingrado, hoy Volgogrado), toma partido por Stalin. Esto le vale conseguir en 1925 un importante cargo en la Editorial Estatal (Gosizdat).

Publicada en 1922, Chocolate, como nos explica Joana Szypowska en su epílogo, se basa en hechos reales ocurridos en 1919 en la Checa de Petrogrado, cuando uno de sus miembros inicia una relación sentimental con la compañera de un especulador detenido y ella se sirve de él para lograr la liberación de este y algunos otros a cambio de favores y artículos de lujo (como el chocolate del título). La conclusión del proceso fue el fusilamiento de los tres vértices del triángulo. La novela, que resultaba inoportuna en los comienzos de la NEP por recordar las ejecuciones sumarias de burgueses que se querían hacer olvidar, era muy apropiada sin embargo en la campaña contra Trotski que arrancaba por entonces, pues presenta una transparente caricatura de este como antipático instructor del proceso.

Una nueva versión en 1925, revisada por el propio Stalin, no encuentra voces críticas, pues los trotskistas ya eran menos influyentes. En 1927, 1928 y 1930 vuelve a reeditarse, seguramente porque su visión de una justicia convertida en despiadada trituradora de los enemigos de clase marcaba bien el signo de los tiempos. Cuando la represión se agudiza, Tarásov-Rodiónov, que había viajado en 1931 a Berlín para tratar de devolver a la madre patria al exiliado Vladímir Nabókov, tenía demasiadas papeletas para que lo consideraran un espía alemán. Arrestado en abril de 1938, en septiembre es ejecutado. Chocolate con su lógica de exterminio y paisajes de avidez y locura, nos trae imágenes en sepia de la Rusia que acababa de superar la guerra civil.

Jesús Aller (Fuente: Rebelión)

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/

"CUBA VA", DOCUMENTAL DEL CINEASTA BRITÁNICO FELIX GREENE

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En 1971, un cineasta británico llegó a Cuba, siguiendo la ruta de Chris Marker, Joris Ivens, Theodore Christensen y Agnès Varda, cineastas europeos que vinieron a conocer de primera mano la Revolución y dejar constancia gráfica de su experiencia.

Este escritor, periodista y realizador, se nombraba Félix Greene, y era primo del afamado escritor Graham Greene. Su viaje a la isla, coordinado con el ICAIC, lo efectuaría después de tener similares experiencias y rodar en otros países como China y Vietnam.

¡Cuba va!, título del documental que filmara Greene en Cuba, contó con argumento y guion propios, y además fue fotografiado y narrado por el cineasta, quien en su posproducción recibió el apoyo de su familia.

El documental, de 73 minutos de duración, recoge los avances de la Revolución y hace un énfasis especial en la música y, en general, en la cultura del país. Los miembros del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (GESI), Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, interpretan sus canciones, entre ellas el hoy tan famoso tema ¡Cuba Va!, compuesto especialmente por el Grupo para este filme. De ahí que se escogiera este documental para presidir el homenaje que la Cinemateca de Cuba rinde al GESI en el programa del presente mes.

El director Greene, quien falleciera en 1985, nunca exhibió este documental en un cine. Lo mostró en su Cine Club y en su sindicato, por lo que la exhibición de este material en Cuba constituye un estreno absoluto.

"TRABAJADORA DEL KOLJÓS EN BICICLETA", DE ALEKSANDR DEINEKA

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Trabajadora del koljós en bicicleta
Aleksandr Deineka
1935
Óleo sobre lienzo
120 x 220 cm
Museo Estatal Ruso, San Petersburgo

El mayor triunfo de Deineka en 1935 fue su exposición individual en Moscú, que constaba de 119 obras. Prefirió exponer solamente las más recientes —incluyendo muchas de sus pinturas basadas en temas de su viaje al extranjero— e importantes pinturas basadas en sus komandirovka a granjas colectivas en la región de la cuenca del Don en el verano de 1935, como su estupenda Trabajadora del koljós en bicicleta.

Característicamente innovadora en su composición, con la mujer ataviada con un vestido fluorescente contra un fondo verde vivo y plano, también ofrecería una visión idealista, si no directamente falsa, de la vida de la granja colectiva: en realidad, pocas granjas poseían el tipo de cosechadora que se ve en la distancia, y la bicicleta era un raro objeto de consumo muy codiciado en la Rusia soviética —en la escasez de la década de los 30—, que era distribuida como recompensa de primer nivel únicamente a aquellos trabajadores y granjeros colectivos que lograban las más altas cotas productivas.

Ciertos críticos advirtieron que algunas de las obras de la exposición de Deineka eran, como esta, demasiado “esquemáticas” —una palabra en clave para decir “formalista”— pero, en general, elogiaban su inventiva y su originalidad. En los periódicos aparecieron más de 25 reseñas y críticas acerca de la exposición, que fue recibida como uno de los acontecimientos artísticos más importantes de la temporada. La exposición se trasladó a Leningrado a comienzos de 1936 y, al parecer, Deineka se encontraba en la cima del mundo artístico soviético: su vida, al menos la suya, había mejorado y era más alegre con el advenimiento del sistema del arte soviético establecido.

Fuente: ALEKSANDR DEINEKA (1899-1969). Una vanguardia para el proletariado. Fundación Juan March

DRAMA Y EFERVESCENCIA EN LA VANGUARDIA RUSA

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La Albertina de Viena muestra obras maestras de Chagall a Malevich

En ningún otro momento de la historia del arte proliferaron, con tal rapidez e intensidad, escuelas y asociaciones artísticas como en la década transcurrida entre 1910 y 1920, y cada uno de esos colectivos tuvo su propio programa, si bien todos se dirigieron a combatir tradiciones.

Uno de los escenarios de aquella gran efervescencia creativa de comienzos del siglo pasado fue Rusia, y a las obras maestras de grandes artistas de aquel periodo la Albertina vienesa les dedica hasta el 26 de junio la muestra “Chagall to Malevich. The Russian Avantgardes”, que incluye trabajos de Mikhail Larionov, Natalia Goncharova, Kazimir Malevich, Kandinsky o Marc Chagall, es decir, recorre el desarrollo dinámico de las vanguardias en el país desde el primitivismo al cubofuturismo y el suprematismo, y, en línea paralela, rastrea la evolución del expresionismo figurativo a la abstracción pura.

El objetivo de la muestra es que el público austriaco pueda experimentar las tensiones visuales inherentes a esta fase del arte ruso, que se nutrió de la influencia de vanguardias europeas como el fauvismo y el cubismo a través de trabajos de Van Gogh, Matisse, Picasso y Braque y que también incorporó rasgos del folclore y la tradición pictórica del país.

Buscando una pintura pura y una abstracción llevada al límite, los artífices del suprematismo (Kazimir Malevich, Ivan Kliun u Olga Rozanova) y los del constructivismo (El Lissitzky, Rodchenko) tuvieron en común con creadores figurativos que cultivaron formas más tradicionales (Marc Chagall, Boris Grigoriev, Pavel Filonov) su intento de romper, hasta allí donde pudieran, con el pasado; los primeros tratando de negarlo radicalmente, los segundos haciendo referencia a él.

Otro de sus propósitos claros fue alcanzar una síntesis entre el arte moderno de Europa Occidental y las expresiones folclóricas de la Oriental, generando en ese camino los movimientos artísticos independientes que antes mencionamos: neoprimitivismo, rayonismo, cubofuturismo, suprematismo y constructivismo.

En ocasiones, el estalinismo sofocó sus manifestaciones; otras veces orientó a sus creadores hacia el realismo socialista.

La mayor parte de los artistas ligados a estas tendencias tomaron fuerza en sus posiciones de vanguardia cuando Lenin inició la revolución de 1917 e identificó al partido comunista como “vanguardia de la clase obrera”. Muchos recibieron con entusiasmo los postulados bolcheviques, contemplándose a sí mismos como innovadores futuristas: fue el caso de Larionov, Goncharova, Malevich, Popova, Exter, Chagall, Kandinsky, Lissitzky y Rodchenko.

La caída de las vanguardias coincidió con la llegada de Stalin al poder en 1924, que fue precedida por la emigración de Chagall a París y de Kandinsky a Weimar, para formar parte de la Escuela Bauhaus, a inicios de los años veinte.

En 1932 aquella primera unión simbólica entre el estado soviético y las vanguardias llegó definitivamente a su fin: los grupos y organizaciones que no comulgaran con el realismo socialista fueron obligados a disolverse. El suprematismo de Malevich fue condenado como una degeneración formalista, se cerraron sus exposiciones y muchos artistas fueron detenidos o perseguidos.

La utopía de una nueva sociedad que en el 17 fue acogida con euforia y la puesta en marcha de un espíritu artístico vanguardista que pudiera extenderse a la vida cotidiana se derrumbó.

La exhibición de la Albertina ilustra la extraordinaria variedad de tendencias estéticas, lenguajes formales y teorías surgidas entonces, la llamada “simultaneidad de lo no silmultáneo” que mencionó Bloch, y también atiende a las actividades educativas que estos artistas iniciaron.

La muestra ha sido organizada en colaboración con el State Russian Museum de San Petersburgo.

Fuente: masdearte









"EL AÑO QUE MATARON A SALVADOR", DE LOQUILLO, EN EL 42 ANIVERSARIO DE LA EJECUCIÓN DE SALVADOR PUIG ANTICH

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"EL AÑO QUE MATARON A SALVADOR", DE LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS

El año que mataron a Salvador
yo tenía 13 años,
hijo del silencio acumulado
por un ejército de hombres derrotados, derrotados.

El año que mataron a Salvador
España en blanco y negro,
frente al mar a la deriva
mi niñez partida en dos,
mi niñez partida en dos,
mi niñez partida en dos.

El día que mataron a Salvador
sin a penas preferencias,
colgué su foto en la pared
nadie a quien obedecer,
todo estaba por hacer,
todo estaba por hacer,
todo estaba por hacer.

El año que mataron a Salvador
los días se inventaban,
el año que mataron a Salvador
la vida me estrenaba,
el año que mataron a Salvador
olía a juventud,
el año que mataron a Salvador
coraje y esperanzas.

SE EDITA "RESPONSO... A LA POESÍA MUERTA", LA LARGA ELEGÍA DE LEÓN FELIPE DE HOMENAJE A ANTONIO MACHADO

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Responso... a la poesía muerta
León Felipe.
Prólogo: Salvador López Arnal
Dyskolo Ediciones
Edición: febrero 2016 

Dyskolo rescata ahora de la censura y el olvido esta larga elegía como homenaje a Antonio Machado y a León Felipe

Fue leído por su autor el 14 de abril de 1949 en México, en el décimo aniversario del fallecimiento de Antonio Machado. Pero tuvieron que pasar casi 30 años para que alguien en España lo publicara.
La revista Triunfo lo hizo en septiembre de 1978, muerto ya el dictador, pero también su autor... diez años antes.

PRÓLOGO

Poesía desde abajo y para los de abajo de un “poeta condenado de España, ya próximo a enloquecer y enmudecer”


Dyskolo ha tenido el acierto (¡para que no habite el olvido!) y el reconocimiento a ellos debido de recuperar y reeditar un poema, un gran poema, del injustamente olvidado o no suficientemente recordado León Felipe, el autor de aquella Antología rota editada por Losada que tanto conmovió y enseñó a jóvenes de mi generación. Lo hace, además, este 22 de febrero, 77 años después del fallecimiento en Colliure, “estos días azules, y este sol de la infancia”, de Antonio Machado. La tumba machadiana, el lugar de descanso de alguien que nos dejó umbrío por la pena y la desesperación, y muy ligero de equipaje, casi desnudo, sigue llena de notas, de homenajes, de visitas populares y de flores rojas, amarillas y violetas. Así ha sido durante muchos, muchos años. Francisco Fernández Buey nos acompañó en una ocasión de celebración republicana. No por causalidad, ese mismo día, junto a un grupo de amigos (entre ellos dos grandes poetas machadianos, Miguel Casado y Olvido García Valdés), visitamos también el memorial Benjamin y la maternidad de Elna. León Felipe nos hubiera acompañado con gusto y emocionado. También por esto: uno de los amigos asistentes, el principal discípulo del autor de “Amor y revolución” y de La gran perturbación, hablo del profesor de la UPF Jordi Mir García, tiene una hija muy pequeña al que él y su compañera Paula han llamado Elna. Par que habite el recuerdo.

Responso… a la poesía muerta, el poema que el lector/a tiene ante sus ojos, fue leído por León Felipe un 14 de abril. Fue en México, ¡siempre, siempre en el corazón republicano!, y en 1949 en el décimo aniversario del fallecimiento de Machado, amigo y compañero del poeta asesinado, de Federico García Lorca, del que por supuesto León Felipe también habla en su poema.Triunfo, “la inolvidable” para nosotros, aquella revista de portada negra con grandes letras blancas en recuerdo del Chile de Salvador Allende y la Unidad Popular, tras aquel 11 de septiembre tan cercano a nuestro 18 de julio de 1936, lo publicó gracias a Alejandro Finisterre. El 16 de septiembre de 1978, una década después de la muerte del autor de Antología rota.

Dyskolo ediciones, con esta magnífica edición, homenajea al mismo tiempo a León Felipe, a Antonio Machado y a una de las grandes publicaciones de la cultura antifranquisma, Triunfo. Eduardo Haro Tecglen y Manuel Vázquez Montalbán, entre otros, fueron dos de sus principales colaboradores. Muchos jóvenes de los años sesenta y setenta intentábamos aprender sobre “este mundo grande y terrible” leyéndola, devorándola, y aprendiendo al mismo tiempo a amar el teatro, el flamenco, la poesía y el cine.

Un responso es un responsorio que, separado del rezo, se dice por los difuntos. En el rezo, el responsorio es la serie de preces y versículos que se dicen después de las lecciones en los maitines y después de las capítulas en otras horas. El difunto es aquí Antonio Machado. Es León Felipe quien habla con su voz, su sentir y su decir inconfundibles. Pero, ¿cuál es aquí esa serie de preces y versículos en este caso? Unos que no siempre han estado suficientemente presentes en la poesía castellana, en la poesía universal, versos que hablan de verdad, de belleza, de dignidad, por supuesto, pero también de injusticia, de miedo, de rabia, de impotencia, de tragedia y de verdadera paz.

De injusticias y agravios, decía, como éste: “Aún tiene oro y joyas el Papa, el Gran Mago de Roma, para fabricar una espada de diamantes y regalársela simbólicamente al caudillo criminal de las Españas... al sapo iscariote y ladrón. ¡Aleluya, sacerdotes, mercaderes de la Cruz y cardenales! Todo lo vuestro se ha salvado también. ¡Pero habéis asesinado el amor!”

Su paz, la paz de León Felipe, no es la paz de la imposición, la paz de los cementerios, del genocidio criminal, de los ¡25 años de paz”, es decir, de muerte y represión: “La paz no la puede pedir nadie..., menos el criminal. Ni imponerla nada..., menos la bomba atómica. Ni impetrarla un Pontífice cuando se le antoje... y se le puede antojar cuando aún tiene sus vestiduras llenas de sangre. La paz cumple... viene... llega sola cuando al principio de amor y de armonía no lo han violentado la ambición y el egoísmo de los hombres”.

No hay que pedir la paz, clama el poeta. “Hay que salvar la Justicia, dándolo todo por ella”. Su justicia es la justicia que defendía Don Quijote, una figura tan querida y próxima a la poesía y al estar en el mundo de León Felipe, loco y sin armas también. “Pero él fue quien nos dijo: La Justicia se defiende con una lanza rota y con una visera de papel. Antes había dicho Cristo: La luz de la Justicia la ganaréis con una corona de sarmientos y con un cetro de caña de escoba”. Pero los católicos, añade el poeta quijotesco y machadiano, “hoy han vestido a Jesús con las insignias de un Emperador romano... y los protestantes le han puesto la bomba atómica en la mano a la Estatua de la Libertad... para que nadie pida Justicia sobre la Tierra”.

El poeta, sin embargo, no se rinde. No es un poeta cortesano, no es un servidor. León Felipe seguía siendo, lo fue siempre, hasta el final de sus días, un poeta rebelde, un ser humano digno y en pie: “Gobernantes, generales, arzobispos: habéis ganado todas las batallas de la Tierra... ¡Todas! Pero los poetas... todos los poetas del mundo han muerto. Y no habrá quien componga la canción de la Victoria. ¿Oísteis? ¡No habrá quien componga la canción de la Victoria!”

¿Quién es entonces verdaderamente León Felipe? “Yo no soy el prólogo de la comedia... ni el sacristán mayor que abre, en el alba, la puerta sagrada del templo”. Así abre el responso dedicado a su maestro y amigo. Nunca hubo templos en su poesía. Ni tampoco ocultamientos ni ambigüedades: “¡Eh, señores del Capitolio y del Vaticano!.../ Con los tubos sobrantes de vuestros fusiles y cañones/ construiréis los órganos de las futuras catedrales... Su gran poesía de mañana “nacerá para engordar las pesadillas”.

Los vientos de esperanza, de humanidad, estamos, escribe y habla en 1949, cuatro años después del fin de la II Guerra Mundial pero también del lanzamiento de las dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki y de la irrupción del nuevo, terrible y prolongado enfrentamiento, hieren de muerte la esperanza de las clases desfavorecidas del mundo: “Porque lo que se ha muerto... es la canción./ ¿Oísteis? En todo el mundo se ha muerto la canción./ Nadie sabe hoy cantar. ¿Sabéis vosotros cantar?/ Los maestros del canto se han ido/ a clavar ataúdes y a enterrar a los muertos.” Pero volverán, volverán cuanto a todos se nos limpie y se nos aclare la garganta. Para nuestra voz viva y muerta”.

La poesía de León Felipe, limpia, con la garganta clara, no se esconde. Es una poesía que no se ciega, no se deja deslumbrar por símbolos trucados y apariencias que esconden realidades negras, dominadoras, imperiales: “Y aquello que levanta en la mano/ la Estatua de la Libertad, en la bahía de Manhattan,/ ¿es la vieja antorcha romántica, progresista y democrática,/ o es la nueva bomba atómica, imperialista y criminal?/ ¡Americano! ¡Unge también /tus ojos con colirio para que veas!” Y no es sólo una poesía que se ciega sino que además, nos ayuda a entender “Polvo es el aire... polvo carbón apagado.../ y el mercader y el gobernante/ fabricando sonrisas/ para esconder el hambre y la miseria”.

“¿Qué importan ya los nombres de los pueblos? ¡Son tantos los poetas muertos!”, grita desesperado León Felipe. “¡Todos! Los que se fueron y los que se han quedado aquí. Los que no han muerto... han enloquecido. ¡Todos muertos!... ¡La Poesía ha muerto!”. Pero no, la poesía no ha muerto. La poesía de León Felipe, la poesía de Antonio Machado no están muertas. Acaso estén más vivas que nunca. Este “Responso… a la poesía muerta” es una muestra de ello. La poesía que ha muerto es esta: “¿Otra vez muecas de asombro y de sorpresa? Pero, ¿qué creíais vosotros? ¿Qué creía Churchill... y los augustos ministros británicos? ¿Que la frente de los poetas era una bóveda blindada como las criptas imperiales de Inglaterra y los refugios subterráneos de la City? ¿Qué creían Truman y los grandes millonarios de Wall Street? ¿Que el poema era como el oro, que se puede guardar seguro en una caja fuerte, custodiada por palancas, cerrojos y claves misteriosas?”

Antonio Machado fue un gran hombre, para León Felipe, “uno de los pocos poetas españoles ungido con aceite puro y sagrado de olivos. Y un mártir —algo forzado ya— del ensueño y de la esperanza”. Quiso creer, pero no pudo, “como don Miguel de Unamuno”. Su nombre quedará escrito en el santoral trágico y poético español.

Os he defraudado, os he engañado, nos pregunta finalmente el poeta. “¿verdad? ¿Creíais que venía yo aquí esta noche a hablar de Antonio Machado, con un discurso de ocasión, y que me iba a comportar como un mantenedor de juegos funerales?”. No, nadie pudo, nadie puede esperar eso de un poeta rebelde, humanista, digno y crítico como León Felipe. Nadie. Tampoco ustedes desde luego.
Fuente: Mundo Obrero

UNA ESCULTURA EN HONOR AL ESCRITOR COMUNISTA CÉSAR VALLEJO, OLVIDADA EN LIMA

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La obra, creada por Jorge Oteiza, fue emplazada en los sesenta

El escultor vasco Jorge Oteiza (1908-2003), en su tercera visita a Perú en 1960, elaboró la maqueta de una estela funeraria en honor al poeta peruano César Vallejo, a quien admiraba. La escultura de acero que creó Oteiza fue instalada dos años después de su visita, a tres cuadras de la Plaza de Armas de la capital peruana. Es considerada como la primera obra de arte abstracta de Lima. El monumento es hoy ajeno a las miradas de los transeúntes y del circuito turístico, en cuya memoria cultural no figura la presencia de este trabajo del denominado mago escultor.

“Tener un Oteiza en Lima es importante, pero se le debe mostrar con la historia del espíritu abstracto que iba en contra de su entorno en la época, frente a una iglesia tradicional barroca. Ahora la escultura se ha integrado muy bien en el espacio, es parte de la memoria visual de Lima, pero debe ser parte también de nuestra memoria cultural”, manifiesta el curador Daniel Contreras, quien investigó el contexto de creación de la estela.

La obra de arte está ubicada en la plaza de San Agustín, cerca de la iglesia del mismo nombre —importante por su fachada del barroco churrigueresco—, en el centro histórico de Lima. La escultura luce limpia, solo atacada por las palomas. Está rodeada por quienes buscan sombra en las bancas, por las personas que hacen lustrar sus zapatos en un kiosko y por el vendedor de gelatinas, que apoya su pesada caja en la base de roca de la escultura.

Contreras afirma que el día de su instalación casi nadie la comprendía, aunque sabían que era una “estupenda” escultura. “Una caricatura posterior a la instalación de la estela, publicada en el diario La Prensa, mostraba a los transeúntes señalándola, con signos de interrogación, con el dedo en la boca”, añade.

El catálogo de la muestra Acero, que escribió Contreras en 2013, relata que el día de la inauguración de la obra de Oteiza, un crítico anónimo escribió en la superficie: “esto es un adefesio”; la inscripción fue borrada de inmediato.

“Ha pasado por muchas situaciones, en los ochenta se convirtió en una letrina, también fue grafiteada, y hubo el riesgo de que fuera trasladada a otro espacio”, recuerda Contreras, quien destaca que, desde la remodelación de la plaza de San Agustín en 2014, el espacio está recuperado.

La estela fue pensada para la inauguración del cementerio general de El Ángel en junio de 1959, pero ese no fue finalmente su destino.

Joaquín Roca Rey y Fernando de Szyszlo fueron fundadores del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC). “Los miembros del IAC eran intelectuales, unos jóvenes locos con dinero y dedicados al arte. Hicieron el trámite ante la municipalidad y colectaron entre ellos el dinero para la obra. Era la más importante institución de arte contemporáneo”, señala Contreras.

El día que Oteiza presentó ante el IAC su maqueta, estuvo presente el intelectual peruano más relevante del momento, Sebastián Salazar Bondy. “No estuvo a favor ni en contra, pero anticipó que podría haber una confrontación por el espacio religioso donde colocarían la figura”, anota Contreras.

Fuente: El País

"CARTAS DESDE SIBERIA", DOCUMENTAL DE CHRIS MARKER SOBRE LA SIBERIA SOVIÉTICA

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Título original: Lettre de Sibérie
Año: 1957
Duración: 62 min.
País: Francia
Director: Chris Marker
Guión: Chris Marker
Fotografía: Sacha Vierny

Lettre de Sibérie
por André Bazin

Chris Marker es, tal vez se recuerde, el autor de los textos de Bibliothèque Nationale [Biblioteca Nacional] y Les Statues meurent aussi [Las estatuas también mueren] (que el público sólo ha podido ver hasta el momento a medias, pues ha sido cortada por la censura). Estos textos incisivos, contundentes, en los que una afilada ironía juega al escondite con la poesía, bastarían para conferir a su autor un lugar destacado en el ámbito de la producción de cortometrajes, el sector más vivo del cine francés. Como autor de los textos de los films de su amigo Resnais, con quien se entiende de maravilla, Chris Marker ya había renovado profundamente la relación habitual del texto con la imagen. Pero su ambición era a todas luces más radical: se proponía realizar sus propias películas.

Primero fue Dimanche à Pekín [Domingo en Pekín], justamente premiada en el Festival de Tours de 1956, y ahora es la extraordinaria Lettre de Sibérie [Carta de Siberia]. Dimanche à Pekín era sin duda admirable, aunque al mismo tiempo decepcionaba un tanto, ya que el formato del cortometraje parecía insuficiente para un tema tan amplio. También hay que reconocer que las imágenes, a menudo muy bellas, no ofrecían, sin embargo, material documental suficiente. Nos dejaban con ganas de más. Ahora bien, el germen de la dialéctica entre imagen y palabra, que Chris Marker iba a desarrollar en Lettre de Sibérie, ya estaba en ella. Dialéctica que esta vez se despliega con la duración de un largometraje y con todas sus consecuencias.

“Un punto de vista documentado”

¿Cómo presentar Lettre de Sibérie? En primer lugar como lo que no es, constatando que no se parece en absoluto a ningún film de tipo (de “tema”) documental de los que hasta ahora hemos visto. Pero ahora hay que intentar decir lo que es. Objetiva y llanamente, este film es el reportaje cinematográfico de un francés que tiene el privilegio de visitar Siberia con total libertad, siguiendo un itinerario de varios miles de kilómetros. A pesar de que ya se han visto, desde hace tres años, algunos reportajes filmados por viajeros franceses en Rusia, Lettre de Sibérie tampoco se parece a ninguno de ellos. Para intentar captar de forma más precisa su naturaleza, propondré esta definición aproximada: Lettre de Sibérie es un ensayo en forma de reportaje cinematográfico sobre la realidad siberiana del pasado y del presente. O aún mejor, adaptando la fórmula que Vigo aplicaba a À propos de Nice [A propósito de Niza], “un punto de vista documentado”, diré que es un ensayo documentado por el film. La palabra que importa aquí es “ensayo”, entendida en el mismo sentido que en literatura: un ensayo a la vez histórico y político, aunque escrito por un poeta.

En efecto, generalmente, e incluso en el caso del documental “comprometido” o de tesis, la imagen, es decir, el elemento propiamente cinematográfico, constituye la materia prima del film. La orientación viene dada por la selección y el montaje, y el texto acaba de organizar el sentido conferido al documento. En el caso de Chris Marker, ocurre algo distinto. Diría que la materia prima es la inteligencia, la palabra su expresión inmediata, y que la imagen no interviene más que en tercera posición, en relación con la inteligencia verbal. El proceso se ha invertido. Arriesgaré aún otra metáfora: Chris Marker aporta en sus films una concepción completamente nueva del montaje, que yo llamaría horizontal, en oposición al montaje tradicional que se realiza a lo largo de la película, centrado en la relación entre los planos En el caso de Marker, la imagen no remite a lo que la precede o la sigue, sino que en cierta forma se relaciona totalmente con lo que se dice.

Del oído al ojo

Mejor aún, el elemento primordial es la belleza sonora, y es desde ella desde donde la mente debe saltar hacia la imagen. El montaje se hace oído al ojo. Debido a la falta de espacio, sólo daré un ejemplo de ello, por otra parte el más logrado. Chris Marker nos presenta un documento significativo y a la vez bastante neutro: una calle de Yakoutsk. Vemos pasar por ella un autocar y a unos obreros trabajando en la reparación de la calzada; por último un tipo de cara un tanto patibularia, en todo caso poco favorecido por la naturaleza, cruza por casualidad por delante de la cámara. Chris Marker decide entonces comentar estas imágenes, más bien anodinas, desde dos puntos de vista opuestos: primera el del simpatizante comunista, al término del cual es peatón desconocido aparece como un “pintoresco representante de las regiones boreales”, peatón que en la versión reaccionaria se transforma en “un inquietante asiático”.< Ya esta antítesis, por sí sola, puede considerarse un hallazgo brillante y digno de regocijo, aunque también pueda parecer una ocurrencia facilona: pero entonces el autor nos propone un tercer comentario, imparcial y minucioso, que describe objetivamente al pobre mongol como “un yakutio que padece de estrabismo”. En esta ocasión, estamos más allá de la astucia y la ironía, pues lo que Marker acaba de hacer es proporcionar una demostración implícita de que la objetividad es aún más falsa que los dos puntos de vista sectarios, es decir, que, al menos en lo que concierne a determinadas realidades, la imparcialidad es una ilusión. La operación a la que hemos asistido es precisamente dialéctica, pues ha consistido en emitir tres iluminaciones intelectuales distintas sobre una misma imagen y en recibir su eco.

Inteligencia y talento

Aún me queda por informar al lector, para completar la idea que puede hacerse de esta empresa sin precedentes, de que Chris Marker no se limita a usar documentales filmados in situ, sino que emplea todo el material fílmico útil a su objetivo: y no sólo, naturalmente, documentos de carácter estático (grabados, fotos, etc.), sino también dibujos animados, sin dudar, por otra parte, en decir, a la manera de McLaren, las cosas más serias del modo más cómico (como en la secuencia de los mamuts). Sólo hay un denominador común a todo este despliegue de recursos: la inteligencia. La inteligencia y el talento. Precisemos, para ser justos, que la fotografía es de Sacha Vierny, la música de Pierre Barbaud, y que el texto está excelentemente dicho por Georges Rouquier.

Junto a Lettre de Sibérie se proyecta un extraordinario documental de Mario Ruspoli sobre la caza del cachalote, tal y como se practica aún hoy en día en algunas islas Azores, es decir, con la arcaica técnica del arpón de mano, la misma que describe Melville en Moby Dick. Es tanto un documental sobre la caza de ballenas como un film etnográfico sobre la vida de esos extraños pueblos de pescadores.

(France-Observateur, 30 de octubre de 1958 y Le cinéma français de la libération à la nouvelle vague, Cahiers du Cinéma, 1998)

Esta traducción fue extraída de Chris Marker: Retorno a la inmemoria del cineasta, volumen editado con motivo de la exposición y programación audiovisual que con el título Chris Marker tuvo lugar en la Fundació Antoni Tàpies, Barcelona (4 diciembre 1998-24 enero 1999) y en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Sevilla (4 marzo – 4 abril 1999). Valencia, Ediciones de La Mirada, 2000.

VER DOCUMENTAL CON SUBTITULOS EN CASTELLANO:
 

"119 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE VLADIMIR LENIN", DEL ARTISTA POLACO MAREK PLOZA DOLINSKI

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119 aniversario del nacimiento de Vladimir Lenin
Marek Ploza Dolinski
Abril de 1989


El artista Marek Ploza Dolinski, famoso por sus carteles de peliculas norteamericanas, fue el encargado de realizar el póster polaco de la celebración del 119 aniversario del nacimiento de Vladimir Lenin. El cartel de una gran originalidad, muestra a Lenin de perfil, sonriente, con una gorra protegiendo su calva, en una imagen afable y simpática que le hace parecer un venerable anciano. El cartel añade la sorprendente marca de carmín de un beso en la mejilla y un toque artistico en forma de pequeñas gotas de colores dispersas por todo el cartel.

El poster huía de la rigidez de la propaganda soviética y convertía a Lenin en un hombre normal y cercano, un cartel antaño imposible de realizar que evidenciaba los inminentes cambios que iban a suceder al otro lado del Muro de Berlín en pocos meses.

Contexto histórico:

Resulta interesante comparar la imagen del Lenin de Marek Ploza, con la imagen omnipresente que venía ofreciendo el arte oficial soviético hasta entonces. ¿Dónde estaba el rostro decidido? El mentón prominente, las facciones duras y la mirada inquisitiva se habían perdido en unos ojos entornados y media sonrisa. Ataviado con gorra como en sus ultimos años de vida y con la marca de un beso en la mejilla cual estrella de pop.

Decididamente Lenin era humanizado en esta versión, celebrado como un hombre afable y bueno. Un heroe cercano, alejado de la imagen del lider revolucionario de hierro.

Los cambios políticos en Polonia eran evidentes a finales de los 80. Las presiones de la iglesia y el poder del sindicato Solidaridad por traer la democracia al país estaban empezando a dar sus frutos. En aquel abril de 1989, el régimen se relajaba y empezaba a dar muestras de flaqueza, sabía que apenas le quedaban unos meses de vida.

Fuente: Leninland

"SPOTLIGHT", UNA ODA AL BUEN PERIODISMO DEL BOSTON GLOBE

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“El obispo vino a casa y nos pidió que no presentáramos una denuncia”, cuenta un hombre abusado por un cura cuando era niño.
“¿Y qué hizo su madre?”, pregunta el periodista.
“¿Mi madre? Sacó las pastas”.

Spotlight, un auténtico alegato en favor del periodismo de investigación, es un thriller excelentemente dirigido por Tom McCarthy (The Visitor, Ganamos todos) y protagonizado por un puñado de brillantes actores -Mark Ruffalo (Foxcatcher, Ahora me ves…), Michael Keaton (Birdman, Batman), Rachel McAdams (El hombre más buscado, La sombra del poder), Liev Schreiber (Ray Donovan, Resistencia), John Slattery (Mad Men, Banderas de nuestros padres), Brian d´Arcy James (Game Change, Me ha caído el muerto) y Stanley Tucci (Los juegos del hambre, The lovely bones)- que interpretan al equipo de investigación del diario Boston Globe que ganó un Premio Pulitzer siguiendo los pasos, y sacando a la luz, una de las historias criminales más importantes de los últimos tiempos, y causando una norme crisis en la iglesia católica.

A partir de los abusos sexuales reales cometidos con menores, y del encubrimiento que durante décadas llevaron a cabo las altas esferas religiosas y gubernamentales de la ciudad de Boston, Spotlight sigue los pormenores de la investigación llevada a cabo por el equipo de periodistas del Boston Globe, bautizado precisamente Spotlight, que acabó demostrando que la iglesia había protegido durante décadas a distintas personalidades de la sociedad de una de las ciudades más elegantes y religiosas de Estados Unidos.
En julio de 2001, Marty Baron (Liev Schreiber), nuevo redactor jefe llegado al periódico desde Miami para salvar una publicación casi agonizante, pidió a Walter Robinson, director del departamento Spotlight, una investigación sobre las sospechas de pederastia entre los curas y religiosos locales, a partir de las condenas a tres curas (Baron piensa que no son más que la punta del iceberg, aunque nunca sospechó la real envergadura del tema que iba a destapar, y que hasta entonces había contado con el silencio y la complicidad de la jerarquía, los políticos y asociaciones católicas locales). Poco a poco, los redactores del equipo –que estuvieron investigando durante un año sin publicar ni una sola línea del asunto-se dieron cuenta de que el asunto era mucho más importante de lo que imaginaban, juntaron todas las piezas del puzle y llevaron a las rotativas una de las historias más siniestras jamás contada.

Con infinita paciencia, los periodistas de Spotlight – mayoritariamente creyentes, que no eran héroes sino auténticos periodistas que trabajaban en un honesto periódico- se entrevistaron con pederastas, sus abogados y sus víctimas, todas procedentes de clases modestas, incapaces de defenderse, o “compradas” a la familia con regalos de alimentos y metálico. Al periódico llegaron presiones de todas partes: discretas, nunca violentas pero siempre amenazantes. Omertá, presiones de la comunidad católica, justicia recalcitrante, autocensura mediática…Haciendo honor a una profesión, tan denostada y tan precaria hoy en día, y en una auténtica defensa de la libertad de expresión, el Boston Globe llegó hasta el final de la investigación y publicó su exclusiva “causando un terremoto que –como hemos visto después- tuvo réplicas en muchos otros países, en casi todo el mundo”.

Spotlight es una película necesaria y excelente. En la línea de Todos los hombres del presidente, o de Zodiac, es una de esas historias sinceras e inteligentes que necesitamos ver de vez en cuando. Todo lo que se cuenta en ella es sórdidamente cierto: durante décadas, la jerarquía eclesiástica estuvo ocultando loa abusos cometidos por curas con menores, y evitando que tuvieran que responder ante la justicia. No fueron unos casos aislados, sino un crimen a gran escala perpetrado por decenas de religiosos y que causó al menos un millar de víctimas en la muy católica región de Massachusetts.

“Más allá del cautivador relato de la investigación, este eficaz thriller suena como un vibrante alegato en favor de un periodismo que se toma su tiempo, no cede a la precipitación y prefiere trabajar por la verdad y no por el ruido mediático. Todavía no había llegado Internet y el papel tenía un valor” (a-voir-a-lire.com).

Ilsa Lund (Fuente: Crónica Popular)


DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA

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"LA LIBERACIÓN DE LA MUJER. UNA EXIGENCIA DEL FUTURO", DISCURSO PRONUNCIADO POR EL LÍDER COMUNISTA AFRICANO THOMAS SANKARA EL 8 DE MARZO DE 1987.

No es corriente que un hombre se dirija a tantas mujeres a la vez. Tampoco lo es que un hombre sugiera a tantas mujeres a la vez las batallas que hay que lidiar.
La primera timidez del hombre surge cuando se percata de que está mirando a una mujer. Comprenderéis, compañeras militantes, que a pesar de la alegría y el placer que siento al dirigirme a vosotras, sigo siendo un hombre que ve en cada una de vosotras a la madre, la hermana o la esposa. También me gustaría que nuestras hermanas aquí presentes, que han venido de Kadiogo y no entienden la lengua francesa extranjera en la que voy a pronunciar mi discurso, sean tan comprensivas como de costumbre, ellas que, como nuestras madres, aceptaron llevarnos durante nueve meses sin quejarse. (Intervención en lengua nacional mooré para asegurar a las mujeres que habrá una traducción para ellas.)
Compañeras, la noche del 4 de agosto alumbró la obra más saludable para el pueblo burkinabè. Le dio a nuestro pueblo un nombre y a nuestro país un horizonte.
Irradiados por la savia vivificante de la libertad, los hombres burkinabè, humillados y proscritos de ayer, fueron marcados con el signo de lo que más se aprecia en la vida: la dignidad y el honor. A partir de entonces la felicidad ha estado a nuestro alcance y todos los días marchamos hacia ella, exaltados por las luchas, pioneras de los grandes pasos que ya hemos dado. Pero la felicidad egoísta no es más que una ilusión, y tenemos a una gran ausente: la mujer. Ha quedado excluida de esta procesión feliz.
Si unos hombres han llegado ya a la linde del gran jardín de la revolución, las mujeres todavía están confinadas en su oscuridad ninguneante, desde donde comentan animada o discretamente las vicisitudes que han agitado Burkina Faso y para ellas, de momento, sólo son clamores.

La lucha de clases y la cuestión de la mujer

El materialismo dialéctico es el que ha arrojado sobre los problemas de la condición femenina la luz más fuerte, la que nos permite situar el problema de la explotación de la mujer en el seno de un sistema generalizado de explotación. Es también el que define la sociedad humana no ya como un hecho natural inmutable, sino como algo antinatural.
La humanidad no padece pasivamente el poder de la naturaleza. Sabe aprovecharlo. Este aprovechamiento no es una operación interior y subjetiva. Se efectúa objetivamente en la práctica, si se deja de considerar a la mujer como un simple organismo sexuado para tomar conciencia, más allá de los hechos biológicos, de su valor en la acción.
Además, la conciencia que la mujer adquiere de sí misma no está definida exclusivamente por su sexualidad. Refleja una situación que depende de la estructura económica de la sociedad, resultado de la evolución técnica y de las relaciones entre clases a las que ha llegado la humanidad.
La importancia del materialismo dialéctico radica en haber sobrepasado los límites esenciales de la biología, en haber soslayado las tesis simplistas del sometimiento a la especie, para situar todos los hechos en el contexto económico y social. Por muy lejos que nos remontemos en la historia humana, el dominio del hombre sobre la naturaleza nunca se ha realizado directamente, con su cuerpo desnudo. La mano, con su pulgar prensil, ya se tiende hacia el instrumento que multiplica su poder. De modo que no son las condiciones físicas, la musculatura, el parto, por ejemplo, lo que consagró la desigualdad social entre el hombre y la mujer. Tampoco la confirmó la evolución técnica como tal. En algunos casos, y en algunos lugares, la mujer pudo anular la diferencia física que la separa del hombre.
El paso de una forma de sociedad a otra es lo que institucionaliza esta desigualdad. Una desigualdad creada por la mente y por nuestra inteligencia para hacer posible la dominación y la explotación concretadas, representadas y experimentadas por las funciones y las atribuciones a las que hemos relegado a la mujer.
La maternidad, la obligación social de ajustarse a los cánones de lo que los hombres desean como elegancia, impiden que la mujer que lo desee se dote de una musculatura considerada masculina.
Según los paleontólogos, durante milenios, del paleolítico a la Edad del Bronce, las relaciones entre los sexos se caracterizaron por una complementariedad positiva. Estas relaciones permanecieron durante ocho milenios bajo el signo de la colaboración y la interferencia, y no de la exclusión propia del patriarcado absoluto, más o menos generalizado en la época histórica.
Engels tuvo en cuenta la evolución de las técnicas, pero también la esclavización histórica de la mujer, que nació con la propiedad privada, con el paso de un modo de producción a otro, de una organización social a otra.
Con el intenso trabajo necesario para roturar los bosques, cultivar la tierra y sacar el máximo provecho a la naturaleza, se produce una especialización de tareas. El egoísmo, la pereza, la comodidad, el esfuerzo mínimo para obtener un beneficio máximo surgen de las profundidades del hombre y se erigen en principios. La ternura protectora de la mujer hacia su familia y su clan son una trampa que la somete al dominio del macho. La inocencia y la generosidad son víctimas del disimulo y los cálculos egoístas. Se hace burla del amor, se mancilla la dignidad. Todos los sentimientos verdaderos se convierten en mercancía. A partir de entonces el sentido de la hospitalidad y de compartir que tienen las mujeres sucumbe a la artimañas de los astutos.
Aunque es consciente de las artimañas que están detrás del reparto desigual de tareas, ella, la mujer, sigue al hombre para cuidar de todo lo que ama. Él, el hombre, se aprovecha de esa entrega. Más adelante el germen de la explotación culpable establece unas reglas atroces que van más allá de las concesiones conscientes de la mujer, históricamente traicionada.
Con la propiedad privada la humanidad instaura la esclavitud. El hombre amo de sus esclavos y de la tierra pasa a ser propietario también de la mujer. Esta es la gran derrota histórica del sexo femenino. Se explica por los cambios profundos creados por la división del trabajo, debido a los nuevos modos de producción y a una revolución en los medios de producción.
Entonces el derecho paterno sustituye al derecho materno; la transmisión de la propiedad se hace de padres a hijos, y no ya de la mujer a su clan. Es la aparición de la familia patriarcal, basada en la propiedad personal y única del padre, convertido en cabeza de familia. En esta familia la mujer está oprimida. El hombre, amo y señor, da rienda suelta a sus caprichos sexuales, se aparea con las esclavas o las hetairas. Las mujeres son su botín y sus conquistas de mercado. Se aprovecha de su fuerza de trabajo y disfruta de la diversidad del placer que le deparan.
La mujer, por su parte, cuando los amos hacen que la reciprocidad sea posible, se venga con la infidelidad. Es así como el matrimonio conduce de forma natural al adulterio. Es la única defensa de la mujer contra su esclavitud doméstica. La opresión social es la expresión de la opresión económica.
En este ciclo de violencia, la desigualdad sólo acabará con el advenimiento de una sociedad nueva, es decir, cuando los hombres y las mujeres disfruten de los mismos derechos sociales, producto de cambios profundos en los medios de producción y en las relaciones sociales. La suerte de la mujer sólo va a mejorar con la liquidación del sistema que la explota.
En todas las épocas, allí donde el patriarcado triunfaba, hubo un estrecho paralelismo entre la explotación de clase y el sometimiento de las mujeres. Con algunos momentos de mejoría, cuando algunas mujeres, sacerdotisas o guerreras, lograron sacudirse el yugo opresor. Pero la tendencia principal, tanto en la prácti
ca cotidiana como en el plano intelectual, sobrevivió y se consolidó. Destronada de la propiedad privada, expulsada de sí misma, relegada a la categoría de nodriza y criada, desestimada por filósofos como Aristóteles, Pitágoras y otros, y por las religiones más extendidas, desvalorizada por los mitos, la mujer compartía la suerte del esclavo, que en la sociedad esclavista no era más que una bestia de carga con rostro humano.
No es de extrañar, entonces, que en su fase expansiva, el capitalismo, para el que los seres humanos son meras cifras, fuera el sistema económico que explotó a la mujer con más cinismo y refinamiento. Como esos fabricantes de la época que sólo empleaban a mujeres en sus telares mecánicos. Preferían a las mujeres casadas y entre ellas a las que tenían en casa varias bocas que alimentar, porque eran mucho más cuidadosas y dóciles que las solteras. Trabajaban hasta el agotamiento para dar a los suyos los medios de subsistencia indispensables.
Es así como las cualidades propias de la mujer se adulteran en su detrimento, y todos los elementos morales y delicados de su naturaleza se utilizan para esclavizarla. Su ternura, el amor a su familia, su la meticulosidad en el trabajo se utilizan contra ella, mientras que no se perdonan sus defectos.
A través de los tiempos y los tipos de sociedades, la mujer siempre ha tenido una triste suerte: la desigualdad, siempre ratificada, frente al hombre. Las manifestaciones de esta desigualdad han podido ser muy diversas, pero siempre ha existido.
En la sociedad esclavista, el hombre esclavo estaba considerado como un animal, un medio de producción de bienes y servicios. La mujer, cualquiera que fuera su rango, estaba oprimida dentro de su propia clase y fuera de ella, incluso las que pertenecían a las clases explotadoras.
En la sociedad feudal, basándose en la supuesta debilidad física o psíquica de las mujeres, los hombres las sometieron a una dependencia absoluta del hombre. A la mujer la mantenían, con pocas excepciones, apartada de los lugares de culto, por considerarla impura o principal agente de indiscreción.
En la sociedad capitalista, la mujer, que ya sufría una persecución en el orden moral y social, también está sometida económicamente. Mantenida por el hombre cuando no trabaja, sigue estándolo cuando se mata a trabajar. Nunca se insistirá bastante en la miseria de las mujeres, nunca se hará suficiente hincapié en su semejanza con la miseria de los proletarios.

Sobre la especificidad del hecho femenino

Porque la explotación asemeja a la mujer con el hombre.
Pero esta semejanza en la explotación social de los hombres y las mujeres, que vincula la suerte de ambos en la Historia, no debe hacernos perder de vista el hecho específico de la condición femenina. La condición de la mujer rebasa las entidades económicas y confiere un carácter singular a la opresión que sufre. Esta singularidad impide establecer equivalencias que nos llevarían a simplificaciones fáciles e infantiles. En la explotación, la mujer y el obrero están reducidos al silencio. Pero en el sistema capitalista, la mujer del obrero debe guardar silencio ante su marido obrero. En otras palabras, a la explotación de clase que tienen ambos en común viene a sumarse, para las mujeres, una relación singular con el hombre, una relación de enfrentamiento y agresión que se escuda en las diferencias físicas para imponerse.
Debemos admitir que la asimetría entre los sexos es lo que caracteriza a la sociedad humana, y que esta asimetría define una relación que nos impiden ver a la mujer, aun en el ámbito de la producción económica, como una simple trabajadora. Una relación preferente y peligrosa, merced a la cual la cuestión de la mujer siempre se plantea como un problema.
El hombre, por tanto, se escuda en la complejidad de esta relación para sembrar la confusión entre las mujeres y sacar partido de todas las artimañas de la explotación de clase para mantener su dominio sobre las mujeres. De un modo similar, en otras ocasiones, unos hombres dominaron a otros porque consiguieron imponer la idea de que en virtud de la estirpe, la cuna, el «derecho divino», unos hombres eran superiores a otros. Es el dominio feudal. Del mismo modo, en otras ocasiones, otros hombres consiguieron someter pueblos enteros porque el origen y la explicación del color de su piel les dieron una justificación supuestamente «científica» para dominar a quienes tenían la desgracia de ser de otro color. Es el dominio colonial. Es el apartheid.
No podemos pasar por alto esta situación de las mujeres, porque es la que lleva a las mejores de ellas a hablar de guerra de sexos, cuando se trata de una guerra de clanes y de clases en la que debemos pelear juntos y complementarnos. Pero hay que admitir que es la actitud de los hombres lo que propicia la alteración de los significados y con ello fomenta todos los excesos semánticos del feminismo, algunos de los cuales no han sido inútiles en el combate de hombres y mujeres contra la opresión. Un combate que podemos ganar, que vamos a ganar si recuperamos la complementariedad, si sabemos que somos necesarios y complementarios, si sabemos, en definitiva, que estamos condenados a la complementariedad.
Por ahora, hemos de reconocer que el comportamiento masculino, tan cargado de vanidad, irresponsabilidad, arrogancia y violencia de todo tipo para con la mujer, es incompatible con una acción coordinada contra la opresión de esta. Y qué decir de esas actitudes que denotan estupidez, pues no son más que desahogos de machos oprimidos que, con el trato brutal a su mujer, pretenden recuperar por su cuenta una humanidad que el sistema de explotación les niega.
La estupidez masculina se llama sexismo o machismo, formas de indigencia intelectual y moral, incluso de impotencia física más o menos declarada, que muchas veces hace que las mujeres políticamente conscientes consideren necesario luchar en dos frentes.
Para luchar y vencer, las mujeres deben identificarse con las clases sociales oprimidas: los obreros, los campesinos…
Un hombre, por oprimido que esté, siempre encuentra a alguien a quien oprimir: su mujer. Esa es la terrible realidad. Cuando hablamos del infame sistema del apartheid nuestro pensamiento y nuestra emoción se dirigen a los negros explotados y oprimidos. Pero nos olvidamos, lamentablemente, de la mujer negra que soporta a su hombre, ese hombre que, provisto de su passbook (salvoconducto), se permite unas correrías culpables antes de volver con la compañera que le espera dignamente, con su sufrimiento y su pobreza.
Pensemos también en la mujer blanca de África del Sur, aristócrata, seguramente rodeada de bienes materiales, pero por desgracia máquina de placer de esos hombres blancos lúbricos que para olvidar sus fechorías contra los negros se entregan a un desenfreno desordenado y perverso de relaciones sexuales bestiales.
Tampoco faltan ejemplos de hombres progresistas que viven alegremente en adulterio, pero serían capaces de matar a su mujer por una simple sospecha de infidelidad. ¡Entre nosotros abundan esta clase de hombres, que van a buscar un supuesto consuelo en brazos de prostitutas y cortesanas de todo tipo! Por no hablar de los maridos irresponsables, cuyos sueldos sirven para mantener queridas y engrosar sus deudas en el bar. Y qué decir de esos hombrecillos, también progresistas, que se congregan en un ambiente lascivo para hablar de mujeres de las que han abusado. Creen que así se miden con sus semejantes o que les humillan cuando andan detrás de las mujeres casadas.
En realidad solo son unos jovenzuelos lamentables de los que no valdría la pena hablar si no fuera porque su comportamiento delincuente pone en cuestión la virtud y la moral de mujeres de gran valor que habrían sido sumamente útiles a nuestra revolución.
Luego están todos esos militantes más o menos revolucionarios, mucho menos revolucionarios que más, que no permiten que sus mujeres militen o sólo se lo permiten de día, pero golpean a sus mujeres porque han salido a reuniones o manifestaciones nocturnas. ¡Ay de los desconfiados y celosos! ¡Qué pobreza de espíritu, qué compromiso tan limitado, tan condicionado! Porque vamos a ver: ¿una mujer despechada y decidida sólo puede engañar a su marido por la noche? ¿Y qué clase de compromiso es ese, que pretende que la militancia se suspenda al caer la noche y no recupere su valor y sus exigencias hasta que no sale el sol?
¿Y qué pensar, por último, de esas palabras sobre las mujeres oídas de labios de los militantes más revolucionarios? Palabras como «materialistas, aprovechadas, teatreras, mentirosas, chismosas, intrigantes, celosas, etc., etc…». Cosas que pueden ser verdad, ¡pero aplicadas a las mujeres y también a los hombres! ¿Qué puede esperarse de nuestra sociedad, si agobia metódicamente a las mujeres, las aparta de todo lo que se considera serio, determinante, de todo lo que esté por encima de las relaciones subalternas y mezquinas?
Cuando alguien está condenado, como las mujeres, a esperar a su amo y marido para darle de comer, y recibir de él autorización para hablar y vivir, sólo le quedan, para entretenerse y crearse una ilusión de utilidad o importancia, los chismes, el cotilleo, las discusiones, las trifulcas, las miradas de soslayo y envidiosas seguidas de maledicencias sobre la coquetería de las otras y su vida privada. Los varones que están en las mismas condiciones adoptan las mismas actitudes.
También decimos que las mujeres, ay, son negligentes. Por no decir cabezas de chorlito. Pero tengamos en cuenta que la mujer, agobiada o incluso atormentada por un esposo ligero, un marido infiel e irresponsable, un niño y sus problemas, abrumada por la administración de toda la familia, en estas condiciones tendrá una mirada extraviada, reflejo de la ausencia y la distracción de la mente. Para ella el olvido es un antídoto de la fatiga, una atenuación de los rigores de la existencia, una protección vital.
Pero también hay hombres negligentes, y mucho; unos por el alcohol y los estupefacientes, otros por varias formas de perversidad a las que se entregan a lo largo de su vida. Pero nadie dice que estos hombres sean negligentes. ¡Cuánta vanidad, cuántas vulgaridades!
Vulgaridades con que se complacen para justificar las imperfecciones del mundo masculino. Porque el mundo masculino, en una sociedad de explotación, necesita mujeres prostitutas. Estas mujeres, a las que se deshonra y sacrifica después de usarlas en el altar de la prosperidad de un sistema de mentiras y robos, son chivos expiatorios.
La prostitución es la quintaesencia de una sociedad donde la explotación es la norma. Simboliza el desprecio del hombre hacia la mujer. Hacia una mujer que no es otra que la figura dolorosa de la madre, la hermana o la esposa de otros hombres, y por tanto de cada uno de nosotros. Es, en definitiva, el desprecio inconsciente hacia nosotros mismos. Sólo hay prostitutas donde hay «prostituyentes» y proxenetas.
¿Quiénes van con las prostitutas?
Ante todo, los maridos que obligan a su mujer a ser casta y descargan en la prostituta su lascivia y sus instintos de violación. Así pueden tratar con respeto aparente a sus esposas y dar rienda suelta a su verdadera naturaleza cuando están con la chica llamada de vida alegre. Así, en el plano moral, la prostitución es simétrica del matrimonio. Los ritos, las costumbres, las religiones y las morales se adaptan a ella. Ya lo decían los padres de la Iglesia: «Para mantener la salubridad de los palacios hacen falta cloacas».
Luego están los clientes impenitentes e intemperantes que tienen miedo de asumir la responsabilidad de un hogar con todos sus problemas y huyen de las cargas morales y materiales de la paternidad. Entonces explotan la dirección discreta de una casa de tolerancia como el precioso filón de una relación sin consecuencias.
También está la cohorte de quienes censuran a las mujeres, al menos públicamente y en los lugares decentes. Ya sea por un despecho que no tienen el valor de confesar y les ha hecho perder la confianza en todas las mujeres y considerarlas un instrumentum diabolicum, ya sea por hipocresía, por haber proclamado de forma repetida y tajante un desprecio por el sexo femenino que procuran asumir ante una sociedad de la que han adoptado el respeto a la falsa virtud. Todos ellos frecuentan a escondidas los lupanares hasta que, a veces, se descubre su doblez.
Luego está esa debilidad del hombre que consiste en la búsqueda de situaciones poliándricas. Lejos de nosotros hacer juicios de valor sobre la poliandria, una forma de relación entre el hombre y la mujer que han preferido algunas civilizaciones. Pero en los casos que denunciamos, estamos pensando en los gigolós codiciosos y holgazanes mantenidos generosamente por señoras ricas.
En este mismo sistema, la prostitución, en el aspecto económico, puede igualar a la prostituta con la mujer casada «materialista». Entre la que vende su cuerpo prostituyéndolo y la que se vende en el matrimonio, la única diferencia consiste en el precio y la duración del contrato.
Al tolerar la existencia de la prostitución, rebajamos a todas nuestras mujeres al mismo rango: prostitutas o casadas. La única diferencia es que la mujer legítima, aunque está oprimida, disfruta como esposa de la honorabilidad que confiere el matrimonio. En cuanto a la prostituta, sólo le queda la valoración monetaria de su cuerpo, una valoración que fluctúa con los valores de las bolsas falocráticas.
¿Acaso no es un artículo que se valoriza o desvaloriza según el grado de marchitamiento de sus encantos? ¿No se rige por la ley de la oferta y la demanda? La prostitución es un compendio trágico y doloroso de todas las formas de esclavitud femenina. Por lo tanto, en cada prostituta debemos ver una mirada acusadora dirigida a toda la sociedad. Cada proxeneta, cada cliente de prostituta escarba en la herida purulenta y abierta que afea el mundo de los hombres y lo lleva a la perdición. Si combatimos la prostitución, si tendemos una mano amiga a la prostituta, salvamos a nuestras madres, hermanas y mujeres de esta lepra social. Nos salvamos a nosotros mismos. Salvamos al mundo.

La condición de la mujer en Burkina

Si a juicio de la sociedad un niño que nace es un «don de Dios», el nacimiento de una niña se recibe, si no como una fatalidad, en el mejor de los casos como un regalo que servirá para producir alimentos y reproducir el género humano.
Al hombrecito se le enseña a querer y conseguir, a decir y ser servido, a desear y tomar, a decidir y mandar. A la futura mujer, la sociedad, como un solo hombre y nunca mejor dicho, le impone, le inculca unas normas inapelables. Unos corsés psíquicos llamados virtudes crean en ella un espíritu de enajenación personal, desarrollan en esa niña el afán de protección y la predisposición a las alianzas tutelares y a los tratos matrimoniales. ¡Qué fraude mental tan monstruoso!
Así, niña sin infancia, desde los tres años de edad tendrá que responder a su razón de ser: servir, ser útil. Mientras su hermano de cuatro, cinco o seis años juega hasta el cansancio o el aburrimiento, ella se incorpora, sin contemplaciones, al proceso de producción. Ya tiene un oficio: ayudante doméstica. Una ocupación, por supuesto, sin remuneración, pues ¿acaso no se dice que la mujer, en su casa, «no hace nada»? ¿No se escribe «labores domésticas» en sus documentos de identidad para indicar que no tienen empleo? ¿Que «no trabajan»?
Con la ayuda de los ritos y las obligaciones de sumisión, nuestras hermanas van creciendo, cada vez más dependientes, cada vez más dominadas, cada vez más explotadas y con menos tiempo libre.
Mientras que el hombre joven encuentra en su camino las ocasiones para desarrollarse y forjar su personalidad, la camisa de fuerza social aprieta aún más a la muchacha en cada etapa de su vida. Por haber nacido niña pagará un fuerte tributo durante toda su vida, hasta que el peso del trabajo y los efectos del abandono físico y mental la lleven al día del Gran Descanso. Factor de producción al lado de su madre, más patrona que mamá, nunca la veremos sentada sin hacer nada, nunca libre, olvidada con sus juguetes, como él, su hermano.
Adondequiera que miremos, de la Meseta Central al Nordeste, donde predominan las sociedades con un poder muy centralizado, al Oeste, donde viven las comunidades aldeanas con un poder sin centralizar, o al Suroeste, territorio de las colectividades llamadas segmentarias, la organización social tradicional tiene al menos una cosa en común: la subordinación de las mujeres. En este ámbito nuestros 8.000 pueblos, nuestras 600.000 concesiones y nuestro millón y pico de hogares tienen comportamientos idénticos o parecidos. En todas partes la condición de la cohesión social definida por los hombres es la sumisión de las mujeres y la subordinación de los segundones.
Nuestra sociedad, todavía demasiado primitivamente agraria, patriarcal y polígama, explota a la mujer por su fuerza de trabajo y de consumo, y por su función de reproducción biológica.
¿Cómo experimenta la mujer esta curiosa identidad doble: la de ser el nudo vital que ata a todos los miembros de la familia, que garantiza con su presencia y sus desvelos la unidad fundamental, y la de estar marginada, relegada? Es una condición híbrida donde las haya, en la que el ostracismo impuesto sólo tiene parangón con el estoicismo de la mujer. Para vivir en armonía con la sociedad de los hombres, para someterse a la imposición de los hombres, la mujer encierra en una ataraxia degradante, negativa, entregándose por completo.
Mujer fuente de vida, pero también mujer objeto. Madre pero criada servil. Mujer nodriza pero mujer excusa. Trabajadora en el campo y en casa, pero figura sin rostro y sin voz. Mujer bisagra, mujer confluencia, pero mujer encadenada, mujer sombra a la sombra del hombre.
Pilar del bienestar familiar, es partera, lavandera, barrendera, cocinera, recadera, matrona, cultivadora, curandera, hortelana, molendera, vendedora, obrera. Es una fuerza de trabajo con herramienta en desuso, que acumula cientos de miles de horas con rendimientos desesperantes.
En los cuatro frentes de combate contra la enfermedad, el hambre, la indigencia y la degeneración, nuestras hermanas soportan cada día la presión de unos cambios en los que no pueden influir. Cuando cada uno de nuestros 800.000 emigrantes varones se va, una mujer se carga con más trabajo. Los dos millones de burkinabès que viven fuera del territorio nacional han contribuido así a agravar el desequilibrio de la proporción de sexos, de modo que hoy en día las mujeres constituyen el 51,7% de la población total. De la población residente potencialmente activa, son el 52,1%.
La mujer, demasiado ocupada para atender como es debido a sus hijos, demasiado agotada para pensar por sí misma, sigue trajinando: rueda de fortuna, rueda de fricción, rueda motriz, rueda de repuesto, noria.
Las mujeres, nuestras mujeres y esposas, apaleadas y vejadas, pagan por haber dado la vida. Relegadas socialmente al tercer rango, después del hombre y el niño, pagan por mantener la vida. Aquí también se ha creado arbitrariamente un Tercer Mundo para dominar, para explotar.
Dominada y transferida de una tutela protectora explotadora a una tutela dominadora y más explotadora aún, primera en la tarea y última en el descanso, al lado de la lumbre pero última en apagar su sed, autorizada a comer sólo cuando queda algo; y, detrás del hombre, sostén de la familia que carga sobre sus hombros, en sus manos y con su vientre a esta familia y a la sociedad, la mujer recibe en pago una ideología natalista opresiva, tabúes y prohibiciones alimentarias, más trabajo, malnutrición, embarazos peligrosos, despersonalización y muchos otros males, por lo que la mortalidad maternal es una de las taras más intolerables, más inconfesables, más vergonzosas de nuestra sociedad.
Sobre este substrato alienante, la irrupción de unos seres rapaces llegados de lejos agrió aún más la soledad de las mujeres e hizo aún más precaria su condición.
La euforia de la independencia olvidó a las mujeres en el lecho de las esperanzas rotas. Segregada en las deliberaciones, ausente de las decisiones, vulnerable y por tanto víctima previsible, siguió soportando a la familia y la sociedad. El capital y la burocracia se pusieron de acuerdo para mantener a la mujer sometida. El imperialismo hizo lo demás.
Las mujeres, escolarizadas dos veces menos que los hombres, analfabetas en un 99%, con escasa formación profesional, discriminadas en el empleo, relegadas a funciones subalternas, las primeras en ser acosadas y despedidas, abrumadas por el peso de cien tradiciones y mil excusas, siguieron haciendo frente a los desafíos que se presentaban. Tenían que permanecer activas, a cualquier precio, por los hijos, por la familia y por la sociedad. A través de mil noches sin auroras.
El capitalismo necesitaba algodón, karité y ajonjolí para sus industrias, y fue la mujer, fueron nuestras madres quienes, además de lo que ya estaban haciendo, tuvieron que hacerse cargo de la recolección. En las ciudades, donde se suponía que estaba la civilización emancipadora de la mujer, ella se vio obligada a decorar los salones de los burgueses, a vender su cuerpo para vivir o a servir de señuelo comercial en las producciones publicitarias.
Sin duda las mujeres de la pequeña burguesía de las ciudades viven mejor que las mujeres de nuestros campos en el orden material. Pero ¿son más libres, más respetadas, están más emancipadas, tienen más responsabilidades? Más que una pregunta, se impone una afirmación. Sigue habiendo muchos problemas, ya sea en el empleo o en el acceso a la educación, en la consideración de la mujer en los textos legislativos o en la vida diaria. La mujer burkinabè sigue siendo la que llega detrás del hombre, y no a la vez que él.
Los regímenes políticos neocoloniales que se han sucedido en Burkina Faso han abordado el asunto de la emancipación de la mujer con el planteamiento burgués, que no es más que ilusión de libertad y dignidad. La política de moda sobre la «condición femenina», o más bien el feminismo primario que reclama para la mujer el derecho a ser masculina, sólo tuvo repercusión en las escasas mujeres de la pequeña burguesía urbana. La creación del ministerio de la Condición Femenina, dirigido por una mujer, se proclamó como una victoria.
Pero ¿existía una conciencia real de esa condición femenina? ¿Se tenía conciencia de que la condición femenina es la condición del 52% de la población burkinabè? ¿Se sabía que esta condición estaba determinada por estructuras sociales, políticas y económicas, y por las ideas retrógradas dominantes, y que por consiguiente la transformación de esta condición no era labor de un solo ministerio, aunque tuviera a una mujer al frente?
Tan es así que las mujeres de Burkina, después de varios años de existencia de este ministerio, comprobaron que su condición no había cambiado en absoluto. Y no podía ser de otro modo, porque el planteamiento de la emancipación de las mujeres que había desembocado en la creación de ese ministerio-coartada no quería ver ni poner en evidencia las verdaderas causas de la dominación y la explotación de la mujer. No es de extrañar, entonces, que pese a la existencia de ese ministerio, la prostitución aumentara, el acceso de las mujeres a la educación y el empleo no mejorara, los derechos civiles y políticos de las mujeres siguieran en el limbo y las condiciones de vida de las mujeres, tanto en la ciudad como en el campo
, no hubieran mejorado.
¡Mujer florero, mujer coartada política en el gobierno, mujer sirena clientelista en las elecciones, mujer robot en la cocina, mujer frustrada por la resignación y las inhibiciones impuestas a pesar de su apertura mental! Sea cual sea su sitio en el espectro del dolor, sea cual sea su forma urbana o rural de sufrir, ella sigue sufriendo.
Pero bastó una noche para situar a la mujer en el centro del progreso familiar y de la solidaridad nacional.
La aurora siguiente del 4 de agosto de 1983, portadora de libertad, alumbró el camino para que todos juntos, iguales, solidarios y complementarios, marcháramos codo con codo, en un solo pueblo.
La revolución de agosto encontró a la mujer burkinabè en una situación de sumisión y explotación por una sociedad neocolonial muy influida por la ideología de las fuerzas retrógradas. Tenía que romper con la política reaccionaria, preconizada y aplicada hasta entonces también en el ámbito de la emancipación de la mujer, y definir claramente una política nueva, justa y revolucionaria.

Nuestra revolución y la emancipación de la mujer

El 2 de octubre de 1983 el Consejo Nacional de la Revolución expuso claramente en el Discurso de Orientación Política cuál era el eje principal del combate por la liberación de la mujer. Se comprometió a trabajar por la movilización, la organización y la unión de todas las fuerzas vivas de la nación y de la mujer en particular. El Discurso de Orientación Política precisaba, acerca de la mujer: «Se incorporará a todos los combates que entablemos contra los obstáculos de la sociedad neocolonial y por la construcción de una sociedad nueva. Se incorporará en todos los noveles de planificación, decisión y ejecución para la organización de la vida de toda la nación».
Esta empresa grandiosa se propone construir una sociedad libre y próspera donde la mujer sea igual al hombre en todos los ámbitos. No puede haber una forma más clara de concebir y enunciar la cuestión de la mujer y la lucha emancipadora que nos espera.
«La verdadera emancipación de la mujer es la que responsabiliza a la mujer, la incorpora a las actividades productivas, a las luchas del pueblo. La verdadera emancipación de la mujer es la que propicia la consideración y el respeto del hombre.»
Esto indica claramente, compañeras militantes, que la lucha por la liberación de la mujer es ante todo vuestra lucha por el fortalecimiento de la revolución democrática y popular. Una revolución que os da la palabra y el poder de decir y obrar para la edificación de una sociedad de justicia e igualdad, donde la mujer y el hombre tengan los mismos derechos y deberes. La revolución democrática y popular ha creado las condiciones para este combate libertador. Os corresponde a vosotras obrar con responsabilidad para, por un lado, romper las cadenas y trabas que esclavizan a la mujer en sociedades atrasadas como la nuestra, y por otro, asumir la parte de responsabilidad que os corresponde en la política de edificación de la sociedad nueva, en beneficio de África y de toda la humanidad.
En las primeras horas de la revolución democrática y popular ya lo decíamos: «la emancipación, como la libertad, no se concede, se conquista. Corresponde a las propias mujeres plantear sus demandas y movilizarse para hacerlas realidad». Nuestra revolución no sólo ha marcado una meta en la lucha por la emancipación de la mujer, sino que ha señalado el camino a seguir, los medios necesarios y los principales actores de este combate. Pronto hará cuatro años que trabajamos juntos, hombres y mujeres, para cosechar victorias y avanzar hacia el objetivo final.
Debemos ser conscientes de las batallas reñidas, los éxitos alcanzados, los fracasos sufridos y las dificultades encontradas para preparar y dirigir los combates futuros. ¿Qué es lo que ha hecho la revolución democrática y popular por la emancipación de la mujer?

¿Cuáles son los logros y los obstáculos?

Uno de los mayores aciertos de nuestra revolución en la lucha por la emancipación de la mujer ha sido, sin duda, la creación de la Unión de las Mujeres de Burkina (UFB por sus siglas en francés). La creación de esta organización es un gran acierto porque ha dado a las mujeres de nuestro país un marco y unos medios seguros para entablar el combate victoriosamente. La creación de la UFB es uan gran victoria, porque une a todas las mujeres militantes con objetivos concretos, justos, para el combate libertador dirigido por el Consejo Nacional de la Revolución. La UFB es la organización de las mujeres militantes y responsables, dispuestas a trabajar para transformar la realidad, a luchar para vencer, a caer y volver a levantarse cada vez para avanzar sin retroceder.
Ha surgido una conciencia nueva entre las mujeres de Borkina, y todos debemos estar orgullosos de ello. Compañeras militantes, la Unión de las Mujeres de Burkina es vuestra organización de combate. Tendréis que afilarla bien para que sus tajos sean más cortantes y os deparen cada vez más victorias. Las iniciativas que el gobierno ha tenido desde hace algo más de tres años para lograr la emancipación de la mujer son sin duda insuficientes, pero han permitido cubrir una etapa del camino, y nuestro país puede presentarse hoy en la vanguardia del combate libertador de la mujer. Nuestras mujeres participan cada vez más en las tomas de decisión, en el ejercicio efectivo del poder popular.
Las mujeres de Burkina están allí donde se construye el país, están en las obras: el Sourou (valle irrigado), la reforestación, la vacunación, las operaciones «Ciudades limpias», la batalla del tren, etc. Poco a poco, las mujeres de Burkina ocupan espacios y se imponen, haciendo retroceder las ideas falocráticas y retrógradas de los hombres. Y seguirán así hasta que la mujer de Burkina esté presente en todo el tejido social y profesional. Nuestra revolución, durante estos tres años y medio, ha trabajado por la eliminación progresiva de las prácticas que desvalorizan a la mujer, como la prostitución y otras lacras, como el vagabundeo y la delincuencia de las jóvenes, el matrimonio forzoso, la ablación y las condiciones de vida especialmente difíciles de la mujer.
La revolución procura resolver en todas partes el problema del agua, instala molinos en los pueblos, mejora las viviendas, crea guarderías populares, vacuna a diario, promueve una alimentación sana, abundante y variada, y con ello contribuye a mejorar las condiciones de vida de la mujer burkinabè.
Esta debe comprometerse más a aplicar las consignas antiimperialistas, a producir y consumir burkinabè, imponiéndose como un agente económico de primer orden, tanto productor como consumidor de productos locales.
La revolución de agosto, sin duda, ha avanzado mucho por la senda de la emancipación de la mujer, pero lo hecho hasta ahora es insuficiente. Nos queda mucho por hacer.
Para llevarlo a cabo debemos ser conscientes de las dificultades con que tropezamos. Los obstáculos y las dificultades son muchos. Ante todo el analfabetismo y el bajo nivel de conciencia política, agravados por la poderosa influencia de las fuerzas retrógradas en nuestras sociedades atrasadas.
Debemos trabajar con perseverancia para superar estos dos obstáculos principales. Porque mientras las mujeres no tengan conciencia clara de la justeza de nuestra lucha política y de los medios necesarios, corremos el riesgo de tropezar e incluso de retroceder.
Por eso la Unión de las Mujeres de Burkina tiene que cumplir plenamente su función. Las mujeres de la UFB tienen que trabajar para superar sus insuficiencias, para romper con las prácticas y el comportamiento que siempre se han considerado propios de mujeres y lamentablemente se sigue dando a diario en los comportamientos y los razonamientos de muchas mujeres. Son todas esas mezquindades como la envidia, e
l exhibicionismo, las críticas incesantes y gratuitas, negativas y sin fundamento, la difamación mutua, el subjetivismo a flor de piel, las rivalidades, etc. Una mujer revolucionaria debe vencer estos comportamientos, especialmente acentuados en la pequeña burguesía. Porque son perjudiciales para el trabajo en grupo, dado que el combate por la liberación de la mujer es un trabajo organizado que necesita la contribución del conjunto de las mujeres.
Juntos debemos trabajar por incorporar a la mujer al trabajo. A un trabajo emancipador y liberador que garantice a la mujer su independencia económica, un peso social mayor y un conocimiento más justo y completo del mundo.
Nuestra noción del poder económico de la mujer debe apartarse de la codicia vulgar y de la avidez materialista que convierten a algunas mujeres en bolsas de valores especuladoras, en cajas fuertes ambulantes. Son mujeres que pierden la dignidad, el control y los principios en cuanto oyen el tintineo de las joyas o el crujido de los billetes. Algunas de estas mujeres, lamentablemente, hacen que los hombres caigan en los excesos del endeudamiento o incluso de la corrupción. Estas mujeres son peligrosas arenas movedizas, fétidas, que apagan la llama revolucionaria de sus esposos o compañeros militantes. Se han dado tristes casos de ardores revolucionarios que se han apagado y el compromiso del marido se ha apartado de la causa del pueblo por tener una mujer egoísta y arisca, celosa y envidiosa.
La educación y la emancipación económica mal entendidas y enfocadas pueden ser motivo de desdicha para las mujeres y por tanto para la sociedad. Solicitadas como amantes, son abandonadas cuando llegan las dificultades. La opinión común sobre ellas es implacable: la intelectual está «fuera de lugar», y la que es muy rica resulta sospechosa. Todas están condenadas a un celibato que no sería grave si no fuera la expresión misma de un ostracismo generalizado de toda una sociedad contra unas personas, víctimas inocentes porque desconocen por completo cuál es su delito y su defecto, frustradas porque día a día su afectividad se transforma en hipocondría. A muchas mujeres el saber sólo les ha dado desengaños, y la fortuna ha producido muchos infortunios.
La solución de estas paradojas aparentes consiste en que las desdichadas cultas o ricas pongan al servicio de su pueblo su gran instrucción, sus grandes riquezas. Así se granjearán el aprecio y hasta la adulación de todas las personas a las que darán un poco de alegría. En estas condiciones ya no podrán sentirse solas. La plenitud sentimental se alcanza cuando se consigue que el amor a uno mismo y de uno mismo se convierta en el amor al otro y el amor de los otros.
Nuestras mujeres no deben retroceder ante las luchas multiformes que les permitirán asumirse plenamente, con valentía, y experimentar así la felicidad de ser ellas mismas, y no la domesticación de ellas por ellos.
Todavía hoy, para muchas de nuestras mujeres, la protección de un hombre es la mejor garantía contra el qué dirán opresor. Se casan sin amor y sin alegría de vivir con un patán, un insulso alejado de la vida y las luchas del pueblo. Es frecuente que las mujeres exijan una gran independencia y reclamen al mismo tiempo la protección, peor aún, estar bajo el protectorado colonial de un varón. Creen que no pueden vivir de otro modo.
¡No! Tenemos que decirles a nuestras hermanas que el matrimonio, si no aporta nada a la sociedad y no las hace felices, no es indispensable, e incluso se debe evitar. Al contrario, mostrémosles cada día el ejemplo de unas pioneras osadas e intrépidas que en su celibato, con o sin hijos, están de un humor excelente y prodigan riquezas y disponibilidad a los demás. Incluso despiertan la envidia de las casadas desdichadas, por las simpatías que se granjean, la felicidad que les depara su libertad, su dignidad y su disponibilidad.
Las mujeres han dado sobradas muestras de capacidad para mantener s su familia, criar a los niños, en una palabra, ser responsables sin necesidad de estar sometidas a la tutela de un hombre. La sociedad ha evolucionado lo suficiente para que se acabe la marginación injusta de la mujer sin marido. Revolucionarios, debemos lograr que el matrimonio sea una opción enriquecedora, y no esa lotería de la que se sabe lo que se gasta al principio, pero no lo que se va a ganar. Los sentimientos son demasiado nobles para jugar con ellos.
Otra dificultad, sin duda, es la actitud feudal, reaccionaria y pasiva de muchos hombres, que tienen un comportamiento retrógrado. No quieren que se cuestione el dominio absoluto sobre la mujer en el hogar o en la sociedad en general. En el combate por la edificación de la sociedad nueva, que es un combate revolucionario, estos hombres, con sus prácticas, se sitúan en el lado de la reacción y la contrarrevolución. Porque la revolución no puede tener éxito sin la emancipación verdadera de las mujeres.
Por eso, compañeras militantes, tenemos que ser muy conscientes de todas estas dificultades para afrontar los combates futuros.
La mujer, lo mismo que el hombre, tiene cualidades pero también defectos, lo que demuestra que la mujer es igual al hombre. Si destacamos deliberadamente las cualidades de la mujer, no es porque tengamos de ella una visión idealizada. Simplemente queremos poner de relieve sus cualidades y habilidades, que el hombre y la sociedad siempre han ocultado para justificar la explotación y el sometimiento de la mujer.
¿Cómo podemos organizarnos para acelerar la marcha hacia la emancipación?
Nuestros medios son irrisorios, pero nuestra ambición es grande. Nuestra voluntad y nuestra firme convicción de avanzar no bastan para alcanzar la meta. Debemos sumar fuerzas, todas nuestras fuerzas, coordinarlas para que la lucha tenga éxito. Desde hace más de dos décadas se habla mucho de emancipación en nuestro país, hay mucho debate al respecto. Hoy se trata de abordar el asunto de la emancipación de forma global, evitando las irresponsabilidades que impidieron reunir todas las fuerzas en la lucha y quitaron importancia a esta cuestión crucial, y evitando también las huidas hacia delante que dejarían atrás a aquellos y sobre todo aquellas que deben estar en primera línea.
(…)
Por eso, compañeras, os necesitamos para una verdadera liberación de todos nosotros. Sé que siempre hallaréis la fuerza y el tiempo necesarios para ayudarnos a salvar nuestra sociedad.
Compañeras, no habrá revolución social verdadera hasta que la mujer se libere. Que mis ojos no tengan que ver nunca una sociedad donde se mantiene en silencio a la mitad del pueblo. Oigo el estruendo de este silencio de las mujeres, presiento el fragor de su borrasca, siento la furia de su rebelión. Tengo esperanza en la irrupción fecunda de la revolución, a la que ellas aportarán la fuerza y la rigurosa justicia salidas de sus entrañas de oprimidas.
Compañeras, adelante por la conquista del futuro. El futuro es revolucionario. El futuro pertenece a los que luchan.
¡Patria o muerte, venceremos!



Versión dígital en castellano:thomsank el 19 de diciembre, 2009. Traducido por Juan Vivanco.
Fuente de esta edición:Marxists Internet Archive, 2010.

"13 MINUTOS PARA MATAR A HITLER", DE HIRSCHBIEGEL. LA SOLEDAD DEL INDIGNADO INDEPENDIENTE

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Entre los múltiples y variados intentos que, a mediados del siglo XX, tenían como objetivo  acabar con la vida del tirano alemán Adolf Hitler –inventor de la teoría de la supremacía de la raza blanca y creador de los campos de exterminio donde sus sicarios de las SS y la Gestapo asesinaron a millones de judíos (y también gitanos, comunistas, homosexuales…), y sus “autoridades” médicas, como Mengele,  levaron a cabo toda suerte de experimentos con niños, con gemelos, con mujeres- ocupa una humilde segunda fila el perpetrado por un modesto carpintero zuavo llamado Georg Elser quien, en 1939, se dedicó en cuerpo y alma a organizar un “plan perfecto” para liberar a la humanidad de un monstruo, aprovechando el momento en que el Führer nazi iba a pronunciar una conferencia al aire libre en la cervecería Bürgerbräu de Munich. A Elser –que no pertenecía a ningún partido ni asociación, por lo que  ha pasado a la pequeña historia de Alemania como “un héroe ordinario”- no le movía otra cosa que una rebelión personal contra las brutalidades y los crímenes del régimen.

Este es el argumento del drama que podemos ver en 13 minutos para matar a Hitler, película dirigida por Oliver Hirschbiegel (Oscar 2005 por La caída, su anterior obra sobre el nazismo que narra el final del Tercer Reich, la derrota en la guerra y el suicidio del dictador y varios personajes de su entorno), que en otros países se ha estrenado justamente con el título Elser: un héroe ordinario y está interpretada por Christian Friedel (La cinta blanca, Amour Fou), Katharina Schüttler  (Oh boy, The Promise) y Burghart Klaubner (El puente de los espías).

Es el 8 de octubre de 1939. Adolf Hitler se dirige  a los dirigentes del partido nazi en una  cervecería de Munich. Finalizada su intervención, Hitler, junto con Joseph Goenbbels, Heinrich Himmler, Martin Bormann y otros, abandona el lugar. Trece minutos después explota una bomba. El atentado ha sido un fracaso. Detenido en la frontera cuando pretendía huir a Suiza, Georg Elser es trasladado a Munich y después interrogado y torturado por los expertos de la Gestapo, que sospechan se trata de un complot y le consideran un peón en manos de alguna potencia extranjera. Nadie puede creer que un modesto ebanista de 36 años, que parece surgido de ninguna parte, pero que reconoce haber sido el autor de la bomba que ha estallado en el restaurante muniqués, haya actuado solo y carezca de cómplices y jefes que le hayan dirigido. Todos los intentos –y todos los sofisticados métodos de tortura- fracasan en el intento de encontrarle aliados, relación con grupos comunistas o terroristas… Detrás de él no parece haber realmente nada. Y tampoco consiguen que los expertos diagnostiquen su locura…

Cuando le interrogan, y está en condiciones de responder, Elser se define como un “trabajador independiente”, y ésa es la principal característica del personaje: una independencia para empezar de espíritu pero también vital, que se manifiesta en la opción de establecerse por su cuenta o en la de mantener una relación con una mujer casada. Elser es un resistente independiente y, como tal, actuó solo. Internado en Oranienburg y trasladado aluego a Dachau, fue ejecutado el 9 de abril de 1945, pocos días antes de la liberación del campo.

Diez años después de conseguir el Oscar a la mejor película extranjera con La Caída, Oliver Hirschbiegel descubre aquí un retazo de la vida de un “hombre ordinario”, un ciudadano indignado que decide actuar por su cuenta para defender unos valores, aún a riesgo de su vida. Presentada como un biopic, la película 13 minutos para matar a Hitler tiene mucho también de docudrama en sus idas y venidas del pasado al presente del carpintero Elser, un hombre libre  indignado frente a lo inaceptable,  tan idealista como sensible y  que disfruta con la vida, interpretado de manera emocionante  por Christian Friedel.

Ilsa Lund (Fuente: Crónica Popular)

VIETNAM APUESTA POR DESARROLLAR CULTURA PREÑADA DE IDENTIDAD NACIONAL

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El presidente Truong Tan Sang (Fuente: VNA) 
Hanoi (VNA) – El presidente de Vietnam, Truong Tan Sang, calificó de tarea fundamental y a largo plazo desarrollar una cultura avanzada y preñada de identidad nacional, así como promover los valores humanos, ante la demanda de progreso sostenible de la nación.

El mandatario asistió hoy a una reunión para hacer balance de las actividades durante el último quinquenio del Consejo teórico y critico de literatura y artes del Comité Central del Partido Comunista.

Tras apreciar los logros alcanzados por el órgano, Tan Sang exhortó al Consejo a seguir reuniendo a investigadores para ofrecer propuestas e iniciativas destinadas a aumentar la eficiencia del liderazgo del Partido y el Estado en el ámbito cultural y artístico, y a la vez atraer a jóvenes talentos quienes heredarán el trabajo de sus generaciones predecesores.

Enfatizó la necesidad de elevar la conciencia de todo el sistema político sobre el papel y la posición de la cultura en la nueva coyuntura, para garantizar el desarrollo sostenible del país.

Durante el último lustro, el Consejo realizó un resumen detallado sobre la evolución de la teoría literaria y artística en Vietnam desde inicios del siglo XX hasta el momento, en el cual evaluó los logros y deficiencias, propuso soluciones y sistematizó una base de datos, al servicio del establecimiento de argumentos científicos y de la planificación de las orientaciones para desarrollar los estudios teóricos.

Mediante encuestas sobre la vida literaria y artística en el país y el extranjero, el Consejo contribuyó a concienciar al sistema político del papel de la cultura, elevar la responsabilidad de artistas y autores en el progreso de la rama y asesorar al Partido y el Estado en el perfeccionamiento de políticas al respecto.
Además, persistió en la lucha contra los argumentos y acciones erróneos en la enseñanza, investigación, creación, crítica, publicación y publicidad

Fuente: VNA

LA ACADEMIA HÚNGARA DE LAS CIENCIAS HA DECIDIDO CERRAR EL ARCHIVO LUKACS DE BUDAPEST

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Protestamos contra el cierre del Archivo Lukács

Nosotros, los abajo firmantes, queremos expresar que estamos sumamente preocupados por la resolución de la Academia Húngara de Ciencias de cerrar el Archivo Lukács en Budapest. Görgy Lukács, uno de los filósofos más importantes del siglo XX, fue un prolífico autor cuya abarca además de la filosofía, preocupaciones políticas, teoría literaria, sociología y ética. Autor de renombre internacional, Lukács representa una de los puntos intelectuales más altos e importantes en la historia de Hungría y su trabajo constituye parte del tesoro de la humanidad. Durante décadas, el Archivo Lukács facilitó el acceso de círculos, tanto académicos como no académicos, a documentos relacionados con la vida del filósofo y a archivos profesionales. Situado en la casa del gran autor húngaro durante los últimos años, el Archivo ha servido también como un lugar para la memoria, para recordar a una personalidad decisiva de nuestra era. Por todos estos motivos, solicitamos a las autoridades a cargo volver a considerar la decisión que tiene a la comunidad internacional de ciencia y arte consternadas y entristecida.

Firmar aquí: http://www.petitions24.com/protest_against_closing_down_the_lukacs_archiv

DOCUMENTAL "UNA RED PARA ORGANIZAR LA SOLIDARIDAD"

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Hace ya casi tres años que comenzamos a construir la Red de Solidaridad Popular para luchar con la situación de emergencia social que esta crisis y este sistema han generado en España. Nuestro trabajo se basa en resolver las necesidades concretas de las personas y a la vez hacer protagonistas a las víctimas de la crisis, a las familias empobrecidas, al pueblo que sufre las consecuencias de un expolio.
Durante estos tres años hemos creado asambleas, por todo el estado, que a su vez han generado despensas solidarias, programas de apoyo a la educación pública, clases de apoyo, grupos de mujeres, huertos solidarios, economía social, iniciativas contra la pobreza energética y otros muchos programas de solidaridad. Programas que han surgido en nuestras asambleas locales de la RSP, tejiendo solidaridad desde abajo, en base a las necesidades de nuestras vecinas y vecinos. 
Hace más de un año que nos embarcamos en la aventura de contar todo lo que hacía la Red de Solidaridad Popular en un documental. Un reto difícil pero que afrontamos con motivación. Tras conseguir la financiación mediante el crowdfunding, planificamos el rodaje que nos ha llevado a conocer Redes cuyo trabajo está modificando la situación en sus barrios y pueblos. Hemos volado hasta Canarias para mostraros su lucha por el transporte público, Valencia y sus huertas solidarias, Vigo y su Centro Social, Zaragoza con sus clases de idiomas, Terrasa y sus programas de vivienda y Madrid donde hemos visitado varios proyectos, recogiendo el testimonio de las personas que día a día hacen la red.
Gracias a todas las redes que nos han acogido, que nos han abierto las puertas de sus casas y que nos han enseñado como se construye la solidaridad. Gracias a todas por ser un ejemplo de lucha y dignidad.

Red de Solidaridad Popular


Documental - Una red para organizar la solidaridad from Alfredo Ay Menon on Vimeo.
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