Título Original: сражение реки Волга
Dirección y guión: 150 cinematógrafos
País: U.R.S.S.
Duración: 76 min
Año: 1962
Este documental narra la grandiosa batalla a orillas del Volga que en mucho predeterminó el desarrollo de los acontecimientos en los frentes de la Segunda Guerra Mundial contra la Alemania hitleriana.
Los principales acontecimientos de la campaña del verano de 1942 se desplegaron en el flanco sur del frente soviético-alemán. La dirigencia de la Alemania fascista, tras el revés sufrido en las cercanías de Moscú en diciembre de 1941, hizo hincapié en la toma de Stalingrado, de las fecundas tierras del Don, Kubán y el curso bajo del Volga, de los accesos a las zonas petroleras del Cáucaso. La consecución de estos objetivos debía determinar el desenlace de la contienda en el Frente Oriental.
El epicentro de la lucha pasó a ser Stalingrado. La ofensiva a la ciudad corría a cargo del agrupamiento de ejércitos B que contaba más de un millón de soldados y oficiales. La batalla duró del 17 de julio de 1942 al 2 de febrero de 1943. En su primera etapa, del 17 de julio al 18 de noviembre, las tropas soviéticas libraban combates defensivos. Primero en las vías de acceso a la ciudad, luego en el propio Stalingrado. Los combates eran muy crueles. Se efectuaban en calles, en edificios, en fábricas, a orillas del Volga. La ciudad quedó reducida a ruinas. Pero, los alemanes no pudieron tomarla a pesar de todos sus esfuerzos y medios empleados.
El 19 de noviembre, las tropas soviéticas de los Frentes del Don, Suroeste y de Stalingrado, pasaron a la contraofensiva. Fue rota la defensa del tercer Ejército rumano y de las unidades alemanas que lo apoyaban. El 23 de noviembre el agrupamiento enemigo en Stalingrado, en total 330 mil efectivos, resultó copado. El intentos de desbloquearlo emprendido por el mando alemán no tuvo éxito. Las tropas alemanas fueron divididas y a fines de enero e inicios de febrero sus restos con el comandante del 6º ejército, mariscal de campo Paulus se vieron forzados a deponer las armas.
Lo de Stalingrado fue una conmoción para la Alemania fascista, de la cual no pudo recuperarse. Del 17 de julio de 1942 al 2 de febrero de 1943 los ejércitos del bloque fascista perdieron una cuarta parte de sus fuerzas en el frente soviético-alemán. Alrededor de un millón 500 mil soldados y oficiales del enemigo fueron liquidados, heridos o hechos prisioneros.
En la URSS comprendieron que se había producido un giro en la guerra. He aquí cómo recuerda las peripecias de Stalingrado el teniente general Nikolai Leónov, que en 1942 tenía 14 años:
Para nosotros esto era una verdadera revelación. Todos nosotros comprendimos que ahora la guerra iría en otra dirección. No de Oeste a Este, sino de Este a Oeste. Así fue la primera impresión de la victoria. Ciertamente, el estado de ánimo de la gente era cercano al que sentí más tarde, en el Día de la Victoria, 9 de mayo.
Después de Stalingrado fueron Kursk, el Dniéper, Bielorrusia, otras batallas grandiosas y sangrientas. Y en éstas la iniciativa estratégica pasó definitiva e irremediablemente a las Fuerzas Armadas Soviéticas que con brillo finalizaron la conflagración en mayo de 1945.
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Dirección y guión: 150 cinematógrafos
País: U.R.S.S.
Duración: 76 min
Año: 1962
Este documental narra la grandiosa batalla a orillas del Volga que en mucho predeterminó el desarrollo de los acontecimientos en los frentes de la Segunda Guerra Mundial contra la Alemania hitleriana.
Los principales acontecimientos de la campaña del verano de 1942 se desplegaron en el flanco sur del frente soviético-alemán. La dirigencia de la Alemania fascista, tras el revés sufrido en las cercanías de Moscú en diciembre de 1941, hizo hincapié en la toma de Stalingrado, de las fecundas tierras del Don, Kubán y el curso bajo del Volga, de los accesos a las zonas petroleras del Cáucaso. La consecución de estos objetivos debía determinar el desenlace de la contienda en el Frente Oriental.
El epicentro de la lucha pasó a ser Stalingrado. La ofensiva a la ciudad corría a cargo del agrupamiento de ejércitos B que contaba más de un millón de soldados y oficiales. La batalla duró del 17 de julio de 1942 al 2 de febrero de 1943. En su primera etapa, del 17 de julio al 18 de noviembre, las tropas soviéticas libraban combates defensivos. Primero en las vías de acceso a la ciudad, luego en el propio Stalingrado. Los combates eran muy crueles. Se efectuaban en calles, en edificios, en fábricas, a orillas del Volga. La ciudad quedó reducida a ruinas. Pero, los alemanes no pudieron tomarla a pesar de todos sus esfuerzos y medios empleados.
El 19 de noviembre, las tropas soviéticas de los Frentes del Don, Suroeste y de Stalingrado, pasaron a la contraofensiva. Fue rota la defensa del tercer Ejército rumano y de las unidades alemanas que lo apoyaban. El 23 de noviembre el agrupamiento enemigo en Stalingrado, en total 330 mil efectivos, resultó copado. El intentos de desbloquearlo emprendido por el mando alemán no tuvo éxito. Las tropas alemanas fueron divididas y a fines de enero e inicios de febrero sus restos con el comandante del 6º ejército, mariscal de campo Paulus se vieron forzados a deponer las armas.
Lo de Stalingrado fue una conmoción para la Alemania fascista, de la cual no pudo recuperarse. Del 17 de julio de 1942 al 2 de febrero de 1943 los ejércitos del bloque fascista perdieron una cuarta parte de sus fuerzas en el frente soviético-alemán. Alrededor de un millón 500 mil soldados y oficiales del enemigo fueron liquidados, heridos o hechos prisioneros.
En la URSS comprendieron que se había producido un giro en la guerra. He aquí cómo recuerda las peripecias de Stalingrado el teniente general Nikolai Leónov, que en 1942 tenía 14 años:
Para nosotros esto era una verdadera revelación. Todos nosotros comprendimos que ahora la guerra iría en otra dirección. No de Oeste a Este, sino de Este a Oeste. Así fue la primera impresión de la victoria. Ciertamente, el estado de ánimo de la gente era cercano al que sentí más tarde, en el Día de la Victoria, 9 de mayo.
Después de Stalingrado fueron Kursk, el Dniéper, Bielorrusia, otras batallas grandiosas y sangrientas. Y en éstas la iniciativa estratégica pasó definitiva e irremediablemente a las Fuerzas Armadas Soviéticas que con brillo finalizaron la conflagración en mayo de 1945.
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