En conmemoración al aniversario 125 del natalicio del Presidente Ho Chi Minh (19 de mayo de 1890 – 19 de mayo de 2015), el Comité del Partido de Ciudad Ho Chi Minh organizó la ceremonia de inauguración de la Estatua del Presidente Ho Chi Minh en la zona céntrica de la ciudad. En la foto: Programa artístico especial en celebración del acto inaugural de la Estatua del Presidente Ho Chi Minh
CARTA A LOS CAMARADAS, de HO CHI MINH
(1 de marzo de 1947)
Camaradas de Vietnam del Norte:
No tengo tiempo para reunirme con vosotros y participar en la crítica, la revisión y la discusión de los asuntos públicos. Siento mucho que las circunstancias no me permitan hacerlo. Por lo tanto, os envío algunas palabras y espero que las toméis en cuenta:
1. Ahora que nuestra nación se encuentra en la encrucijada de vivir o morir, de perecer o existir, cada camarada y la totalidad de la organización deben dedicar todo su corazón y su fuerza para llevar al pueblo en una sola dirección y hacia un solo propósito: echar a los colonialistas franceses y dar al país la unidad y la independencia. Por eso, cada camarada y la totalidad de la organización deben tener claridad, inteligencia, cuidado, resolución, acción y un solo propósito.
2. Esta larga guerra de resistencia es una revolución nacional a un alto nivel. Ahora todos los pensamientos y los hechos de cada camarada tienen una gran importancia para todo el país. La negligencia de un hombre puede hacer fracasar un asunto de gran importancia. Pequeños errores pueden causar resultados desastrosos.
Por lo tanto, debemos desprendemos absolutamente de los siguientes defectos:
a) Localismo. Atender sólo a los intereses de su propia localidad sin tomar en cuenta los intereses de todo el país. Ocuparse únicamente del organismo donde uno trabaja. Debido a estos defectos, pueden ocurrir cosas que parecen de menor importancia a primera vista, pero que en realidad son dañinas para el plan común. Por ejemplo: reclutar todos los cuadros y los materiales posibles para la localidad, oponiéndose a que las autoridades más altas trasladen los cuadros y los materiales adonde se necesitan.
b) Sectarismo. Escuchar a los que están en buenos términos con uno, aun cuando estén equivocados, y usarlos, aun cuando no tengan capacidad. Descartar a los que tienen diferencias con uno, aun si están bien dotados, y negarse a escucharlos sin importar si están en lo cierto. Estos son defectos muy dañinos. Esto priva a la organización de cuadros y de unidad y siempre lleva al fracaso el trabajo. Se trata de una costumbre muy peligrosa.
c) Militarismo y burocracia. Comportarse con aptitudes de pequeño rey cuando se está a cargo de una región. Ser arrogante e intolerante. Menospreciar a los superiores y abusar de la autoridad, y pasar sobre los subalternos. Asustar a la gente con un porte arrogante. Estos estados de ánimo despóticos han fomentado muchos odios y desacuerdos y han aumentado la distancia entre los niveles más altos y los más bajos, entre las organizaciones y el pueblo.
d) Criterio estrecho. Debemos tener presente en la mente que cada quien tiene sus puntos fuertes y débiles. Debemos utilizar los puntos fuertes y ayudar a corregirlos defectos. Utilizar a la gente es como utilizar madera. Un obrero hábil puede utilizar todo tipo de maderas, grandes o pequeñas, derechas o torcidas. El criterio estrecho lleva a hechos despreciables y es causa de muchas enemistades y de pocas amistades. Un hombre de criterio estrecho recibe poca ayuda de los demás, y una organización con criterio estrecho no prospera.
e) Formalismo. No se consideran los problemas en sus resultados prácticos o en su urgencia, sino sólo para lucirse. Por ejemplo, actualmente el adiestramiento militar tiene como únicos propósitos el manejo de los fusiles, dagas, granadas de mano, el conocimiento de las condiciones topográficas, la movilidad ágil en la sombra y la práctica en la exploración; en una palabra, entrenar a todos para la guerra de guerrillas. Pero en muchas localidades dedican el tiempo solo a entrenarse para los desfiles. Esto es como practicar música para hacer un incendio.
En otros lugares, las formas de propaganda se limitan a escribir consignas, colgar banderas y banderitas, embellecer las casas de información y construir tribunas por pura formalidad, pero nunca se dirigen a la gente para darle explicaciones, para ayudarle a entender plenamente las políticas de la organización.
f) Papeles. El amor a los papeles. Sentarse en la oficina y dar órdenes sin ir al lugar correspondiente para verificar el desarrollo del trabajo y diseñar planes para instrumentar correctamente las instrucciones y las resoluciones de la organización. No se enteran si las instrucciones y las resoluciones que mandan los altos niveles a las localidades se pueden o no llevar a cabo. Este tipo de trabajo es muy dañino. Nos impide seguir de cerca el movimiento y deforman la verdadera situación. De todo esto resulta que muchas de nuestras políticas no se llevan a cabo correctamente.
g) Indisciplina. Disciplina relajada. En algunas regiones golpeadas por la guerra, cierto número de camaradas han abandonado sus localidades y se han ido a trabajar a otros lugares por propia iniciativa, sin esperar la decisión de los más altos niveles de su organización. Así, estos camaradas no sólo han mostrado un espíritu débil, haciendo lo que es fácil o de su gusto y abandonando lo que es difícil o que no les gusta, sino que también se han despreocupado de la disciplina de la organización y llevado el desorden a sus filas.
En muchos lugares los camaradas que cometieron errores no fueron castigados adecuadamente. Hay camaradas que fueron destituidos de un lugar, pero conservaron su antiguo rango al ir a otro lugar, o fueron destituidos sólo por conservar las formas, pero en realidad conservaron su antigua posición.
Hay camaradas que merecían castigos, pero por razones personales sólo fueron criticados y simplemente se les amonestó para conservar las forma. En otros lugares también hubo gente que llegó hasta el extremo de esconder los errores del otro y perdonarse mutuamente, engañar a los mandos y ocultar sus errores a la organización. Estas formas de mantener la disciplina no solo impiden que el culpable corrija sus errores, sino que también lo hacen burlarse de la disciplina. Aun peor, la disciplina relajada propiciará que se deslicen elementos reaccionarios en nuestras filas para sabotear nuestra organización.
h) Egoísmo, corrupción. Hay camaradas que todavía sufren de megalomanía. Están en busca de una posición en algún comité‚ o una dirección. Otros, entregados a la buena comida y la ropa lujosa, tratan de adueñarse de las propiedades públicas y abusan de su autoridad o de su puesto para entregarse a transacciones comerciales y enriquecerse. Piensan más en sus negocios privados que en los asuntos públicos. Las virtudes revolucionarias y la opinión pública no significan nada para ellos.
Otros, engreídos y satisfechos de sí mismos, creen que como antiguos presos políticos o miembros del frente Vietminh son más competentes que cualquier otro e irremplazables. Es verdad que las cárceles imperialistas son escuelas para ellos y el frente Vietminh es una organización de patriotas empeñados en la salvación nacional. Pero también es cierto que fuera del Vietminh existen muchas personas capaces y talentosas que el Vietminh todavía no ha podido organizar. Además, si los presos políticos y los miembros del frente Vietminh son los mejores, ¿acaso esto significa que todos los que no han tenido el honor de ser encarcelados o los que no se han unido al frente Vietminh, no tienen talento o no sirven para nada?
Todos y cada uno de nosotros debemos ser modestos. A medida que seamos más veteranos y talentosos, más grande debe ser nuestra modestia. Debemos anhelar el progreso y tener en mente las palabras de nuestro maestro: “aprender, aprender y aprender”. La vanidad y el estar satisfechos de nosotros mismos no hará más que obstruir nuestro progreso.
Algunos camaradas todavía tienen la costumbre de pensar que “cuando un hombre es mandarín, toda su familia se beneficia por ello”. Dan puestos a sus amigos y a sus parientes, sin tener en cuenta los resultados desastrosos que causan a la organización en caso de que los obtengan.
Aunque tengáis en general muchas cualidades, como son la perseverancia, la integridad, la habilidad y la iniciativa, se trata de cualidades inapreciables que sirven de base para el desarrollo de otras virtudes. Pero en este período de grandes dificultades y duras tareas, estas cualidades no son suficientes. Sólo si se sirven de estas buenas bases para corregir decididamente los defectos men-cionados arriba, estaremos seguros de obtener el éxito completo.
3. Debéis hacer lo indecible para llevar a cabo los siguientes puntos:
a) Debe militarizarse nuestra organización. Las mentes y los hechos deben estar en completa armonía. Nuestra organización es la unidad de vanguardia, y si estamos en desavenencias o divididos cuando lanzamos un asalto, no tendremos esperanza de victoria. Nuestra organización no solo debe tener una sola dirección, sino que también el ejército, el pueblo y la administración deben tener un solo propósito.
b) Deben escogerse los hombres adecuados para los organismos dirigentes con poderes y responsabilidades bien delimitadas, con estrechas conexiones entre sí y cooperación también estrecha.
Deben evitarse absolutamente los abusos de poder, la disparidad, los conflictos, el lucimiento y los celos en los puestos responsables.
En este momento la cuestión de los organismos dirigentes es de la más alta importancia. Debe ponerse sumo cuidado para designar a los miembros de estas organizaciones, pero una vez designados debe existir una obediencia absoluta. Las cosas pueden ser fluidas solo cuando los menores obedecen a sus superiores.
c) Deben mantenerse firmemente los contactos y comunicaciones entre las provincias y las zonas y entre Trung Bo, Nam Bo y Buc Bo. Como las comunicaciones permiten la circulación, si se cortan habrá grandes dificultades. Las buenas comunicaciones facilitarán todo.
Espero que dediquéis todo vuestro espíritu revolucionario para superar vuestros defectos, desarrollar vuestras cualidades, unificar vuestros esfuerzos, fortalecer la solidaridad interna y ampliar vuestras filas, reorganizar vuestro trabajo para dirigir a todo el pueblo con entusiasmo, para llevar la guerra de resistencia a una gloriosa victoria.
Fuente: Ediciones Nuestra Propuesta