Título: El Socialismo traicionado
Autor: Roger Keeran y Thomas Kenny
Editorial: El Viejo Topo
ISBN: 978-84-942638-3-5
Año de publicación: 2014
Nº Páginas: 325
Tamaño: 15, x 23,5 x 1,5 cm
Precio: 24,80 €
"La existencia de la Unión Soviética era tan cierta como que el sol sale todos los días. Era un país sólido, poderoso, fuerte, que había sobrevivido a situaciones extremadamente difíciles", Fidel Castro.
¿Cómo un país que sobrevivió a una guerra civil, a la invasión nazi (que le costó 25 millones de muertos), al asedio militar de la Guerra Fría, pudo sucumbir de repente al oportunismo socialdemócrata y a la introducción del capitalismo "por arriba"?
En contra de una creencia muy extendida, la historia del colapso de la URSS no fue el despliegue inevitable de una tragedia a la que conducía la inviabilidad del socialismo soviético. En realidad, fue la historia del triunfo de una cierta tendencia dentro de la propia revolución.
Los autores Roger Keeran y Thomas Kenny, historiador y economista respectivamente, se valen de una muy amplia investigación para aportar una visión global del harto complicado engranaje de causas y efectos, de acciones y omisiones, de contextos y de hechos, que hicieron colapsar la gigante nación soviética y estudian las causas profundas de este drama. Describen la presencia, desde los años 1920 hasta la caída, en 1991, de una corriente de pensamiento socialdemócrata, que se fue apoyando, poco a poco, en el refuerzo de la "Segunda Economía"
En este libro, Roger Keeran y Thomas Kenny sostienen que el derrumbe y desintegración de la URSS no se produjeron a causa del fracaso objetivo del socialismo, como se ha repetido machaconamente desde las derechas occidentales, sino que fueron producto principalmente de las políticas que Mijaíl Gorbachov puso en marcha después de 1986. Políticas que no eran las únicas posibles para abordar los problemas existentes, y que surgieron de un debate, tan viejo como el propio marxismo, en el seno del movimiento comunista acerca de cómo construir una sociedad socialista. Lo cierto es que después de 1985, las políticas de Gorbachov se desplazaron hacia la derecha, basándose en lo que podríamos llamar una visión socialdemócrata del socialismo que debilitaba al Partido Comunista, hacía concesiones ante el capitalismo e incorporaba al socialismo soviético ciertos aspectos de la propiedad privada, los mercados y las formas políticas capitalistas. Como resultado, progresivamente, las reformas de Gorbachov condujeron al desastre económico y la desintegración nacional. Y la URSS colapsó.
Autor: Roger Keeran y Thomas Kenny
Editorial: El Viejo Topo
ISBN: 978-84-942638-3-5
Año de publicación: 2014
Nº Páginas: 325
Tamaño: 15, x 23,5 x 1,5 cm
Precio: 24,80 €
"La existencia de la Unión Soviética era tan cierta como que el sol sale todos los días. Era un país sólido, poderoso, fuerte, que había sobrevivido a situaciones extremadamente difíciles", Fidel Castro.
¿Cómo un país que sobrevivió a una guerra civil, a la invasión nazi (que le costó 25 millones de muertos), al asedio militar de la Guerra Fría, pudo sucumbir de repente al oportunismo socialdemócrata y a la introducción del capitalismo "por arriba"?
En contra de una creencia muy extendida, la historia del colapso de la URSS no fue el despliegue inevitable de una tragedia a la que conducía la inviabilidad del socialismo soviético. En realidad, fue la historia del triunfo de una cierta tendencia dentro de la propia revolución.
Los autores Roger Keeran y Thomas Kenny, historiador y economista respectivamente, se valen de una muy amplia investigación para aportar una visión global del harto complicado engranaje de causas y efectos, de acciones y omisiones, de contextos y de hechos, que hicieron colapsar la gigante nación soviética y estudian las causas profundas de este drama. Describen la presencia, desde los años 1920 hasta la caída, en 1991, de una corriente de pensamiento socialdemócrata, que se fue apoyando, poco a poco, en el refuerzo de la "Segunda Economía"
En este libro, Roger Keeran y Thomas Kenny sostienen que el derrumbe y desintegración de la URSS no se produjeron a causa del fracaso objetivo del socialismo, como se ha repetido machaconamente desde las derechas occidentales, sino que fueron producto principalmente de las políticas que Mijaíl Gorbachov puso en marcha después de 1986. Políticas que no eran las únicas posibles para abordar los problemas existentes, y que surgieron de un debate, tan viejo como el propio marxismo, en el seno del movimiento comunista acerca de cómo construir una sociedad socialista. Lo cierto es que después de 1985, las políticas de Gorbachov se desplazaron hacia la derecha, basándose en lo que podríamos llamar una visión socialdemócrata del socialismo que debilitaba al Partido Comunista, hacía concesiones ante el capitalismo e incorporaba al socialismo soviético ciertos aspectos de la propiedad privada, los mercados y las formas políticas capitalistas. Como resultado, progresivamente, las reformas de Gorbachov condujeron al desastre económico y la desintegración nacional. Y la URSS colapsó.