QUALCUNO ERA COMUNISTA?
Evocación del cantautor Giorgio Gaber (escrito por Joaquín Dodero Curtani en el 10º aniversario de su muerte)
Van a cumplirse los 10 años de la muerte de Giorgio Gaber (Milán, 25 de enero del 1939 – Montemagno di Camaiore, 1 de enero del 2003), cantautor, comediógrafo, director y actor de teatro (gran colaborador de Giorgio Stelher), del Piccolo Teatro di Milano. Respondía al apelativo cariñoso de "Il Signor G". Entre sus hitos figura de haber sido una del los primeros intérpretes del rock and roll italiano (entre el 1958 y 1960) y fue el Iniciador, junto a Sandro Luporini, del género del “teatro canzone” (teatro canción).
Una figura del espectáculo, de izquierdas, de gran arraigo popular, que utilizaba un leguaje claro y directo sin renunciar a la síntesis poética; con una capacidad crítica, ironía y mordacidad políticas sin parangón. Se reconocía como un gran admirador y heredero de Jaques Brel. Por ello, al repertorio de temática política le añadía otro social, de amor y reflexión filosófica de gran intensidad.
El próximo 3 de febrero se cumplirán 22 años e la disolución del PCI. Por ello es oportuno recordar una de las canciones de más éxito popular de Gaber: “Qualcuno era comunista”, en un momento político y social, como el presente, de gran desesperación y crisis política, en el que se siente de forma dramática el vacío dejado por el PCI, es decir, la falta a de una fuerza organizada de izquierdas que nos defienda de las agresiones del capital financiero y sus representantes políticos, dispuesta a la lucha por un proyecto emancipatorio. Así pues, tomando prestada una expresión de otros, la canción de Gaber expresa la “nostalgia de un presente” y, por qué no, añado, de “un futuro”.
La puesta en escena, subtitulada en español, de Qualcuno era comunista puede ser visionada en el vídeo.
A modo de introducción, incluyo la traducción de la presentación que hiciera Fausto Bertinotti de la canción para el disco de Gaber La mia Generazione ha perso (Mi generación ha perdido), a los 10 años de la disolución del PCI (3.2.1991).
Debe haber alguna razón por la que, una vez pasados 10 años desde la perjudicial disolución del PCI, desde su falta, el vacío de lo que Pier Paolo Pasolini llamó “un país en un país” se represente mejor con una balada que en un libro de historia o en un relato político. Quizás el arte, la imaginación, pueden vestirse de luto mejor que la doctrina. O, tal vez, la nostalgia atormentada tome una forma poética porque sólo de ese modo puede reenviar de nuevo hacia un sueño que (aún) no ha tomado el cuerpo de un futuro relato. Alguno era comunista y ahora revive en la voz de Gaber, en la música. Son historias de hombres y mujeres reales, de un fragmento, de una gran política, de un tic. Componen la historia de un pueblo. Hay un pueblo cuando se atraviesan las aguas que separan la tierra de la gran promesa. Y cuando hay un pueblo, dentro se juntan miserias y nobleza (de ánimo). Cuántas veces nos habremos emocionado escuchando las últimas estrofas, como si estuviéramos escuchando la biografía de una generación. Se lo debemos a un artista de talento, a un artista que amamos, que a menudo nos ha pinchado con el filo de un cultura crítica y con la ironía. Aquí y ahora, vivimos como en un estado de suspenso, en el que se siente un gran abandono, tan grande es la añoranza y la amputación sufrida. El presente es tiempo para la pena. Pero mañana, aquellos volverán.
Fuente: mientras tanto