En la Sala Kstelar, de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de Sevilla, encontramos hasta el mes de febrero “Estructura moral del Paraiso”, proyecto de Jonás Torres, seleccionado por el programa iniciarte 2014/2015. Exposición que ha trazado una sensibilidad social a un proyecto que engloba tres creaciones fotográficas y otra en formato video, bajo el proceso de Stop-motion, a partir de 878 fotografías digitales.
Tal como afirma el autor, el fotógrafo Jonás Torres, ha querido plasmar dos planos semánticos con sus fotografías, el conceptual y el descriptivo. En todas sus fotografías observamos una narración secuencial, cuyos pilares se centran en la emigración, precariedad laboral y los desahucios, y por supuesto, “el estado de personas miserables, aún aferradas a tiempos pasados de bonanza.” Añade Natalia Vearr, gestora cultural, que junto a Jonás Torres han articulado esta atractiva exposición sita en la sala Kstelar, calle Castelar, número 22.
La exposición pretende ser una toma de consciencia, en torno al modo en que el discurso expositivo debe encarar la representación de la historia. Está organizada en relación a 4 secciones. La primera de ellas nos alerta de una crisis constante, dado que el ser humano no ha aprendido de su propio pasado. Se trata de El exiliado (2010), personaje obligado a dejar su vida atrás con la esperanza de encontrar un futuro mejor. Observamos en una serie de 7 obras fotográficas, un personaje en un espacio abandonado y bajo una atmósfera fría y ciertamente desasosegante, donde vemos una recreación secuencial de un camino ciertamente perdido, ausente.
La costurera (2012) es una serie de siete fotografías en blanco y negro, que simboliza la precariedad laboral sometiendo a personajes que rodean a la personaje principal, la costurera.
La extirpada (2013) es la última serie con siete fotografías con un contexto definitorio y común a toda la exposición donde podemos observar un personaje ciertamente mística que ha perdido su hogar, esperando atónita un devenir ausente.
El stop-motion denominado Un hombre miserable 4.0, reproduce más de 800 fotografías en algo más de 2 minutos, donde vemos una persona donde el día a día le hace ser consciente de su realidad tan paupérrima.
En su obra observamos dos disciplinas,fotografía y cine. Ambos términos pueden identificarse, reconocerse y comprenderse por separado—lo cual supone que su necesidad ha sido superada y sólo pueden asociarse indisolublemente entre sí y sustituirse en todas partes el uno al otro.
Observamos la intencionada alteración de la estructura paisajística, que pone constantemente a disposición de la percepción una atmósfera y una significación presente durante todas sus series.
Una buena elección de espacio y de diseño expositivo. Las fotos, en blanco y negro y color y papel mate, están expuestas sobres marcos de calidad, todo envuelto de una sencillez “atrezada”, con dos instalaciones realizadas por el propio autor.
Cuando el silencio y la quietud impregnan el material real, la acción en movimiento, la semántica que el autor requiere proyectarnos, tenemos que hacer ese mínimo esfuerzo para introducirnos en ese movimiento que J. Torres, nos ofrece, 7 fotogramas por la velocidad que tus pasos paseen entre las fotografías.
Fuente: Parabelum
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