GUERRA SANTA
El Obispado en los últimos años ha borrado el término Mezquita de todos los folletos de divulgación y amputa deliberadamente la esencia islámica en la narración histórica.
En su día, hace más de treinta años, muchos se hicieron de cruces. En un país de comehostias y meapilas la cesión de uso de edificios públicos hecha por el alcalde de Córdoba, el comunista Julio Anguita, a la comunidad islámica, suscitó una polémica entre éste y el entonces obispo de la diócesis (ya fallecido), quien llegó a calificar la decisión del alcalde como “error histórico”, que “supondría para los cordobeses desandar el camino de siglos y cambiar el cristianismo, que ha llegado mucho más lejos en perfección espiritual, por una religión mucho más simple y menos desarrollada”. Entonces, el primer alcalde comunista de capital española le mandó una carta a su ilustrísima en la que decía: “disculpe pero yo soy su alcalde” y “usted no es mi obispo”, y preguntaba al eclesiástico “en qué asamblea pública de la base cristiana ha sido elegido monseñor” como obispo de Córdoba...
‘A dios rogando y con el mazo dando’, o quizá también por aquello que dijo Juan Pablo II, “la Iglesia no necesita cristianos a tiempo parcial, sino cristianos de una pieza”, en 2006 el Obispado de Córdoba inscribió la Mezquita a su nombre en el Registro de la Propiedad. Apropiarse de este monumento considerado Patrimonio Mundial le costó 30 euros gracias a dos artículos de la Ley Hipotecaria franquista que daba categoría de administración pública a la Iglesia católica y que posibilitó que, con la sola firma del obispo, fuera suficiente para registrar a nombre de la Iglesia un bien público no registrado hasta la fecha.
Ahora, una plataforma ciudadana se ha levantado contra esta apropiación y recoge firmas on-line para que el monumento sea reconocido de titularidad pública. Miles de personas han mostrado su apoyo y alertan del peligro que corre la imagen de la Mezquita-Catedral como símbolo universal de concordia entre culturas. La acción ciudadana que se proyecta a través de la ‘Plataforma Mezquita-Catedral, Patrimonio de todos’ denuncia que el Obispado “en los últimos años ha borrado el término Mezquita de todos los folletos de divulgación y amputa deliberadamente la esencia islámica en la narración histórica ante los millones de turistas que la visitan cada año”.
Sostiene Sciascia en ‘Todo modo’: “el triunfo de la Iglesia a lo largo de los siglos, se debe más a los sacerdotes malos que a los buenos. Detrás de la imagen de la imperfección vive la idea de la perfección. El sacerdote que viola la santidad o, en su manera de vivir, hasta la escarnece, en realidad la confirma, la enaltece, la sirve…”.
‘A dios rogando y con el mazo dando’, o quizá también por aquello que dijo Juan Pablo II, “la Iglesia no necesita cristianos a tiempo parcial, sino cristianos de una pieza”, en 2006 el Obispado de Córdoba inscribió la Mezquita a su nombre en el Registro de la Propiedad. Apropiarse de este monumento considerado Patrimonio Mundial le costó 30 euros gracias a dos artículos de la Ley Hipotecaria franquista que daba categoría de administración pública a la Iglesia católica y que posibilitó que, con la sola firma del obispo, fuera suficiente para registrar a nombre de la Iglesia un bien público no registrado hasta la fecha.
Ahora, una plataforma ciudadana se ha levantado contra esta apropiación y recoge firmas on-line para que el monumento sea reconocido de titularidad pública. Miles de personas han mostrado su apoyo y alertan del peligro que corre la imagen de la Mezquita-Catedral como símbolo universal de concordia entre culturas. La acción ciudadana que se proyecta a través de la ‘Plataforma Mezquita-Catedral, Patrimonio de todos’ denuncia que el Obispado “en los últimos años ha borrado el término Mezquita de todos los folletos de divulgación y amputa deliberadamente la esencia islámica en la narración histórica ante los millones de turistas que la visitan cada año”.
Sostiene Sciascia en ‘Todo modo’: “el triunfo de la Iglesia a lo largo de los siglos, se debe más a los sacerdotes malos que a los buenos. Detrás de la imagen de la imperfección vive la idea de la perfección. El sacerdote que viola la santidad o, en su manera de vivir, hasta la escarnece, en realidad la confirma, la enaltece, la sirve…”.
Artículo de Marano Asenjo Pajares publicado en el Nº 270 de la edición impresa de Mundo Obrero marzo 2014
Firma la Petición "Salvemos la Mezquita de Córdoba · Por una Mezquita-Catedral de todos": http://www.change.org/es/peticiones/salvemos-la-mezquita-de-c%C3%B3rdoba-por-una-mezquita-catedral-de-todos