Desamparados.
Pablo Picasso
1903
Pastel y carboncillo sobre papel
47 x 40 cm
Museo Picasso de Barcelona
En 1901 y 1905, la maternidad es un tema frecuente en la obra del artista, en la que subsisten las influencias del pintor y teórico francés Maurice Denis y del pintor Puvis de Chavannes, que tienen una gran difusión en las revistas de Barcelona de finales del siglo XIX y principios del XX. Las maternidades picasianas de entonces reflejan, como el resto de las figuras de la época azul, la pesada carga personal, social y psicológica de los personajes.
La carnación de las figuras de Desamparados se humaniza de nuevo. La ejecución técnica evidencia un gran virtuosismo, sobre todo porque consigue una luminosidad excelente gracias a la aplicación de toques de pastel blanco. Esta vivacidad de la carne contrasta con la falta de expresión de los rostros, de los que sobresale la conmovedora mirada que nos dirigen los ojos negros y redondeados, cargados de la indiferencia y la resignación que invade el mundo de la marginación.
Con la mano (una mano desproporcionadamente alargada, fruto del amaneramiento de El Greco, presente en algunas figuras picassianas), la madre resguarda al hijo para protegerle de la dureza del frío invernal.
Desemparats
Sólo se mira cuando la vida
ha estrechado su cerco de negrura,
cuando la vida es amargura
de una herida.
Cuando la vida es una mano, un hueso
que aún quiere cobijar a la esperanza.
Cuando la pena crece, avanza
más que el beso.
Se hace el azul de pronto injusto,
se hace el negro de hierro
y la luz casi nada.
Más que los ojos por el susto
del amarillo perro
del hambre en la mirada.
Leopoldo de Luis
Fuente: Mundo Obrero nº 130 del año 1981