Los dibujos animados de la URSS constituyen un importante fenómeno cultural, reflejo del estilo de vida, los deseos y los sueños del pueblo soviético. Pero para disfrutar de estas buenas piezas de animación no es necesario tener ascendencia soviética; al fin y al cabo, no son más que dibujos animados infantiles y son realmente divertidos.
1. Nu, pogodí!(traducido al español sería algo así como: ¡Te vas a enterar!)
Fuente: ITAR-TASS
Los niños soviéticos tenían su propio Tom y Jerry, solo que en lugar de un gato y un ratón en su caso eran un lobo y una liebre. Hablamos de ‘Nu, Pogodí!’, la serie de animación más popular en la Unión Soviética.
La trama es bastante simple: un lobo (que no tiene ningún nombre, solo Lobo) intenta cazar a una liebre. Sin embargo, Nu, Pogodí! no es otra cosa que una réplica de Tom y Jerry.
Naturalmente, se trata de una disparatada comedia con persecuciones y caídas ridículas, pero también incluye algo de sátira social: el lobo es una caricatura de la figura del vándalo, que fuma, bebe y viste con ‘estilo’, un perfil rechazado por la sociedad soviética. Por otro lado, la liebre es el adolescente soviético modélico: modesta, comprometida con el deporte y siempre dispuesta a ayudar a otros. Pero al igual que el típico adolescente soviético, la liebre también es muy ingeniosa y le gusta gastar bromas pesadas, sobre todo al pobre lobo.
No baje el volumen: en Nu, Pogodí! se pueden oír canciones populares de la época, incluidas algunas melodías occidentales que el pueblo soviético no podía escuchar habitualmente por la radio.
La concesión de Nu, Pogodí! no se ha extinguido aún y el último episodio (el número 20) se emitió en 2012, aunque solo los 16 episodios rodados entre 1969 y 1986 se enmarcan dentro de los clásicos.
2. Guena el cocodrilo
Fuente: ITAR-TASS
‘Guena el cocodrilo’ es una película de animación stop-motion de tres episodios que se ha convertido en una serie de culto entre los rusos. Cuenta la historia de la amistad entre el personaje que le da nombre a la serie, Guena el cocodrilo (que trabaja un día en el zoo como cocodrilo), y Cheburashka, un peluche de orejas enormes que llega a la URSS desde África en una caja de naranjas.
Es una historia sencilla y entrañable: los personajes, incluso los malos como la anciana Shapokliak y su mascota la rata, son excesivamente tiernos y la banda sonora es perfecta. La canción de cumpleaños de Guena (aparece en el episodio segundo titulado ‘Cheburashka’) se convirtió en una canción de cumpleaños muy extendida en la URSS, y se canta en los cumpleaños.
Desde 2004, el propio personaje de Cheburashka se ha convertido en la mascota oficial del equipo olímpico ruso.
3. Los músicos de Bremen
En 1969, se tacharon de hostiles en la URSS cosas como la música rock, las revistas de moda, los hippies y otras tendencias culturales que florecían por entonces en Occidente, y se prohibió su difusión en los medios oficiales.
Pero los creadores de animación soviéticos decidieron que si no podían hacerlo en la vida real, siempre podrían crear unos dibujos animados. Así fue como apareció el musical de dibujos animados Los músicos de Bremen.
El personaje principal, Trubadur, lleva un corte de pelo al estilo de los Beatles, pantalones campana y una camisa estilo disco de cuellos puntiagudos; está enamorado de Princesa, que luce un minivestido que sale directamente de la última revista de moda, y ambos cantan juntos: “Nuestra alfombra es la pradera, nuestras paredes son los árboles, nuestro tejado es el cielo azul. Las paredes relucientes de los palacios nunca sustituirán nuestra libertad”.
En serio, todo aquel que haya nacido en la URSS conoce esta canción hippie. Para completar este cuadro, sale también un gallo con gafas estilo disco, un burro con gorra y guitarras con forma de laúd para todos... y ya tenemos toda la cultura pop de los 70 concentrada en una serie de dibujos animados infantiles.
No es de extrañar que a todo el mundo le gustará. Hoy en día, Los músicos de Bremen sigue siendo una de las películas de animación de la época soviética más conocidas.
4. El misterio del tercer planeta
Fuente: kinopoisk.ru
El escritor Kir Bulichov fue muy conocido en la URSS por sus novelas de ciencia ficción para niños. El personaje principal se llamaba Alisa, una colegiala que venía de un futuro comunista altamente tecnológico. El misterio del tercer planeta es una adaptación de esta novela realizada en 1981. Se trata de una película de animación con una compleja trama detectivesca que incluye un viaje a través del espacio, delincuentes intergalácticos, algún que otro extraterrestre y, por supuesto, robots.
5. El erizo en la niebla
Fuente: Ria Novosti
La mejor película de animación del mundo. Y esto es oficial. En 2003, se pidió a 140 animadores de todo el mundo que seleccionaran las 20 mejores películas de animación de la historia. El erizo en la niebla (en ruso Iozhik v tumane’ ocupó el primer puesto.
El Erizo en la niebla se caracteriza por un suspense y una emoción poco habituales en los dibujos infantiles.
Prácticamente no tiene ninguna trama: solamente se trata de un pequeño erizo que, buscando la casa de su amigo el cachorro de oso, acaba perdido en una espesa niebla.
La película muestra el viaje del erizo acompañado de una impetuosa música de fondo, donde fantasía y realidad se mezclan en mitad de la niebla. La película combina la belleza y la incertidumbre de la naturaleza con un juego de sombras grises y marrones.
Como ocurre siempre con las grandes obras de arte, podría haber varias interpretaciones del mensaje del autor, pero una cosa es segura: El erizo en la niebla ha dejado una profunda huella en todo el que la ha visto, sean adultos o niños.
En la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Sochi de 2014, El erizo en la niebla fue citado como uno de los símbolos de Rusia, junto con el Spútnik, Tolstói y Dostoievski.
Fuente: Rusia Hoy
Fuente: Rusia Hoy