Rafael Alberti (Puerto de Santa María, 1902-1999) recibió el Premio Cervantes 1983 con un discurso en el que descubre los paralelismos entre su vida y la del ilustre Miguel de Cervantes, según él, “el escritor más genialmente iluminado de todos nuestros clásicos, al que hay que amar más que a ninguno, sintiéndolo el más sufrido y golpeado, el más profundamente ligado a nuestro pueblo, el de mayor presencia y latido moral en medio de su tierra”.
A él le dedica su discurso Alberti, pero también a esos otros poetas, escritores, que, como él mismo, sufrieron el dolor del exilio… Los llama la “España peregrina”: Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, José Bergamín, Miguel Hernández, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda… Impulsado por ellos, Rafael Alberti repite una y otra vez la letanía: “¡Cuán cara eres de haber, oh dulce España!”.