El pasado 9 de septiembre Kim Jong Un, Secretario General del PTC y Presidente de Asuntos Estatales de la RPDC, pronunció un importante discurso sobre el rumbo de las futuras labores del Estado por el Día Nacional, titulado:
Trabajemos con más empeño por la prosperidad de nuestro gran Estado
Saludó cordialmente por el Día Nacional a los cuadros del Partido y el gobierno, quienes se esfuerzan constantemente por cumplir con abnegación las responsabilidades importantes que les ha conferido el gran pueblo, y a todos los habitantes y militares que celebran dignamente la fiesta con el gran orgullo de crear de continuo en aras de la prosperidad nacional con el patriotismo y la lealtad inmaculados e inagotables y los esfuerzos incansables.
Extiendo saludos afectuosos a los compatriotas de la Chongryon (Asociación General de Coreanos Residentes en Japón) y otros en el exterior que siguen realizando obras patrióticas con su fervoroso amor a la patria socialista. Y agradezco a los pueblos y amigos de todos los países hermanos que reconocen y apoyan la soberanía y la causa justa de la República Popular Democrática de Corea.
Rindo tributo a los mártires revolucionarios y patrióticos y los beneméritos de las generaciones anteriores quienes dieron su noble vida y realizaron proezas por la fundación y el desarrollo de nuestro Estado y el avance victorioso de la causa socialista y establecieron excelente tradición y ejemplo para las futuras generaciones.
Cada vez que contemplamos con orgullo nuestra bandera nacional flamear con su brillo inalterable en cualquier parte de la patria y celebramos cada año el Día Nacional, sentimos de corazón que en el mundo no existe un país tan grandioso, excelente y glorioso como el nuestro.
Tanto cuando Corea construía un verdadero país del pueblo librándose del yugo de la brutal dominación colonial como cuando rechazaba la agresión de la alianza imperialista incomparablemente superior en fuerzas, operó milagros nunca vistos en el mundo. Un sinfín de prodigios adornaron también la trayectoria de la Corea de Chollima, la del Juche, que de las cenizas de la guerra emergió como Estado socialista.
Lo que más nos dignifica es que esa trayectoria orgullosa de nuestro Estado no fuera solamente una historia del pasado de las generaciones anteriores.
Los milagros continúan en el presente.
Podemos asegurar que seguimos avanzando.
Durante un período perteneciente a toda una generación, nuestro Partido y pueblo han defendido y desarrollado la causa socialista sin ninguna vacilación alguna y desviación aunque han enfrentado múltiples desafíos y pruebas severas, lo cual significa la continuación más fiel y perfecta de la causa kimilsungista, así como la enorme victoria política y milagro histórico que comprueban en la práctica la veracidad y la vitalidad eternas de la gran idea Juche y su fruto, el socialismo al estilo coreano.
Así hemos enseñado claramente a todo el mundo la verdad del Juche y el principio inalterable de que por muy desesperadas que sean las maniobras de la reacción imperialista y aunque se sucedan las generaciones de la revolución, el socialismo en que el pueblo es dueño y cumple fielmente su responsabilidad y papel como tal, no fracasa y se desvía sino avanzará siempre victorioso.
Este año también, nuestro Partido y gobierno han organizado y emprendido una obra colosal que marcará el punto de viraje en el empeño de lograr el avance trascendental de la causa socialista.
Como sabemos que en tanto cumplimos las tareas del cuarto año del Plan Quinquenal, resuelto y organizado por el VIII Congreso del Partido, nosotros mismos hemos añadido al ámbito de nuestra lucha y asumido la tarea del resurgimiento de las localidades de mediano y largo plazos. Esta es una expresión de la firme confianza en nuestra fuerza, el concepto y la disposición revolucionarios del CC del Partido de cumplir con su responsabilidad y deber asumidos ante la época y la historia y, al mismo tiempo, una muestra de su espíritu de servirle con total entrega al pueblo.
Confiamos firmemente en que superaremos con coraje estos desafíos y esta etapa histórica en el avance de la causa revolucionaria.
La resolución revolucionaria, que hemos tomado recientemente, constituye una decisión estratégica de suma importancia para consolidar la base de nuestro régimen y acelerar el desarrollo general del Estado, al poner realmente de manifiesto las ventajas del socialismo mediante el fomento del bienestar de todo el pueblo.
En los tiempos pasados hubiera sido inconcebible sentar en diez años en todas las ciudades y distritos del país el fundamento material y técnico para el desarrollo multilateral e independiente en la aun desfavorable situación económica del país y con la gran dificultad de disponer de las fuerzas de reserva.
Pero, para responder a la gran esperanza y confianza del pueblo, el Partido y el gobierno trazaron una estrategia científica y un plan realista confiando en la fidelidad incondicional y la gran combatividad de nuestro ejército y, como es de esperar, en 20 ciudades y distritos se perfilan con claridad las importantes fábricas de la industria local.
Sin contentarse con ello, el Partido y el gobierno tomaron la iniciativa adicional de eliminar lo más pronto posible el atraso de las localidades y ahora hacemos preparativos para llevarla a la práctica.
He destacado ya la necesidad de tratar la política sobre el desarrollo local como importante asunto político y considerarla como tarea revolucionaria más prioritaria del Partido y el gobierno.
Seguro que todavía hay personas que adoptan una actitud escéptica ante el proyecto del desarrollo de las localidades, por ser una obra que no nos atrevimos a emprender durante más de 70 años, mejor dicho, durante casi 80 años.
Quisiera aprovechar esta ocasión para reafirmar en nombre del Partido y el gobierno.
¿Hay garantía de que implementemos nuestra política del desarrollo local? ¿Podemos hacerlo? Sí, es del todo posible.
En un futuro cercano, o sea, dentro de 10 años, los cambios reales responderán a estas preguntas.
Aun en medio de las pruebas y reveses interpuestos, el conjunto de la economía nacional tiende a crecer y sus diversos sectores como las industrias básicas cumplen sin falta los planes de producción mensuales y trimestrales alcanzando constantemente las metas del reajuste y reforzamiento de este año, lo cual deviene otro éxito que estamos cosechando.
Este año, estamos preparando las condiciones para dar resultados mejorados y cambiados en las ramas directamente relacionadas con la estabilización de la vida poblacional, inclusive la industria ligera y el urbanismo, y hasta ahora el conjunto de la agricultura marcha bien y de ella se espera un resultado relativamente positivo.
Debemos admitir que ha habido una serie de avances también en el reforzamiento de la función y capacidad del Estado para superar la crisis ocasionada por los desastres naturales.
A finales de julio pasado, se reportaron graves pérdidas por las inundaciones en las zonas de la provincia de Phyong-an del Norte en la cuenca inferior del río Amnok y algunas partes de las provincias de Jagang y Ryanggang, lo cual entorpeció las labores estatales y nos obligó a movilizar colosales fuerzas para el resarcimiento. A pesar de esto, el Partido y el gobierno captaron nueva y detalladamente los defectos y vacíos en el enfrentamiento a los desastres naturales y tomado medidas rotundas y de largo alcance para prevenirlos, hecho que podemos calificar como un paso gigante.
Aun en tales circunstancias, logramos grandes resultados trascendentales al impulsar el desarrollo vertiginoso de la defensa nacional en aras de asegurar un confiable ambiente de seguridad nacional y crear condiciones favorables a la construcción socialista.
En lo que va del año, en particular, en apenas unos meses, adquirimos una formidable capacidad militar al lograr éxitos importantes en la investigación y producción para la defensa nacional.
Al sintetizar el estado actual de todas las labores estatales, podemos analizar que se impulsan correcta y satisfactoriamente en lo fundamental y hacia el triunfo las importantes tareas políticas que el CC del Partido ha presentado adicionalmente en la planificación y el diseño del trabajo de este año.
Es menester realizar con intensidad los trabajos para enriquecer y ampliar los éxitos de la lucha de este año aprovechando al máximo el tiempo en los meses que le faltan.
Lo más importante es redoblar el inagotable patriotismo y lealtad de todos los miembros del Partido, los trabajadores de todo el país y los oficiales y soldados del Ejército Popular para obtener resultados fructíferos.
Esto es precisamente la tarea importante e indispensable que les toca a los cuadros directivos de nuestro Partido y gobierno.
Es preciso concluir con responsabilidad las labores económicas de este año, orientadas a lograr un nuevo avance hacia la prosperidad integral del Estado y mejorar la vida material y cultural del pueblo.
Hasta la fecha, casi todas las ramas de la economía nacional que se encargan de alcanzar las 12 metas importantes, cumplen sin falta sus planes y son muy positivos el ambiente y el ímpetu de la lucha.
Para mantener esta tendencia, es necesario que todos los sectores y entidades de la economía nacional sean hábiles en las operaciones y apliquen métodos innovadores con vistas a elevar al máximo el afán productivo y la creatividad de los trabajadores y mejorar el nivel técnico y de calificación.
Hay que prevenir los accidentes de máquinas y lograr su pleno funcionamiento al normalizar su mantenimiento y la reparación en todas las ramas de la producción y procurar que la renovación constante de los procesos y equipos productivos garantice el nivel cuantitativo y cualitativo de los productos.
Se deben garantizar las actividades productivas estables en los sectores principales de la economía nacional.
El Consejo de Ministros y los organismos de dirección económica del Estado deberán analizar el cumplimiento de todas las medidas estatales para aumentar la productividad a escala nacional al completar incondicionalmente en la fecha prevista los planes de reajuste y reforzamiento que las industrias básicas han de cumplir antes del fin del año, así hallarán más elementos defectuosos y tomarán con apremio las medidas decisivas.
Puesto que no sólo el desarrollo de la economía sino también el del Estado y la vida social se expresan principalmente en las construcciones, el sector de la construcción ha de cumplir infaliblemente el plan de este año concentrándose a asegurar estrictamente la calidad.
Hay que garantizar sin falta la calidad de las construcciones relacionadas directamente con la vida real de la población, inclusive las viviendas para 10.000 núcleos familiares de la tercera etapa en la zona de Hwasong y las regiones rurales, y lograr cambios notables en situar en el nivel mundial el diseño arquitectónico y estandarizar y modernizar las máquinas y herramientas de construcción.
Es preciso transformar como hoteles los albergues recién construidos en la ciudad de Samjiyon, habilitar más puntos turísticos para convertirla en una zona turística montañosa de talla mundial y al mismo tiempo impulsar constantemente la construcción de objetos en la Zona Turística Costera de Kalma en Wonsan para acondicionarla perfectamente y ponerla en funcionamiento el año que viene.
Se precisa un gran empeño para garantizar el reforzamiento de la capacidad de control y mando sobre la economía en su conjunto al renovar decisivamente los medios y métodos económicos que permitan mejorar la dirección y administración de la economía nacional acorde a las exigencias de la época en desarrollo y la realidad.
Es imprescindible conceder importancia a escala nacional a la tarea de agilizar la circulación de los productos, priorizar la creación de condiciones y ambientes favorables para las actividades de producción y gestión, basadas en la autonomía relativa de las empresas, y tomar medidas eficaces para incrementar de modo sostenible los ingresos reales de los trabajadores, precisó.
El cumplimiento del plan de la producción cerealera no incumbe solamente al sector agrícola, sino que es una labor política orientada a asegurar el avance triunfal del socialismo, señaló y aclaró las vías prácticas para concluir las faenas agrícolas de este año y preparar bien las del próximo año.
Debemos seguir con las labores del resarcimiento de daños por la inundación, llevadas a cabo hasta ahora.
Aunque disponemos de poco tiempo y son enormes los objetos de la restauración y el volumen de la obra, no debemos permitir jamás la mala calidad de las construcciones.
Ya que se movilizaron suficientes fuerzas de reconstrucción y es elevado el entusiasmo de los constructores militares y los brigadistas, la conclusión de la obra en el plazo previsto depende del suministro de los materiales y equipos de construcción y los medios de transporte.
El Consejo de Ministros, el Comité Estatal de Planificación, el Ministerio del Ferrocarril y otros ministerios y órganos centrales deben abastecer sin falta en fechas prefijadas los materiales y equipos de construcción como acero, cemento, combustibles, madera y vidrios y tomar medidas efectivas para aliviar la tensión en el sector de transporte, sin entorpecer la obra.
Nos toca la tarea de terminar a tiempo y con calidad la campaña del resarcimiento de daños para asegurar una vida normal y estable a los damnificados y elevar a su debido nivel los sectores de la economía nacional para salir victoriosos en la lucha contra los siniestros.
La tarea primordial que nuestro Partido y gobierno deben conceder particular importancia e impulsar enérgicamente es ejecutar de manera incondicional y perfecta la política del desarrollo local de la nueva época.
Como expliqué con anterioridad, no hay tarea revolucionaria más apremiante que esta, tanto a partir del principio fundamental de las actividades de nuestro Partido y Estado que subordinan todos los asuntos de la revolución y la construcción a defender incondicionalmente los derechos e intereses del pueblo y amplían sin parar las políticas para el bienestar de éste en cualquier condición y ambiente, como en vista de la situación actual en que los cambios seculares de las localidades se plantea como mayor prioridad y demanda indispensable para el desarrollo y la prosperidad integrales del socialismo y el Estado.
No debemos tratar de evaluar las características institucionales y las ventajas del socialismo al estilo coreano tomando como referencia algunas avenidas levantadas nuevamente en la capital y el nivel de vida material y cultural de los capitalinos, ni mucho menos vanagloriarnos de lo que hemos hecho hasta ahora como un gran éxito, en medio de las dificultades inauditas.
Tal punto de vista y concepción entorpecen el desarrollo de la revolución.
Se necesita una sólida base para levantar rascacielos y altos edificios según los principios de la ingeniería arquitectónica y la dinámica estructural. De igual forma, para que el régimen socialista se mantenga sólido en cualquier circunstancia, debe ser firme el terreno de la opinión pública a favor de sus ventajas y todos los habitantes han de simpatizarse con ella a través de sus vivencias, es decir, debe echar raíces en la voluntad de todo el pueblo de compartir su destino con el socialismo hasta el final y defenderlo generación tras generación.
Llevaremos adelante la política de desarrollar de manera sustancial, material y planificada las ciudades, distritos y zonas rurales, puntos de apoyo regionales y unidades inferiores que forman el territorio de la RPDC y sostienen su régimen estatal.
Puesto que el desarrollo local se ha presentado no como un simple asunto práctico de la economía sino como el relativo a la convicción del socialismo y como tarea importantísima y urgente vinculada directamente al porvenir de nuestra revolución, convoqué otra vez la sesión ampliada del Buró Político a principios de este año tan pronto como terminara el debate de las labores en el Pleno y presenté la “política 20×10 para el desarrollo local” atribuyendo un carácter político muy importante a su implementación.
Y hace poco, presenté la nueva orientación de acelerar la histórica causa de la prosperidad local al simultanear con la construcción de las fábricas de la industria local la obra de centros de la salud pública y de divulgación de ciencias y tecnología y establecimientos de administración de cereales en cada ciudad y distrito.
Puesto que este año se ha declarado el inicio de la lucha por materializar la política del desarrollo local de la nueva época, debemos entrar con certeza en plena fase de la revolución de 10 años para hacer realidad el anhelo de nuestro Partido al cumplir sin falta las tareas planeadas ampliando de continuo los éxitos que hemos logrado hasta ahora.
A finales del año se concluirán sin falta y simultáneamente en 20 ciudades y distritos las numerosas fábricas de la industria local al dar acicate a esta tarea primordial en la “política 20×10 para el desarrollo local”.
Por la dignidad del Partido y el honor del Ejército Popular, los oficiales y soldados de las unidades de todos los niveles, movilizadas en la obra, deben dedicarse de lleno a terminar en el máximo nivel cualitativo la construcción de las fábricas de la industria local.
Hasta la fecha, se han edificado el 90% de estas plantas en 20 ciudades y distritos y por eso las entidades encargadas de fabricar e importar los equipos deben trabajar intensamente para cumplir satisfactoriamente las tareas asignadas y suministrarlos a su debido tiempo.
Las fábricas centrales de la industria ligera, los institutos superiores correspondientes y las provincias, ciudades y distritos contribuirán mucho al cumplimiento de la política en cuestión al cumplir cabalmente en el plazo fijado el plan de la formación de técnicos y obreros calificados capaces de administrar y poner en funcionamiento las plantas locales que se levantan modernamente.
Los ministerios, los órganos centrales y las provincias, ciudades y distritos correspondientes prepararán y abastecerán las materias primas necesarias para normalizar la producción en cuanto se inauguren dichas fábricas.
Para concretar la “política 20×10 para el desarrollo local” y contribuir con su resultado al mejoramiento sustancial de las condiciones de vida de la población local, es muy importante que cada ciudad y distrito tengan sus propias reservas.
Por eso, hemos tomado la nueva medida de encontrar la solución del problema al construir primero como modelo la Empresa de Maricultura de la ciudad de Sinpho y agilizar su funcionamiento.
Resalto la importancia de la construcción de los tres objetos agregados a la “política 20×10 para el desarrollo local” y propongo ampliar los centros de divulgación de ciencias y tecnología, definido como uno de ellos, como complejos de la vida cultural.
Los construiremos en las ciudades y distritos no como un simple centro de divulgación de ciencias y técnicas dotado de modernos medios informáticos, sino como un centros culturales polivalentes y multifuncionales que cuente además con cine, el gimnasio, la red comercial en buen estado higiénico y otras instalaciones de servicio.
Como estos centros polivalentes son un concepto completamente nuevo en la historia de la construcción de las localidades, instaré a elaborar bien los bocetos y otros diseños de las edificaciones tomando en cuenta su dimensión y peculiaridades y según las condiciones de la zona y el número de su población y a determinar acorde a ello el presupuesto de la construcción.
Si así renovamos cada año la fisonomía de 20 ciudades y distritos, se disminuirán notablemente las diferencias entre la ciudad y el campo, fenómeno de larga historia, y la población de distintas localidades disfrutará de una vida tan acomodada y civilizada como la de los habitantes de las ciudades.
Hago hincapié en seguir impulsando enérgicamente las labores para elevar la capacidad de defensa nacional conforme a las demandas de la situación actual.
El ambiente de la seguridad militar en torno a la RPDC se cierne sobre nosotros como una grave amenaza debido a que el sistema del bloque militar encabezado por EE.UU. se engrosa de manera imprudente adquiriendo un carácter basado en armas nucleares.
Estas amenazas reales engendrarán de forma inevitable otras diversas y la tendencia de tal situación nos obliga a tomar medidas más importantes y esforzarnos constantemente para mantener y potenciar la supremacía militar.
De ahí sacamos la clara conclusión de que debemos perfeccionar las fuerzas nucleares de la RPDC y la disposición a usarlas correctamente en cualquier momento para preservar la seguridad nacional.
Ahora materializamos cabalmente la política de la construcción de las fuerzas armadas nucleares consistente en aumentar en progresión geométrica el número de las armas nucleares y dichas fuerzas desempeñan su papel bajo un sistema de mando y control rigurosos.
Nuestro Estado es el poseedor de armas nucleares con gran sentido de responsabilidad.
Las armas nucleares que poseemos para defendernos de la amenaza nuclear permanente y grave no constituyen amenaza para nadie.
Si algunas fuerzas califican de amenazadoras las fuerzas armadas nucleares de la RPDC, con ello reconocen su intención hostil de atacarla con artefactos nucleares.
Poseer el gran potencial militar contra las distintas amenazas de EE.UU. y sus satélites y en un ambiente de seguridad como el nuestro, es un deber y un derecho a la existencia que nuestro Partido y gobierno no deben desatender ni tolerar en lo más mínimo.
La fuerza poderosa, esta es la paz verdadera y la garantía absoluta del desarrollo de nuestro Estado.
Reaccionar de modo activo al ambiente de la seguridad regional y defender con una fuerza poderosa la soberanía del Estado y su seguridad e intereses por el aumento continuo de la capacidad de ejecución de guerra de nuestro ejército, constituye el asunto de suma importancia para el Partido y el gobierno y la primera tarea de la revolución.
La RPDC seguirá potenciando constantemente las fuerzas nucleares capaces de responder a cualquier acción amenazadora que le impongan los países enemigos poseedores de armas nucleares, y redoblará las medidas y esfuerzos para perfeccionar los preparativos de combate de todas sus fuerzas armadas, incluidas las nucleares.
Afirmo una vez más que, gracias a nuestra aspiración y esfuerzos continuos, la capacidad militar de la RPDC crecerá acelerada y continuamente, y no pondremos límite a su meta.
Recalco que el éxito o no de la lucha de este año por preparar la garantía determinante de la implementación de la resolución del Congreso partidista depende por entero de la responsabilidad y desempeño de las organizaciones partidistas que son estados mayores políticos de las respectivas entidades y de los cuadros partidistas.
Hoy en día, nuestra revolución espera que las organizaciones y cuadros partidistas trabajen con más abnegación y entusiasmo que nunca.
Bien conscientes de las exigencias de la revolución y las responsabilidades y misiones asumidas, todas las organizaciones y funcionarios del Partido desplegarán con mayor iniciativa las labores organizativas y políticas encaminadas a cumplir incondicional y correctamente las tareas de este año.
Ante todo, les compete examinar en detalles el cumplimiento de las tareas políticas dadas a sus sectores y entidades y de las resoluciones partidistas adoptadas para llevarlas a la práctica y tomar medidas oportunas para garantizar su correcta ejecución.
Y han de librar con tenacidad la campaña tridimensional y relámpago por la intensificación del control y dirección sobre la ejecución de dichas tareas y la reasignación de ellas.
Si todas las organizaciones y cuadros partidistas, con la disposición de responsabilizarse totalmente de las labores de sus sectores y unidades, despliegan de modo intensivo y dinámico la operación y mando para conquistar de manera incondicional las metas de la lucha de este año haciendo pleno uso de su capacidad organizativa, directiva y ejecutiva, podrán lograr resultados sustanciales hasta finales de este año.
Específicamente superarán el erróneo punto de vista y actitud de entregar por completo a los funcionarios de administración la labor por alcanzar las metas planeadas de este año e intensificarán la labor organizativa y el control con la posición de que el comité partidista asume la responsabilidad total de todo.
La combatividad y actividad de las organizaciones partidistas se evalúan según su capacidad de movilizar la fuerza espiritual y el ingenio de las masas.
Con alto sentido de responsabilidad y empeño, las organizaciones partidistas a todas las instancias deben animar a todo el país y dinamizar más la campaña de la innovación colectiva en todas las unidades por una intensa labor ideológica encaminada a poner en pleno juego el entusiasmo patriótico y creatividad de las masas productoras.
Para ese fin, es preciso inculcar a los militantes partidistas y trabajadores la concepción de que las tareas políticas dadas a sus sectores y unidades son las metas realistas y posibles que se han trazado a base de una deliberación suficiente de todas las condiciones y posibilidades de cumplimiento, y de que deben y pueden cumplirlas sin falta en cualquier circunstancia, de modo que ellos adquieran la confianza en sí mismos y el coraje.
Movilizarán a los campos de lucha los medios y fuerzas de propaganda y agitación y desplegarán sin interrupción una intensa campaña ideológica para que el propósito y alma de las masas se orienten a la conquista de las metas de este año y todos los puestos de trabajo se bullan con el fervor revolucionario y combativo.
Para concluir con éxito la lucha de este año, resulta muy importante que los cuadros y militantes partidistas, organizadores y ejecutores de las líneas y políticas del Partido, trabajen con más iniciativa, creatividad y actividad.
Las organizaciones partidistas han de intensificar la dirección sobre la vida partidista para que los cuadros se esfuercen más por cumplir de manera sustancial y perfecta las metas de la lucha asignadas a sus sectores y unidades con la voluntad de responder con brillantes resultados de trabajo a la confianza del Partido.
Los departamentos correspondientes del CC del PTC y las organizaciones partidistas en los ministerios y órganos centrales de todos los niveles del gobierno deberán controlar y estimular a los cuadros directivos para que proyecten minuciosamente e impulsen con tenacidad sus labores teniendo siempre presentes sus responsabilidades y pensando a toda hora en cómo desempeñar bien sus cargos según las demandas de las políticas partidistas.
A las organizaciones partidistas les incumbe intensificar las labores organizativas y directivas sobre la vida política para que los militantes guíen de manera revolucionaria y activa a las masas ofreciéndose primero en los momentos más difíciles a los trabajos más duros en los sectores de la lucha por materializar las resoluciones partidistas y se pongan también a la cabeza en eliminar todos los obstáculos que impiden nuestro avance.
Resulta imperioso que los funcionarios de los órganos del Poder de todos niveles, en particular, los directivos de asuntos económicos eleven más su sentido de responsabilidad y papel.
Falta ya poco tiempo para el fin del año en que se decide si podemos alcanzar las metas de lucha presentadas en el VIII Congreso del PTC.
En ese espacio de tiempo que puede ser vital para el cumplimiento del Plan Quinquenal para el desarrollo de la economía nacional, los que deben trabajar con más responsabilidad son los directivos de asuntos económicos.
Ellos han de laborar con todo empeño para cumplir las misiones asumidas sin pasar a la ligera ni un día ni una hora, teniendo presente que faltan apenas 110 días para cumplir su juramento de materializar incondicionalmente la resolución del IX Pleno del VIII Período del CC del PTC.
Sugieroa todos los funcionarios que cultiven el espíritu de servicio abnegado a la patria y el pueblo y el optimismo revolucionario y trabajen con audacia y visión innovadora. Insto a las instituciones judiciales a mejorar por todos los medios sus funciones y papeles para que las labores estatales en su conjunto marcharan sin dificultad según las exigencias del Partido, la revolución, el pueblo y de la época en cambio.
Como ya he señalado, nuestro Partido y gobierno diseñan las labores colosales y valiosas por la prosperidad integral del Estado y el bienestar del pueblo y las impulsan con dinamismo.
Aunque ellas no son fáciles de realizar ni son pocas las dificultades, debemos glorificar este año como el de victoria brillante en la historia del desarrollo del Estado al lograr sin falta los resultados notables con la confianza en nosotros mismos y la voluntad perseverante.
Luchemos todos con más vigor, llenos de honor y el orgullo de cumplir la sagrada causa por la estabilidad y prosperidad de nuestra patria y por el bienestar de todos los habitantes del país.
Extiendo una vez más los fervorosos votos a todo el pueblo y los felicito cordialmente por el Día de la gran patria.”
Fuente: KFA Euskal Herria