El guionista y escritor estadounidense Alvah Bessie no es un autor que suene demasiado entre los lectores españoles. Se trata, así es, de uno de tantos autores con una obra de interés cuyo eco cae en el olvido. Afiliado en 1936 al Partido Comunista de los Estados Unidos y perseguido y encarcelado por sus ideas en los prolegómenos de la Guerra Fría, Bessie es ejemplo de aquello que en el siglo XX se llamó autor comprometido. Sus ideas lo llevaron a la cárcel, como indicamos, y a la guerra, como se recoge en el volumen Cuadernos de la Guerra Civil española, publicado en la colección Letra pequeña de la Universidad de Cádiz. Entre sus páginas leemos un testimonio de valor –valor histórico en lo que se cuenta y valor del propio Alvah Bessie–. Estremecen el relato, las descripciones, los pasajes que se narran. Y todo desprende la riqueza de quien te cuenta la historia cuando la historia aún no ha sucedido. Cuando aún no posee ese aire de mito o de momento crucial en un tiempo.
Alvah Bessie –quien trabajó para Hollywood, pero también de periodista, traductor o agricultor– se alistó a las Brigadas Internacionales, en el batallón Lincoln. Primero llegó a Francia, país desde el que entró en España, por los Pirineos. Viajó hasta Valencia, desfiló en Albacete y luchó en la popular batalla del Ebro. Todos estos episodios de la vida del guionista se desarrollan en un libro que incluye una breve biografía, un estudio introductorio acerca de los cuadernos y una transcripción de los textos originales que Bessie escribió en la guerra. En aquellos meses del año 1938 en los que apoyó, desde la milicia, al Frente Popular.
Conmueven, decíamos, los relatos de estos escritos: cómo los niños alzan el puño al paso de los soldados, qué alimentos circulaban en una España devastada, el papel del falangismo –Bessie afirma que durante un tiempo estuvieron decididos a apoyar a “los rojos” (sic)–. Son textos en los que percibimos la dimensión de la guerra. Las noticias tergiversadas o contradictorias, las dudas sobre los éxitos o fracasos del enemigo, los enfrentamientos entre los propios milicianos. Cómo afecta un conflicto de estas características a quienes lo viven, o lo sufren.
La edición acaso sea el punto débil de este libro. En él, las informaciones se reiteran tanto en la biografía como en el prefacio de Dan Bessie –hijo del autor–. Se cuentan fechas, trabajos y acontecimientos de la vida de Alvah Bessie que ya han sido tratados en páginas anteriores. Un buen trabajo de criba nos hubiese ofrecido un libro más práctico tanto para lectores como especialistas. Por otra parte, sorprende en una publicación académica la siguiente afirmación –que figura en la contraportada–: “En la noche del 19 de noviembre de 1979 un país aguarda frente al televisor las últimas noticias sobre la muerte de Franco”. Cabe decir que el error está corregido en la web de la UCA.
Pero son cuestiones estas sin demasiada importancia. No interfieren en el valor de un testimonio que merece su recuperación. Por cómo contextualiza y relata el horror de la Guerra Civil, y también de un tiempo.
Fuente: Diario de Sevilla