La Nueva Objetividad. Van Nelle Fabriek por Brinkman & Van der Vlugt
La modernidad neerlandesa supo tomar los principales aspectos de los movimientos artísticos y arquitectónicos sincrónicos, tanto locales como internacionales, para de ello crear una nueva tradición constructiva que, aun con algunos agotamientos contextuales en el camino, sigue vigente y teniendo una gran presencia en el imaginario arquitectónico holandés.
La Nueva Objetividad neerlandesa (Nieuwe Zakelijkheid o Nieuwe Bouwen) contó con herencias claras de la Deutscher Werkbund, la Neue Sachlichkeit, la Bauhaus de Gropius, Le Corbusier, la Escuela de Chicago y por supuesto las vanguardias (estas últimas, particularmente, por las migraciones hacia este nuevo movimiento de gran parte de los arquitectos de De Stijl) y dejó un altísimo número de obras de arquitectura de calidad espacial y relevancia en su contexto, entre ella la que motiva este artículo: La fábrica Van Nelle, de los arquitectos Johannes Brinkman y Leendert van der Vlugt.
Esta obra de mediados de los años 20 marcó un antes y un después en cuanto al papel de la arquitectura moderna neerlandesa en la escena mundial y sentó las bases para que Róterdam se comenzara a colocar como la ciudad predilecta para las experimentaciones arquitectónicas del país.
La Nueva Objetividad neerlandesa (Nieuwe Zakelijkheid o Nieuwe Bouwen) contó con herencias claras de la Deutscher Werkbund, la Neue Sachlichkeit, la Bauhaus de Gropius, Le Corbusier, la Escuela de Chicago y por supuesto las vanguardias (estas últimas, particularmente, por las migraciones hacia este nuevo movimiento de gran parte de los arquitectos de De Stijl) y dejó un altísimo número de obras de arquitectura de calidad espacial y relevancia en su contexto, entre ella la que motiva este artículo: La fábrica Van Nelle, de los arquitectos Johannes Brinkman y Leendert van der Vlugt.
Esta obra de mediados de los años 20 marcó un antes y un después en cuanto al papel de la arquitectura moderna neerlandesa en la escena mundial y sentó las bases para que Róterdam se comenzara a colocar como la ciudad predilecta para las experimentaciones arquitectónicas del país.
Con importantes precedentes en el campo de la arquitectura moderna local como Berlage y su discípulo Pieter Oud, el estudio Brinkman y Van der Vlugt realizó entre 1925 y 1930 la fábrica de tabaco, te y café Van Nelle en el noroeste de Róterdam, que rápidamente se convertiría en un manifiesto de la cultura moderna y funcionalista del período de entreguerras.
La obra del estudio con sede en Róterdam, que también contó con la colaboración de Mart Stam, otro reconocido arquitecto de aquel período, se amparó en los recientemente adquiridos derechos laborales y las nuevas búsquedas espaciales de la arquitectura para crear un modelo industrial diferente, sin subsuelos, privilegiando la ventilación y la iluminación natural, con espacios abiertos y un exhaustivo estudio programático que intentaba optimizar el funcionamiento de la fábrica, sin ir en desmedro del elemento humano.
La obra del estudio con sede en Róterdam, que también contó con la colaboración de Mart Stam, otro reconocido arquitecto de aquel período, se amparó en los recientemente adquiridos derechos laborales y las nuevas búsquedas espaciales de la arquitectura para crear un modelo industrial diferente, sin subsuelos, privilegiando la ventilación y la iluminación natural, con espacios abiertos y un exhaustivo estudio programático que intentaba optimizar el funcionamiento de la fábrica, sin ir en desmedro del elemento humano.
«La serenidad del lugar es total. Todo se abre al exterior. Y esto es de una enorme significación para todos los que están trabajando dentro, en los ocho pisos. (...) La fábrica de tabacos Van Nelle en Rotterdam, una creación de la era moderna, ha eliminado de la palabra 'proletario' todas sus anteriores connotaciones de desesperanza. Y esta desviación del instito egoísta de la propiedad hacia el aprecio por la acción colectiva conduce al más feliz de los resultados: el fenómeno de la participación personal en todas y cada una de las fases del peño humano.»
Le Corbusier sobre la fábrica Van Nelle 1
El balance entre el trabajo y el bienestar de los trabajadores es crucial en el concepto de la fábrica Van Nelle. Ubicada en un entorno predominantemente natural, con grandes ventanales que brindaban perspectivas infinitas a los trabajadores y áreas de descanso y ocio diseñadas dentro del proyecto, dejan ver a las claras el enfoque innovador de la propuesta con su foco puesto en el bienestar del operario, a tal punto que, si no fuese por el corte sincrónico del artículo, podría incluirse sin mayores reparos entre nuestra selección de 10 edificios que cambian la forma de trabajar.
El edificio está construido íntegramente con una estructura de hormigón armado independiente, fiel a los preceptos en boga de aquella época, con columnas de capiteles acampanados, proyectados por el ingeniero a cargo de la obra, J.G. Wiebenga. Esta estructura responde también a los requerimientos programáticos de la fábrica, que debería alojar maquinaria de grandes dimensiones y precisaba de amplios espacios de planta libre para hacerlo.
El aspecto, quizás, más llamativo de la obra son los esbeltos puentes acristalados (antes móviles) que levitan sobre las calles internas del complejo para conectar el área productiva con las zonas de almacenaje y despacho. Pero estas conexiones no son meramente una decisión morfológica, la belleza vitruviana había relegado su posición frente a la enaltecida función moderna, y la principal tarea de las pasarelas era trasladar la mercadería producida de un área a otra mediante cintas transportadoras para ganar eficiencia en el proceso.
«La fábrica (…) sería uno de los ejemplos máximos de esta arquitectura racional y funcional al extremo, en la que la forma celebra exclusivamente la precisión técnica. Predomina la radical funcionalidad de los volúmenes y pasarelas, las plantas totalmente libres con alturas variables según el tipo de proceso productivo, las fachadas drásticas y repetitivamente transparentes (...) En todos estos casos la arquitectura está interpretada como contenedor de actividades, como sumatorio de instalaciones, como máquina que absorbe la energía del entorno, como problema de medidas, como definición de estándares. La arquitectura racionalista parte de la entronización del método. Toda precipitación, intuición, improvisación ha de ser sustituida por la sistematicidad, los cálculos precisos y los materiales producidos en serie.»
Josep María Montaner 2
Si bien sus funciones cesaron en 1990, ocho años más tarde se comenzaron trabajos de recuperación a fin de poder postular la obra como patrimonio de UNESCO, lo que ayudó a conservar sus instalaciones por completo y finalmente obtener el grado de protección de Patrimonio de la Humanidad UNESCO en el año 2014.
Actualmente, el edificio se convirtió en una suerte de espacio de co-working y aloja un importante número de oficinas (además de un museo), entre las cuales se encuentra la sede central de BroekBakema, estudio de arquitectura que tuvo su origen en el de Brinkman y Van der Vlugt y que estuvo a cargo de su última gran remodelación en 2002, así como de la supervisión de la fábrica por parte de UNESCO desde 2018.
La obra es hasta hoy un referente de la arquitectura moderna y ha sido galardonada en diferentes ocasiones con reconocimientos como la etiqueta A en gestión sostenible de edificios históricos, o la Golden Green Key.
NOTAS.-
1.- FRAMPTON, Kenneth (1987) Modern Architecture: A Critical History. Barcelona: Gustavo Gili, pp. 132-143.
2.- MONTANER, Josep María (1997) La modernidad superada. Barcelona: Gustavo Gili, Page 61.
2.- MONTANER, Josep María (1997) La modernidad superada. Barcelona: Gustavo Gili, Page 61.
BIBLIOGRAFÍA.-
- BAKEMA, J.B. (1968) L.C. van der Vlugt. Art and architecture in the Netherlands. Amsterdam: Meulenhoff.
- GARCÍA GARCÍA, Rafael (1995) Nueva Objetividad en Holanda 1923-1940. Cuadernos de notas. Madrid: Universidad Politécnica de Madrid.
- FRAMPTON, Kenneth (1987) Modern Architecture: A Critical History. Barcelona: Gustavo Gili.
- MONTANER, Josep María (1997) La modernidad superada. Barcelona: Gustavo Gili.Fuente: Metalocus