Ballet "El tornillo" (1931) de Dmitri Shostakóvich
El ballet "El tornillo" (1931), del compositor ruso Dmitri Shostakóvich, tenía coreografías inspiradas en máquinas, acrobacias y vestuarios geométricos y vanguardistas.
Estrenada en 1931 y acusada de ser una burla encubierta, cuenta la historia de un obrero vago que quiere sabotear la maquinaria de una fábrica. El ballet El tornillo (1931) ha quedado en la historia como uno de los proyectos más audaces y brillantes de Shostakóvich.
El experimento musical y visual supuso un arriesgado escándalo para el autor, que no se cortó al escribir la historia, una sátira llena de tejemanejes y conspiraciones protagonizada por personajes cómicos. El diseño del vestuario acompañaba a las coreografías y la música con modelos de la más genuina vanguardia rusa y que realzaban la estrechez de mente de “burócrata pomposo”, la despreocupación del borracho o la timidez cuadriculada de la taquígrafa.
El tornillo cuenta una historia de producción industrial, sabotaje y triunfo del buen trabajador. Pero el tratamiento satírico del ballet precipitó el cierre de la producción tras su estreno en Leningrado.
Basada en una historia real, la trama cuenta las hazañas de Lyonka Gulba, el trabajador indolente de una fábrica. Tras ser despedido, Gulba (que en ruso significa vago), en busca de venganza, persuade a una chica para tirar un tornillo en el interior de la maquinaria y colapsarla. El montaje industrial contaba con acrobacias y movimientos aeróbicos, martillos reales y coreografías basadas en máquinas.
Le llovieron las críticas, las voces oficiales la consideraron una burla encubierta.
El espectáculo fue estrictamente prohibido al poco tiempo de su estreno en el Teatro Académico de la Ópera de Leningrado y las ilustraciones, fotos y diseños son los únicos documentos visuales del proyecto original. Tuvieron que pasar 74 años para se representada de nuevo, reconstruida por el ballet Bolshoi en 2005 con Alexei Ratmansky como director.
Fuente: danzaballetblog.com