Diciembre de 1942. Las tropas nazis están atrapadas en Stalingrado, a merced del ejército ruso, que los tiene rodeados. Para rescatar a esas tropas, las divisiones acorazadas de Mannstein se dirigen a la ciudad rusa para romper dicho cerco. El último obstáculo natural que se antepone en su camino es el río Mishova, lugar en el que II Ejército de la Guardia soviética tiene el objetivo de ofrecer resistencia y obstaculizar el avance a cualquier precio, y así evitar el rescate de las tropas alemanas atrapadas...
«El plan de Manstein para rescatar al VI Ejército -la Operación Tormenta de Invierno- fue desarrollado con una consulta punto por punto con el cuartel general del “Führer”. Su objetivo era penetrar hasta el VI Ejército y establecer un corredor para proporcionarle suministros y refuerzos». A pesar de los consejos que se le ofrecieron, el líder nazi se negó en todo momento a que ese pasillo fuera utilizado para escapar. No concebía una huida de una ciudad que consideraba la piedra angular de la moral soviética.
Tras el planteamiento de la operación, llegaron a los puntos de partida los carros de combate que protagonizarían la ofensiva. Entre ellos destacaban los temibles tanques «Tiger».
«En la noche del 10 de diciembre, los comandantes recibieron la Orden para el ataque de liberación de Stalingrado». La ofensiva comenzó tan rápido que causó sorpresa entre los generales soviéticos. De hecho, los hombres de Manstein lograron varias victorias en su avance.
«Nieve ardiente» ubica su acción a orillas del río Mishkova (apenas a 70 kilómetros de la zona defendida por el VI Ejército de Paulus). los soviéticos tuvieron que defenderse a sangre y fuego contra el gigantesco contingente alemán de Manstein, ávido de romper el cerco y llegar hasta Stalingrado.
La novela nos muestra las penurias de una unidad de cañones anticarro que, a pesar de verse superada por el enemigo, trata de mantenerse estoica sabedora de que su actuación es lo único que puede detener la «Tormenta de invierno»: diálogos patrióticos y una buena dosis de orgullo sovietico.
Pero... ¿Hasta qué punto fue real esta defensa? es cierto que hasta el río Mishkova llegaron las divisiones de Herman Hoth (a quien se encargó la liberación), retazos de la 17 división blindada y varios «Tiger», sí es cierto es que los alemanes, tal y como se muestra en la novela, trataron de llevar a cabo varios ataques sobre las unidades situadas en el Mishkova con el objetivo de tomar posiciones, algo que llegaron a hacer (aunque posteriormente las perdieron). Al final, todo acabó en retirada y en la perdición del VI Ejército.
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