La afición al flamenco de Francisco Moreno Galván le venía desde muy niño de su Puebla de Cazalla natal, una afición que acrecienta y afianza durante sus años de estudiante en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla (1941-1946), frecuentando lugares como Triana o la Alameda de Hércules, de gran tradición flamenca.
Moreno Galván también residió en Madrid entre 1951 y 1977, relacionándose con el mundo cultural de la capital española de este periodo. A su regreso a La Puebla de Cazalla, fue elegido concejal por el Partido Comunista de Andalucía (PCA).
El contacto con el mundo flamenco y el descubrimiento de José Menese hacen que su interés se centre en este arte, hasta dedicarse en plenitud: produce dibujos de artistas flamencos, carteles, exposiciones... Una manera de hilvanar modernidad y cultura popular y una posibilidad de acercar al pueblo el arte de vanguardia.
Sin embargo, su faceta más destacada será la de letrista, una labor que inicia hacia 1962. Moreno Galván concebía el flamenco como “la manera más hermosa de denunciar y protestar”, de ahí que defendiera la necesidad de crear letras frescas que se alejasen de los tópicos para “cantar y contar la vida”. Así fue como revolucionó el cante, abordando como nadie hasta entonces la renovación de las letras flamencas y readaptando su temática para traerla hasta hoy. Sus composiciones son verdaderos romances que muestran su respeto profundo por la tradición y la cultura andaluzas y su compromiso social con el tiempo que le tocó vivir. Surgirán letras originales, llenas de garra y fuerza, comprometidas con la libertad: “…Qué hermosa es la libertá y algunas veces cavilo que siendo cosa tan grande esté pendiente de un hilo…”.
Tinta y collage constituyen este significativo cartel de 1977, al que parece “subtitular” con la inscripción Primero en Libertad que posiblemente aluda al proceso de transición en que España se encontraba inmersa en ese momento, teniendo en cuenta, el interés que Francisco Moreno Galván mostró siempre por avanzar hacia el progreso, acabar con el analfabetismo, e impulsar las libertades humanas.
A esto, debemos añadir que, durante la dictadura, las letras de Francisco fueron revisadas y censuradas en alguna ocasión, por lo que el cartel anuncia con entusiasmo, posiblemente, nuevas letras que ahora sí verían la luz.