En 1989 Bertolucci rueda un cortometraje de promoción de la ciudad de Bolonia, que firma junto a su hermano Giuseppe.
En Bologna retrata a un grupo de niños que juegan al escondite, simple excusa que utiliza para mostrarnos los rincones más monumentales de la ciudad, aunque al final, Bertolucci, vuelve a sus postulados más políticos, cuando una banda de música interpreta en una gran plaza "La Internacional" , lo que parece unirse a los giros políticos que vivirá Italia en la década de los noventa ("El Olivo", gobierno presidido por un ex-comunista, el proceso judicial "manos limpias") cambios que parecen reconciliar al cineasta con su país.
El cortometraje forma parte del film colectivo "12 directores para 12 ciudades" producido por el Istituto Luce.