Vera Mújina obtuvo el reconocimiento mundial en el año 1937, después de que el pabellón de la URSS presentase su escultura El obrero y la koljosiana en la Exposición Mundial de París. Esta obra impresionó grandemente a todos los participantes y visitantes de la exposición y durante muchos años fue uno de los símbolos del estado soviético.
Vera Mújina fue reconocida como una de las mejores escultoras de la URSS y cada obra suya se convertía en un suceso notable en la vida artística del país. Según los recuerdos de sus contemporáneos el conjunto escultural ¡Exigimos la paz! fue ideado por Mújina como respuesta a la guerra desencadenada en el año 1950 en Corea. Al mismo tiempo ella presuponía que ésta obra se convertiría en un llamado artístico a la paz mundial. Mújina quería que ¡Exigimos la paz! no fuera un simple monumento, sino un peculiar cartel de propaganda política en la escultura. La composición fue ejecutada en metales ligeros y se presuponía que sería trasladada de una ciudad a otra para exponerla durante conferencias, congresos, mítines.
El conjunto escultórico consta de seis personas: cuatro hombres y dos mujeres con niños pequeños, representantes de diferentes pueblos. Hablando con exactitud, Vera Mújina no es la única autora del monumento, en la escultura trabajaron cinco artistas. Vera contó con la ayuda de Nina Zelenskaia, Zinaida Ivanóva, Serguéi Kozakov y Alexánder Serguéev.
Los conocidos y los colegas de Mújina al principio expresaron cierta desconfianza respecto a la idea de este proyecto de creación colectiva. Parecía como si cinco maestros diferentes no pudieran crear una composición única y se obtendrían figuras dispares que se diferenciarían tanto estilística, como conceptualmente. A pesar de todo, los artistas lograron encontrar una solución de conjunto, elaborar imágenes expresivas. Durante el proceso, según recuerda Nina Zelenskaia, Mújina se mantenía al mismo nivel que los demás, no imponiendo en modo alguno su autoridad, su posición rectora en el arte. Solamente se escuchaba: “¿Qué usted cree al respecto?”, “¿Qué me dice de esto?”
Mújina fue quien creó la figura de la mujer con el niño muerto en sus brazos. A posteriori ella recordaba que ésta imagen le surgió desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. En aquella epoca Mújina trazó unos cuantos bocetos, pero las circunstancias de la vida se ocuparon de que esta idea fuese realizada tan solo durante el trabajo en la escultura ¡Exigimos la paz!.
El conocido escritor soviético Borís Polevoi escribió en una misiva a Vera Mújina: “Esta escultura es impactante, ante todo, porque induce al ser humano a pensar en la situación internacional, en los destinos del mundo, a pensar en lo que haces por ti mismo, para evitar la guerra, para defender la paz y a tu propia familia de nuevos horrores”.
Hasta 1994, ésta escultura estuvo expuesta en la VDNJ (Exposición de los Logros de la Economía Popular), luego fue enviada al parque de las artes. Pero entonces, de las seis esculturas que componían el conjunto, llegaron completas al Muzeon solamente tres: la imagen de la coreana, la del soldado inválido y la de la mujer con la paloma. El monumento que clamaba por la paz fue destruido no por causas ideológicas, sino desde un punto de vista práctico: querían entregarlo al punto de recogida de metales no ferrosos.
Los fragmentos perdidos de la escultura tuvieron que ser preparados nuevamente por los restauradores en base al original, en escayola, que se conservaba en el Museo Ruso. De esta manera la composición escultural ¡Exigimos la paz! se ha convertido en la perla de la colección del parque Muzeon.
Fuente: La Voz de Rusia