Título: Buenos días, noche
Título en V.O: Buongiorno, notte
Dirección: Marco Bellocchio
Reparto: Maya Sansa, Luigi Lo Cascio, Pier Giorgio Bellocchio, Giovanni Salcagno, Paolo Briguglia
Nacionalidad: Italia
Año: 2005
Duración: 106
Guión: Marco Bellocchio
Fotografía: Pasquale Mari
Música: Ricardo Giagni
Sinopsis: Roma, 1978. Chiara (Maya Sansa), una chica aparentemente normal, es en realidad miembro de las Brigadas Rojas, y está directamente implicada en el secuestro de Aldo Moro (Roberto Herlitzka). Sus ojos serán testigos directos de cómo las tensiones en el seno del grupo terrorista son paralelas a la crisis en que Italia parece sumida.
Realizado por encargo de la RAI, el último film de Marco Bellocchio reconstruye el secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro, en 1978, por parte de las Brigadas Rojas. El punto de partida es el relato autobiográfico de una de las terroristas implicadas y es esa mirada sesgada, contradictoria, la que atrae particularmente a un cineasta italiano que jamás ha abandonado sus particulares obsesiones psicoanalíticas.No es casual que Bellocchio dedique Buenos días, noche a su padre y que la rodase el mismo año que Bertolucci dirigió Soñadores. Ambos films de los dos grandes enfants terribles del cine italiano miran hacia atrás sin ira pero con un vehemente deseo de comprensión. Bertolucci conjuga el cine con la política. Bellocchio se aleja de la reconstrucción periodística para centrarse en la vida cotidiana de esa carcelera que vive rutinariamente mientras el secuestro del máximo dirigente de la Democracia Cristiana convulsiona al país. Autocrítico, Bellocchio recurre a la música de Pink Floyd como expresión de la rebelión exasperada de aquellos años y no duda en caricaturizar a los terroristas que sueñan con la dictadura del proletariado mientras contemplan el show de Raffaella Carrà. Hace algunos años, Gian Maria Volonté interpretó a Aldo Moro en un film plenamente inscrito en aquel cine político italiano de los años 70 setenta y 80. A principios del siglo XXI, esta revisión del caso es mucho más intimista y, por tanto, más profunda. Sin que jamás se haya sabido la verdad de los hechos, Bellocchio demuestra claramente a quien benefició el asesinato del político democristiano.Para amantes del cine político con conciencia autocrítica.
Fuente: Fotogramas
VER PELICULA CON SUBTITULOS EN CASTELLANO: https://zoowoman.website/wp/movies/buenos-dias-noche/
Título en V.O: Buongiorno, notte
Dirección: Marco Bellocchio
Reparto: Maya Sansa, Luigi Lo Cascio, Pier Giorgio Bellocchio, Giovanni Salcagno, Paolo Briguglia
Nacionalidad: Italia
Año: 2005
Duración: 106
Guión: Marco Bellocchio
Fotografía: Pasquale Mari
Música: Ricardo Giagni
Sinopsis: Roma, 1978. Chiara (Maya Sansa), una chica aparentemente normal, es en realidad miembro de las Brigadas Rojas, y está directamente implicada en el secuestro de Aldo Moro (Roberto Herlitzka). Sus ojos serán testigos directos de cómo las tensiones en el seno del grupo terrorista son paralelas a la crisis en que Italia parece sumida.
Realizado por encargo de la RAI, el último film de Marco Bellocchio reconstruye el secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro, en 1978, por parte de las Brigadas Rojas. El punto de partida es el relato autobiográfico de una de las terroristas implicadas y es esa mirada sesgada, contradictoria, la que atrae particularmente a un cineasta italiano que jamás ha abandonado sus particulares obsesiones psicoanalíticas.No es casual que Bellocchio dedique Buenos días, noche a su padre y que la rodase el mismo año que Bertolucci dirigió Soñadores. Ambos films de los dos grandes enfants terribles del cine italiano miran hacia atrás sin ira pero con un vehemente deseo de comprensión. Bertolucci conjuga el cine con la política. Bellocchio se aleja de la reconstrucción periodística para centrarse en la vida cotidiana de esa carcelera que vive rutinariamente mientras el secuestro del máximo dirigente de la Democracia Cristiana convulsiona al país. Autocrítico, Bellocchio recurre a la música de Pink Floyd como expresión de la rebelión exasperada de aquellos años y no duda en caricaturizar a los terroristas que sueñan con la dictadura del proletariado mientras contemplan el show de Raffaella Carrà. Hace algunos años, Gian Maria Volonté interpretó a Aldo Moro en un film plenamente inscrito en aquel cine político italiano de los años 70 setenta y 80. A principios del siglo XXI, esta revisión del caso es mucho más intimista y, por tanto, más profunda. Sin que jamás se haya sabido la verdad de los hechos, Bellocchio demuestra claramente a quien benefició el asesinato del político democristiano.Para amantes del cine político con conciencia autocrítica.
Fuente: Fotogramas
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