Título original: Capitães de abril
Año: 2000
Duración: 123 min.
País: Portugal
Dirección: María de Medeiros
Guión: Ève Deboise, María de Medeiros
Música: Antonio Vitorino D'Almeida
Fotografía: Michel Abramowicz
Reparto: Stefano Accorsi, María de Medeiros, Joaquim de Almeida, Frédéric Pierrot, Fele Martínez, Manuel João Vieira, Marcantonio Del Carlo, Emmanuel Salinger, Rita Durão, Manuel Manquiña, Duarte Guimarães, Manuel Lobão, Luis Miguel Cintra, Joaquim Leitão, Canto e Castro
Sinopsis: En la noche del 24 al 25 de abril de 1974, suboficiales del ejército portugués inician una sublevación contra la dictadura de Oliveira Salazar. Su gesta pasará a la historia como "la revolución de los claveles". La película recrea la historia del capitán Salgueiro Maia, uno de los protagonistas del levantamiento militar.
La película recrea los hechos conocidos como la Revolución de los Claveles que tuvieron lugar en Portugal y, sobre todo, en Lisboa durante la madrugada y el día 25 de abril de 1974. La película parte de una serie de fotografías y documentos gráficos de la época en blanco y negro; pero no se trata de una película reportaje a pesar de que su estructura narrativa está marcada por la temporalidad y la polifonía de puntos de vistas y miradas sobre los hechos. Se elude la entrevista y la evocación nostálgica, y la historia se cuenta desde la vivencia, momento a momento, de los protagonistas en el día y hora histórico que les tocó vivir.
Ese inicio de documental en blanco y negro, debido a la violencia de las imágenes, permite de manera rápida y definitiva llevarnos al meollo de la cuestión: los mandos intermedios, capitanes, sobre todo, que han participado en la guerra colonial africana, son los que se han comprometido para cambiar la situación y lo hacen porque han vivido el infierno africano donde han asistido a ejecuciones injustas, han conocido la violencia del miedo y se han juramentado para cambiar el régimen político del país hacia una democracia y sin pegar un solo tiro, sin matar a nadie. Lo radicalmente nuevo de este golpe de estado es que no quieren el poder para ellos, sino para el pueblo y sólo estarán ahí hasta organizar las primeras elecciones democráticas. Al final, han conseguido parte de sus pretensiones, otras han fracasado; pero sí que lograron, de manera incruenta, traer la democracia a Portugal.
La película nos presenta una amplia galería de personajes que nos permiten comprender las diversas actitudes de los militares, no sólo de los que estuvieron a favor del golpe o en contra; y dentro de cada uno de los grupos enfrentados darnos cuenta de que no todos compartieron las mismas ideas o actitudes y la evolución que fueron tomando al hilo de los acontecimientos. Tampoco se olvida la decisiva intervención de los partidos de izquierda y del pueblo de Lisboa que apoyaron decididamente la revolución. Hay momentos de gran intensidad dramática y otros de humor; la desorganización de cada uno de los bandos nos llega a dar la sensación de farsa grotesca en algún momento; en otros vemos que la decisión personal de algunos miembros de las fuerzas armadas y el encadenamiento de hechos sorpresivos permitieron el triunfo de los rebeldes.
La estructura del relato es compleja, se alternan los espacios y los personajes hasta confluir, principalmente, en la historia de tres amigos a los que los problemas personales, ilusiones y deseos los han unido o desunido a lo largo de los años. Ahora la revolución también va a cambiar sus vidas.
Los españoles que vivieron aquellos hechos volverán a recordar con emoción la Revolución de los Claveles que supuso una gran esperanza, algo comenzaba a moverse en las dictaduras peninsulares. Para los jóvenes que no lo vivieron, es el momento de comprender una parcela de la historia: la que inicia la etapa democrática en la que hoy vivimos, y darse cuenta de que se conquistó la democracia porque hubo gente que arriegó su vida y su carrera y porque una mayoría salió a la calle para apoyarlos. También que no se lograron algunas de las reivindicaciones que proponían y que muchos sueños se quedaron por el camino.
Daniel Arenas (Fuente: Encadenados)
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Año: 2000
Duración: 123 min.
País: Portugal
Dirección: María de Medeiros
Guión: Ève Deboise, María de Medeiros
Música: Antonio Vitorino D'Almeida
Fotografía: Michel Abramowicz
Reparto: Stefano Accorsi, María de Medeiros, Joaquim de Almeida, Frédéric Pierrot, Fele Martínez, Manuel João Vieira, Marcantonio Del Carlo, Emmanuel Salinger, Rita Durão, Manuel Manquiña, Duarte Guimarães, Manuel Lobão, Luis Miguel Cintra, Joaquim Leitão, Canto e Castro
Sinopsis: En la noche del 24 al 25 de abril de 1974, suboficiales del ejército portugués inician una sublevación contra la dictadura de Oliveira Salazar. Su gesta pasará a la historia como "la revolución de los claveles". La película recrea la historia del capitán Salgueiro Maia, uno de los protagonistas del levantamiento militar.
La película recrea los hechos conocidos como la Revolución de los Claveles que tuvieron lugar en Portugal y, sobre todo, en Lisboa durante la madrugada y el día 25 de abril de 1974. La película parte de una serie de fotografías y documentos gráficos de la época en blanco y negro; pero no se trata de una película reportaje a pesar de que su estructura narrativa está marcada por la temporalidad y la polifonía de puntos de vistas y miradas sobre los hechos. Se elude la entrevista y la evocación nostálgica, y la historia se cuenta desde la vivencia, momento a momento, de los protagonistas en el día y hora histórico que les tocó vivir.
Ese inicio de documental en blanco y negro, debido a la violencia de las imágenes, permite de manera rápida y definitiva llevarnos al meollo de la cuestión: los mandos intermedios, capitanes, sobre todo, que han participado en la guerra colonial africana, son los que se han comprometido para cambiar la situación y lo hacen porque han vivido el infierno africano donde han asistido a ejecuciones injustas, han conocido la violencia del miedo y se han juramentado para cambiar el régimen político del país hacia una democracia y sin pegar un solo tiro, sin matar a nadie. Lo radicalmente nuevo de este golpe de estado es que no quieren el poder para ellos, sino para el pueblo y sólo estarán ahí hasta organizar las primeras elecciones democráticas. Al final, han conseguido parte de sus pretensiones, otras han fracasado; pero sí que lograron, de manera incruenta, traer la democracia a Portugal.
La película nos presenta una amplia galería de personajes que nos permiten comprender las diversas actitudes de los militares, no sólo de los que estuvieron a favor del golpe o en contra; y dentro de cada uno de los grupos enfrentados darnos cuenta de que no todos compartieron las mismas ideas o actitudes y la evolución que fueron tomando al hilo de los acontecimientos. Tampoco se olvida la decisiva intervención de los partidos de izquierda y del pueblo de Lisboa que apoyaron decididamente la revolución. Hay momentos de gran intensidad dramática y otros de humor; la desorganización de cada uno de los bandos nos llega a dar la sensación de farsa grotesca en algún momento; en otros vemos que la decisión personal de algunos miembros de las fuerzas armadas y el encadenamiento de hechos sorpresivos permitieron el triunfo de los rebeldes.
La estructura del relato es compleja, se alternan los espacios y los personajes hasta confluir, principalmente, en la historia de tres amigos a los que los problemas personales, ilusiones y deseos los han unido o desunido a lo largo de los años. Ahora la revolución también va a cambiar sus vidas.
Los españoles que vivieron aquellos hechos volverán a recordar con emoción la Revolución de los Claveles que supuso una gran esperanza, algo comenzaba a moverse en las dictaduras peninsulares. Para los jóvenes que no lo vivieron, es el momento de comprender una parcela de la historia: la que inicia la etapa democrática en la que hoy vivimos, y darse cuenta de que se conquistó la democracia porque hubo gente que arriegó su vida y su carrera y porque una mayoría salió a la calle para apoyarlos. También que no se lograron algunas de las reivindicaciones que proponían y que muchos sueños se quedaron por el camino.
Daniel Arenas (Fuente: Encadenados)
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