THOMAS SANKARA (1949-1987): EL ÚLTIMO REVOLUCIONARIO
Introducción
A día de hoy entre todas las figuras revolucionarias que existieron, seguramente la figura de Thomas Sankara sea de las más olvidadas de la historia. Esto puede ser debido a que su gobierno fue muy efímero y además en un país africano muy pequeño, Burkina Faso (antes conocido como Alto Volta). A pesar de todo, estas características no significan nada, pues Sankara llevó a cabo grandes reformas y cambios en su pequeño país, además vivió por y para mejorar la vida de los burkinabes. Solamente un golpe de estado pertrechado por unos de sus mejores amigos y mano derecha consiguió apartarle del poder de manera drástica, pues perdió la vida en el curso del mismo.
En este artículo daremos a conocer los inicios, desarrollo y desenlace de la vida y gobierno de Thomas Sankara, dando datos e información poco conocida sobre el mismo, aunque siempre faltaran cosas.
Alto Volta antes de la llegada de Thomas Sankara
Hoy día el término de «Alto Volta» ya no consta como nombre de un país, pero hasta 1983 era lo que se conoce actualmente como Burkina Faso. Alto Volta era ni más ni menos que una de las tantas colonias que tenía la República Francesa en África, pero la cuestión en esta colonia era un tanto diferente a las otras que existían. El territorio era bastante pobre y no existía ningún recurso material en cantidad suficiente, por lo que la colonia básicamente fue utilizada como un barracón enorme de donde extraer mano de obra gratis para trabajar en las plantaciones de las colonias costeras. El nombre de Alto Volta sencillamente viene de su situación geográfica, es decir, el curso alto del río Volta, río que se divide a su vez en tres partes: Volta Blanco, Volta Negro y Volta Rojo. Es la única fuente de agua regular que existe en el territorio, la única con la que los campesinos pueden contar para regar sus cultivos. Aparte de este río no existe nada más en todo el territorio, aunque podemos diferenciar que la zona sur va a ser zona de regadío y la norte más desértica. Las sequías van a ser comunes y van a asestar un duro golpe al país siempre que llegan.
Alto Volta también va a ser un lugar de confluencia de diferencias etnias y tribus que vienen desde antaño. Los gobiernos europeos no respetaron esta división y esto dio lugar a problemas étnicos a lo largo y ancho de todo el continente, dando lugar así a las diferentes guerras y masacres que se han visto en los últimos cien años. Alto Volta no va a ser la excepción y las tribus y etnias van a ser partidas por fronteras impuestas por mero control administrativo. Aproximadamente existen unas sesenta étnicas diferentes en este país, los dos grupos principales serán los mossi (48% de la población) y los peul, pastores nómadas de las zonas fronterizas. El idioma principal va ser el francés, legado de décadas de colonización, pero el moré va ser el más habitual en ámbito local. Respecto a la religión, lo más extendido son los cultos animistas (2/3 de la población), tras esto, los musulmanes (25%) y católicos (10%).
En cuanto a la economía, las condiciones eran desastrosas como hemos visto anteriormente. El 60% del territorio es improductivo, se cultiva el 18% del territorio, 14% son pastos y el 8% bosques. Los campesinos eran el 85% de la población, cultivaban principalmente mijo. El sector industrial apenas existe y solamente existen dos ciudades Ouagadougou (capital) y Bobo-Dioulasso. La densidad de población es muy desigual, pero los datos generales son de 20 habitantes por km2 a mediados de la década de 1970 (5.480.000 habitantes en total). La población urbana era menos del 10% de la total, aunque año a año aumentaba pero de manera descontrolada, pues los nuevos habitantes debían vivir en chabolas y poblados aledaños a la misma. Por último, 2/3 de la población no tenía agua potable y las calorías por personas no se acercaban ni a las 2.000, que era lo mínimo necesario para vivir bien.
Campesinas burkinabes recogen cereales.
Finalmente en temas políticos, Alto Volta era igual que los demás países africanos en la época, el método más corriente para llegar al poder era el golpe de estado. Eran muy rápidos, y controlando varios edificios principales se tomaba el poder. Los “presidentes” se comportaban como caudillos y vivían una vida de lujos junto a una camarilla selecta de amigos y familiares a costa del trabajo de la mayoría del país. Aunque los procesos de descolonización se dieron entre 1960-1970, los países europeos dejaron consejeros y funcionarios para controlar la economía de estos países. Básicamente, al político de turno se le cubría de riquezas mientras las antiguas metrópolis seguían saqueando los recursos materiales. Además en el marco de la Guerra Fría era normal el enfrentamiento entre los gobiernos y guerrillas de tendencia comunista, como por ejemplo en el Congo.
Unos comienzos difíciles, pero con “suerte”
Thomas Sankara nació el 21 de diciembre de 1949 en el poblado de Yako, en territorio mossi de Yatenga. Su madre, Marguerite era de esta etnia y su padre, Joseph, había sido soldado colonial al servicio de Francia durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), incluso había sido capturado por los alemanes durante el conflicto. Su padre una vez terminada la guerra fue desmovilizado y trabajó de lo que pudo, convirtiéndose en un pobre obrero. Sankara fue el tercero de los diez hijos que tuvo el matrimonio, y fue sin duda una suerte que sobreviviera a su infancia, pues en Alto Volta la infancia era un periodo muy difícil. Uno de cada cinco niños moría antes de cumplir ni si quiera el año de edad, solo existían 4 hospitales en todo el país y 117 médicos (un médico por cada 50.000 habitantes).
Si el pequeño en cuestión sobrevivía a enfermedades y el hambre, su esperanza de vida iba a ser de entre 40 y 44 años y seguramente no pisara nunca una escuela, pues el índice de asistencia escolar era del 16% y la tasa de analfabetismo del 98-99%, llegando a niveles casi del 100% en las mujeres. A pesar de todo, el pequeño Sankara fue a la escuela y logró graduarse de manera brillante, destacó en lengua francesa y religión (conocía todos los episodios de la Biblia). Fue siempre un niño con mucha personalidad, extrovertido y amante de los debates. A los 16 años fue expulsado de la escuela por quitarle la bicicleta al hijo del director e incluso encarcelan a su padre por este hecho. Hay que decir, que muchas partes de la vida de Sankara son aún hoy día un completo misterio.
Thomas Sankara con una de sus tres guitarras. Era un aficionado guitarrista y cantante. Compuso el himno de Burkina Faso.
Con 17 años consigue entrar en la École Militaire Préparatoire de Kadiogo. La carrera militar y la eclesiástica eran las únicas vías disponibles para las familias no pudientes. En 1970 y tras terminar la carrera militar se le envía a una base a Madagascar, territorio donde había surgido un levantamiento contra el gobierno colonial del mismo. Este destino será clave para la vida de Thomas Sankara. A parte de conseguir el grado de oficial, nuestro joven protagonista charla con otros jóvenes soldados y oficiales llegados de todos los lugares de África donde se empapa de ideas marxistas y sobre todo leninistas. Un día durante este periodo escribe en su diario: “un militar sin formación política no es más que un criminal en potencia”. Viaja a Francia y se entrena como paracaidista, en París hace amistad con otro oficial voltense, Blaise Compaoré, quién será su mano derecha hasta el asesinato de Sankara.
En 1974, Thomas Sankara es enviado a la frontera con Malí, pues los dos países habían iniciado una guerra por los límites fronterizos. Durante las operaciones militares, su mejor anécdota es que sustituye el grito bélico de “adelante” por el de “seguidme”. Su actuación en esta guerra le vale que le nombren comandante de una división de paracaidistas. Sin embargo Thomas Sankara será consciente y criticará el conflicto con la vecina Malí, pues no hay nada más ridículo que una guerra entre dos países paupérrimos a los que la sequía azota severamente. Va a ser uno de los primeros promotores del acercamiento entre los militares y la población civil, el militar debe ser asimismo campesino y por ello va a imponer a sus hombres el colaborar en los campos de mijo existentes alrededor del cuartel. Asimismo defenderá que Alto Volta disponga de un ejército únicamente para defender las fronteras. En 1979 se casó con su novia Mariam Serme (con la que terminará sus días), tras dos años le informan de que es ascendido a capitán. Por último, el joven capitán era consciente de su suerte y expresó: “la mitad de los niños nacidos el mismo año que yo murieron durante los tres primeros meses de vida. Yo he tenido la suerte de huir de la muerte y de no caer victima de ninguna de aquellas enfermedades que aquel año hicieron que las defunciones superaran los nacimientos. Además he sido uno de los 16 niños de cada cien que ha tenido oportunidad de ir a la escuela, otro gran golpe de suerte”.
Primeros puestos en el gobierno y llegada al poder
Ya hemos visto que en Alto Volta como en el resto de África, el golpe de estado o las elecciones amañadas eran el método más rápido para llegar al poder. El primer puesto de importancia de Thomas Sankara es cuando es nombrado Secretario de Estado para la Información en el gobierno militar del presidente Saye Zerbo (su gobierno fue caracterizado por la corrupción y el amiguismo) en septiembre de 1981. En su primera reunión de gabinete Sankara llega en una bicicleta, dando así el ejemplo de que se puede renunciar a los privilegios de la clase política que vivían cómodamente en la capital con aire acondicionado. A este puesto renunció muy pronto, pues el 21 de abril de 1982 en oposición a lo que vio como deriva reaccionaria del régimen (habían encarcelado a un líder sindical), declaró «¡Desgracia a quienes amordazan al pueblo!” y “no puedo contribuir a los intereses de una minoría”. Thomas Sankara es detenido y encarcelado.
Thomas Sankara dando uno de sus muchos discursos.
Antes de que sea juzgado por un tribunal militar, un nuevo golpe el 7 de noviembre de 1982 llevó al poder a Jean-Baptiste Ouédraogo, Sankara fue excarcelado y llegó a ser primer ministro en enero de 1983. A partir de este momento comenzó su lucha contra la injusticia y contra a los que él consideraba enemigos de la patria, uno de los enemigos más fuerte eran los privilegios que tenían algunos grupos. El nuevo gobierno parece ir correctamente, Sankara incluso visita la Libia de Muammar Gaddafi, algo que no gusta a un sector reaccionario del gobierno y del ejército. El 17 de mayo de 1983 se sucede el enésimo golpe de estado que pone de nuevo bajo arresto a Sankara. Compañeros de este escapan a ser detenidos, como su amigo Blaise Compaoré que se refugia al sur de la capital. Ese mismo año, el 4 de agosto, un pequeño contingente de militares leales a Sankara dan otro golpe de estado, liberando al carismático líder. El golpe es rápido y es apoyado por gran parte de las masas populares, pues los golpistas los animan a que se unan. Thomas Sankara es investido presidente de Alto Volta. Comienzan cuatro años de furia revolucionaria.
Reformas radicales en Burkina Faso
Thomas Sankara va a iniciar unas reformas muy profundas en su pequeño país. El 2 de octubre de 1983 lanza su famoso Discurso de Orientación Política donde define el carácter de su revolución, el rasgo principal es que es antiimperialista. En primer lugar compuso el himno (era un aficionado guitarrista) y creó la nueva bandera, que mantiene hoy día. El otro gran cuestión fue el cambio de nombre, de Alto Volta pasó a conocerse como Burkina Faso, dejando atrás el pasado colonial, pues el nuevo nombre significaba “la tierra de los hombres íntegros”. Sus influencias marxistas fueron complementadas con personalidades como Fidel Castro o el famoso guerrillero argentino, Che Guevara, que fue muerto en Bolivia veinte años antes. Continuó con su lucha contra los privilegios de la clase política, grupo que se había corrompido hasta la medula, por ejemplo una gran parte de los presupuestos (85%) iba exclusivamente a pagar los salarios de los políticos alojados en la capital. Otro punto de lucha muy importante fue la lucha contra la desertificación de su país. En 1983, el desierto, al norte, avanzaba un kilometro o más al año, lo que ponía en peligro muchas zonas.
Fuente: Editorial Pathfinder.
La desertificación de Burkina Faso fue combatida con campañas de plantación de árboles (que a la vez luchaban contra la desforestación que era también grave) donde toda la población participaba, incluido el ejército y el propio Sankara y sus políticos. «En un periodo de 15 meses se sembraron más de 10 millones de árboles dentro del marco de un Programa Popular de Desarrollo» (Sankara, febrero de 1986). Además de las campañas lanzadas desde el gobierno, este instaba a que cada familia sembrara 100 árboles, pues la madera era un recurso básico del burkinabe. Los avances en escolarización y sanidad fueron muy notables, pues se aumentó el alfabetismo, gracias a las numerosas campañas, y se redujo la mortalidad infantil (de 187%0 al 150%0). También y con relación a la juventud burkinabe, el gobierno realizó una gran campaña de vacunación contra las enfermedades más comunes, muchas de ellas erradicadas en el “primer mundo” pero muy mortales en este país. «En 15 días se vacunaron a 2,5 millones de niños comprendidos entre edades de 9 y 14 años» (Sankara, febrero de 1986), además fue uno de los primeros gobiernos en luchar contra el SIDA.
De Alto Volta (izquierda) a Burkina Faso (derecha).
Sin duda alguna, uno de los proyectos más importantes en los que se embarcó el gobierno de Sankara fue el combatir el hambre, un enemigo brutal y sin piedad que asolaba a las clases populares. Con el inicio de la Revolución Burkinabe se consiguió un gran logro, que cada persona tuviera 1.875 calorías diarias y 10 litros de agua. En Francia en la misma época las calorías eran 3.411 por persona y en EE.UU casi 400 litros de agua por persona. Para conseguir esto se fomentó la construcción de presas y la agricultura; en estas tareas también participaba el ejército que ayudaba a recoger las cosechas aledañas a los diferentes cuarteles. En 1986, otro logro conseguido es aumentar la tasa de escolarización, de un 16% pasa a un 32%, Sankara dijo “una de las condiciones para el desarrollo es el fin de la ignorancia”. En pocos años, Burkina Faso se convirtió en uno de los países más progresistas y modernos de África.
Fuente: Editorial Pathfinder.
Los privilegios no solo eran de los políticos que vivían cómodamente, en los pequeños pueblos diseminados por todo el territorio aún existían caudillos y pequeños terratenientes al más estilo feudal que obligaban a los campesinos a trabajar en un régimen de corveas (trabajo gratis) como en la Edad Media. Muchos de estos individuos fueron juzgados y encarcelados, aunque el gobierno de Sankara quería liberarlos en un futuro, el objetivo era transformarlos y hacerles ver que las nuevas políticas eran necesarias. Otra reforma fue vender toda la flota de mercedes y audis que tenían los políticos y cambiarlos por los económicos Renault 5 de origen español, se los prohibía vestir trajes de marcas extranjeras teniendo que vestir las ropas tradicionales (faso dan fani) y en los despachos se cambiaron todos los aires acondicionados por ventiladores, que eran más económicos.
Finalmente y respecto a la cultura, la Revolución Burkinabe estuvo también muy comprometida. La creación de escuelas fue algo corriente e incluso se celebro un gran festival de cine. Las lenguas autóctonas eran respetadas y potenciadas, por ejemplo Sankara sus discursos los daba en francés pero ordenaba traducirlos a las distintas lenguas para que llegaran a todo el mundo. Políticamente los burkinabes comenzaron a participar de manera directa con los famosos Comités de Defensa de la Revolución (CDR). En la capital Ouagadougou se instala un canal de radio en el cual cualquier persona puede ir y contar algún problema de su localidad o dar sugerencias a los gobernantes.
La mujer
El tema de la mujer tenía que ser un tema a parte porque en sí mismo es un gran cambio. Como bien decía Sankara la mujer soportaba en la sociedad dos grandes cargas, primero que era explotada como todos y segundo que era explotada además por su esposo. Thomas Sankara desde un primer momento va a proclamar “La revolución y la liberación de la mujer van unidas. No hablamos de la emancipación de la mujer como un acto de caridad o por una oleada de compasión humana, es una necesidad básica para el triunfo de la revolución. Las mujeres ocupan la otra mitad del cielo”. Las mujeres estaban muy reprimidas en Alto Volta, los problemas comenzaban desde que nacían, donde en primer lugar se las extirpaba el clítoris muchas veces para que no tuvieran sensibilidad. Estas extirpaciones se realizaban de manera poco higiénica utilizando incluso cuchillos oxidados, cristales y trozos de uña. El colectivo femenino llevaba la carga del hogar a un nivel extremo, pues recogían leña e iban a por agua, que muchas veces estaba a kilómetros de distancia habiendo que recorrer zonas áridas.
Fuente: Editorial Pathfinder.
La llegada de Thomas Sankara al poder va cambiar todo esto. En primer lugar a las mujeres se las va a incluir en el gobierno, llegando algunas de ellas a puestos ministeriales. En educación tendrán la misma preferencia que los hombres y políticamente formaran sindicatos (Unión de Mujeres de Burkina) en donde se les enseñará la cultura como nunca antes. El carismático líder burkinabe se queja de las diferentes cuestiones, como por ejemplo que los hombres pueden ser adúlteros sin consecuencias y las mujeres acusadas de ellos pueden recibir tremendas palizas. El día 8 de marzo de 1987, Sankara lanza el famoso discurso sobre la Emancipación de la Mujer delante de miles de ellas. En este discurso también ataca la prostitución que básicamente es considerada una lacra de la sociedad. El objetivo es salvar a las prostitutas y sacarlas de ese inmundo trabajo que muchas veces está lleno de peligros. “Por tanto, al combatir la prostitución, al tender una mano de salvación a las prostituida, estamos salvando a nuestras madres, a nuestras hermanas y a nuestras esposas de esta lepra social. Nos salvamos a nosotros mismos. Salvamos al mundo”.
Finalmente y en base a este discurso Sankara denuncia la situación de la mujer a nivel mundial que también es precaria. Por ejemplo las que trabajan el hogar no son consideradas trabajadores y son calificadas “amas de casa” para declarar que no cobran un salario. También que los hombres tienen salarios mayores que las mismas por realizar el mismo trabajo y que al fin al cabo “a ella (la mujer del primer mundo) también, como al tercer mundo, se la mantiene arbitrariamente en el atraso para dominarla y para explotarla”. Thomas Sankara termina diciendo “la mujer se integrará a todas las batallas que hemos de emprender contra las distintas trabas de la sociedad neocolonial y por la edificación de una sociedad nueva. Se integrará en la organización de la vida de la nación entera. El objetivo final de toda esta gran empresa es construir una sociedad libre y próspera donde la mujer sea igual al hombre en todos los ámbitos”
Política exterior de Thomas Sankara
La política exterior fue un punto importante para nuestro protagonista. Thomas Sankara en primer lugar no se identificó con ningún bloque de los que luchaban en la Guerra Fría y metió a su país en el llamado Movimiento de Países No Alineados donde se encontraba por ejemplo Cuba. Viajó por diferentes países y se entrevistó con líderes tanto africanos como internacionales. Su visita a Nicaragua o a Cuba son bastante famosas, donde tuvo un acercamiento con los líderes del movimiento sandinista y Fidel Castro. Una de las características de Thomas Sankara es que tomó ejemplo del Che y denunció públicamente la situación de su país en el parlamento de las Naciones Unidas, lugar donde otros líderes ya habían hablado antes que él para exponer diferentes cuestiones.
Fuente: Editorial Pathfinder.
Otra cuestión importante fue sus discursos y declaraciones sobre la deuda externa. Sankara defendía que los países africanos no debían pagar la deuda externa (en la década de 1980 alcanzaba los 150.000 millones de dólares en toda África) debido a que suficiente habían tenido con la ocupación colonial y con todas las guerras y golpes de estado que financiaban ahora estos países. También rechazaba la ayuda exterior, básicamente debido a que luego se ponían unos intereses a conciencia que los países pobres no podían pagar.”La deuda, en su forma actual, es una reconquista colonial organizada con pericia para que África, su crecimiento y su desarrollo, obedezcan a reglas que nos son totalmente ajenas”.
Continua Sankara “la deuda no debe ser devuelta, porque si nosotros no pagamos, los dueños del capital no se van a morir, de ellos estamos seguros; si, en cambio, pagamos, nosotros si moriremos, y de esto también estamos seguros”. Entre 1983-1987, Burkina Faso dejó de depender en gran parte del capital extranjero y solo aceptaba ayudas y donaciones de otros países en forma de materiales, por ejemplo cemento para construir edificios o tractores para ayudar en las tareas del campo. Además para él, el imperialismo estaba en muchos lugares como en el tabaco o la coca-cola, los cuales, las empresas imperialistas habían introducido a conciencia en los países africanos para mantener atada su economía. El FMI denuncia el líder burkinabe, que lejos de un control económico, lo que también quiere es un control político de los países.
François Mitterrand junto a Thomas Sankara en 1986. Las relaciones con Francia tuvieron sus roces, pero el líder burkinabe viajó más de una vez al país europeo.
El desarme es un tema que también trata Sankara, pues los países africanos invertían grandes capitales en la compra de armamento; armamento que se compraba en los países occidentales. El aumento de inversión en este factor viene derivado de la inseguridad que existe en los diferentes países de África, pero crea un efecto contrario, ya que produce una crisis en la estabilidad. En las Naciones Unidas, Sankara declara que con el dinero que se invierte en armas se podrían construir miles de escuelas, hospitales y granjas. Finalmente, el último punto de la política internacional burkinabe se resume en luchar contra el gobierno racista de Sudáfrica, gobierno que quiere acabar con las personas de color y que casi compara con las hordas hitlerianas que arrasaron Europa décadas antes. Las críticas contra el denominado gobierno del “apartheid”. También defiende la excarcelación del líder sudafricano Nelson Mandela.
El final de un mito
El 15 de octubre de 1987, los cuatro años de gobierno revolucionario de Thomas Sankara llegan a su fin. El líder burkinabe viajaba con sus guardaespaldas y chofer en un pequeño Renault 5, cuando varios soldados les dieron el alto. Rápidamente los soldados abrieron fuego acabando con la vida del carismático presidente de Burkina Faso. Estos soldados estaban a las órdenes de Blaise Compaoré, mano derecha y amigo de Sankara que había sido sobornado por poderes extranjeros para acabar con la revolución que se calificaba como “roja y comunista”. Blaise Compaoré dio un golpe de estado a favor de estos poderes y además de acabar con Sankara también asesinó a doce ministros leales a este. Tras unos pequeños disturbios, el que había traicionado a su amigo se erigió como presidente. El cuerpo de Sankara fue enterrado junto con el de otros muertos en una fosa común.
Tumba del capitán Thomas Sankara a las afueras de Uagadugú. Junto a él, sus más leales ministros.
La muerte de Thomas Sankara sigue siendo un misterio. Otras fuentes hablan que no fueron masacrados en el Renault 5 sino que hubo un pequeño tiroteo donde el presidente burkinabe fue muerto. El último revolucionario murió en chándal debido a que ese día era el Día del Deporte, día en el que los políticos y gran número de personas practicaban el mismo. Fuera como fuese, lo que sucedió después de su muerte fue que Burkina Faso volvió a las líneas generales de antes de Sankara, la corrupción volvió y los poderes imperialistas estuvieron muy presentes a partir de entonces, por ejemplo el nuevo presidente viajaba en un avión privado que le habían “regalado” (en el periodo de Thomas Sankara los políticos viajaban en aviones comerciales en turista).
Conclusiones personales. Ismael López
Las conclusiones son muchas y variadas. Thomas Sankara vivió al nivel de su pueblo, siendo ejemplo de que se puede renunciar a los privilegios y a los grandes sueldos a pesar de ser la cabeza del país. Su gobierno, a pesar de ser más parecido a una dictadura que a una presidencia, se había comprometido a realizar elecciones próximamente, pues la voz del pueblo debía oírse. Cuando 1987 acabó esta etapa de Burkina Faso, se habían construido numerosos hospitales, escuelas y pozos de agua para mejorar la vida de los ciudadanos. Thomas Sankara para nuestra suerte vivió en la década de 1980, cuando la televisión era algo ya normal, por lo que dejó numerosas entrevistas que se han pasado por escrito para publicar diferentes obras. El último revolucionario, como he decidido llamarle es hoy día recordado en su país por todas las masas populares, y en alguna que otra manifestación o concentración su nombre se deja ver, como en grafitis en diferentes lugares.
Por último decir que una semana antes de su muerte, el día 8 de febrero, cuando realizaba una conmemoración en nombre de Ernesto “Che” Guevara proclamó que “las ideas no se matan ni pueden morir, aunque muera el revolucionario”.
Como siempre decía el Che: Patria o muerte
A lo que Sankara añadió: ¡venceremos!
«Thomas Sankara por siempre vivo” sobre el muro de un puente de la capital de Burkina Faso. Fuente: María Rodríguez (@MariaRgez).
Bibliografía
BATÁ, Carlo: El África de Thomas Sankara, editorial Txalaparta, Bizkaia, 2011.
SANKARA, Thomas: Somos herederos de las revoluciones del mundo, discursos de la revolución de Burkina Faso 1983-1987, editorial Pathfinder, Nueva York, 2007.
SANKARA, Thomas: La emancipación de la mujer y la lucha africana por la libertad, editorial Pathfinder, Nueva York, 2013.
Recursos web:
Thomas Sankara, el Che Guevara Africano: https://www.youtube.com/watch?v=BxZ07yBjIeE
Fuente: Archivos de la Historia