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90 AÑOS DE LA DECLARACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE ARQUITECTOS URBANISTAS (ARU) DE LA URSS

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DECLARACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE ARQUITECTOS URBANISTAS (ARU)

Se ha constituido en Moscú la nueva Unión de Arquitectos Urbanistas (Aru). Entre los miembros fundadores se hallan: el profesor N. Ladovski, el arquitecto D. Fridman, el ingeniero A. Zazerski, el arquitecto V. Lavron, el arquitecto G. Gluschensko, el arquitecto A. Grinberg, el profesor Nekrasov (médico de la sanidad pública), el profesor Kovalev (también médico de la sanidad), el arquitecto G. Krutikov, el arquitecto S. Lopatin, el ingeniero A. Savisnikov, el profesor B. Sakulin (Kiev), el economista profesor L. Zmudski y otros.
Las tareas y los objetivos fundamentales que se propone la nueva unión se formulan en una declaración aneja de la que damos algunos extractos:
l. El ritmo general de la construcción socialista y del desarrollo económico de nuestro país empieza a influir progresivamente sobre el crecimiento de la ciudad.
Un síntoma esencial que determina el carácter de la ciudad moderna es el aumento intensivo de su dinamismo.
La evolución del dinamismo urbano, juntamente con los factores específicos de carácter político, económico, técnico y técnico­artístico, da el tono de la ciudad soviética, de la ciudad en el período de transición al socialismo.
Los principales signos distintivos de la ciudad del sistema socialista, que diferencian a esta última de los modelos teóricos y prácticos difundidos sobre todo en Occidente, consisten en la aspiración a una destrucción total de la desigualdad social en el seno de la población, en una simplificación y gradual desaparición de la estructura clasista de la sociedad, en la nacionalización del suelo y en la liquidación implícita de las rentas de los terratenientes, así como de la posibilidad de especulación del suelo, todo lo cual abre un ancho camino a la replanificación nacional y a la reconstrucción de las ciudades existentes.
Estas circunstancias ofrecen al arquitecto soviético la posibilidad de resolver los problemas del plan urbanístico recurriendo a métodos no accesibles a los planificadores occidentales, así como definir concretamente las vías específicas de desarrollo de la ciudad moderna en el plano social, económico, técnico y administrativo.
3. Al lado de esto ha madurado la necesidad de dedicar particular atención al aspecto arquitectónico de la cuestión.
La importancia del aspecto arquitectónico de la planificación de la ciudad ha sido subvalorada hasta el momento presente.
Las condiciones objetivas de desarrollo de las ciencias humanas, el desarrollo absolutamente inadecuado de la ciencia del arte, la esterilidad de la psicología moderna no ofrecen la posibilidad de llevar a un conocimiento íntegro de las funciones psico­organizativas que en la vida asumen las artes espaciales. Por eso, en el campo del urbanismo la arquitectura no ha podido ocupar hasta este momento el lugar que la corresponde. El hombre moderno se ve obligado a operar constantemente en un ambiente arquitectónico. Los complejos arquitectónicos de la ciudad, examinados con plena libertad, influyen directamente sobre los sentidos del contemplador de la arquitectura con su aspecto y con sus formas, suscitando una determinada percepción del mundo. El Estado soviético, que pone en el centro de su actividad la planificación, debe utilizar también la arquitectura como poderoso medio de organización de la psique de las masas.
A la hora de planificar los centros habitados hay que prever desde el principio una determinada orientación de la influencia ejercida por los objetos arquitectónicos.
4. La arquitectura, entendida como un todo único espacial, no sólo debe resolver el problema de su conformación en lo que respecta a las construcciones singulares, sino que incluso debe reunir todo el grupo de estas últimas en un único sistema espacial; las construcciones particulares o singulares son sólo parte de un complejo arquitectónico más general. Esta interpretación del urbanismo nos ofrece la única posición correcta para resolver los problemas arquitectónicos como sistemas de fuerzas psicoideológicas que influyen sobre la totalidad social de la ciudad. Estos motivos, al definir la particular tarea arquitectónica de dar forma a una construcción singular, obligan a resolver previamente la más general tarea de la sistematización arquitectónica en el complejo urbano. Se trata de una cuestión tan complicada que, a la hora de planificar grandes centros urbanos, abarca toda una serie de sectores ajenos a las nociones específicas de la técnica y de la arquitectura; cuestión que, evidentemente, no puede ser resuelta cada vez por especialistas particulares que, aunque estén muy preparados, tienen que diferir por sus respectivas experiencias.
Para llevar a cabo la planificación de todas las ciudades de la U. R. S. S. se necesita la más alta organización de la mano de obra y de los especialistas.
La iniciativa debe partir del Estado o de la opinión pública soviética.
5. El Estado, entre otras disposiciones, ha marcado la vía para una regulación planificada del urbanismo (decreto del C. E. E. del 4 de octubre de 1926, instrucción del Comisariado del Pueblo del interior, etc.).
Nuestra opinión pública arquitectónica ha demostrado hasta hoy una actividad muy reducida en lo que concierne a la solución organizada de todo el grupo de problemas relacionados con la urbanística.
La Unión de Arquitectos­Urbanistas (Aru) se plantea el objetivo de elevar el interés social en torno al problema de la planificación de las ciudades.
Reuniendo tanto a los verdaderos especialistas de la arquitectura como a los especialistas de los sectores, la Aru se propone ayudar a los organismos estatales a plantear y solucionar no sólo aquellos problemas de carácter organizativo general, sino también aquellos otros más especializados, técnicos y arquitectónicos, vinculados a la edificación urbana.
6. Reuniendo en su seno a teóricos y prácticos que ya han trabajado en el campo del urbanismo y con la intención de atraer a su órbita a los jóvenes más prometedores; la Aru considera necesario, en primer lugar, formular los siguientes problemas para una multiforme elaboración teórica y práctica:
1) El proceso de planificación y conformación en sentido arquitectónico de la ciudad como factor psíquico­social de educación de las masas.
2) El proceso de planificación y conformación en sentido arquitectónico de la ciudad como forma organizativa superior de aplicación de la arquitectura a la vida, en conexión con la elaboración de los principios modernos para decretar la forma de planificación.
3) La idea general de la «forma» espacial de la ciudad como la única que se armoniza con la arquitectura de las construcciones particulares.
4) La necesidad de crear un instituto superior especializado para afrontar el estudio integral de los problemas relativos al urbanismo; la comprobación, bajo cada ángulo visual, de la idea de la organización de la ciudad en el ámbito del sistema socialista.
5) El desarrollo y la organización de cursos de urbanismo ya existentes en institutos especializados y la introducción de un curso de urbanismo en la universidad.
6) La organización de un órgano de prensa adecuado para el planteamiento y elaboración de problemas teóricos, para el estudio del trabajo práctico realizado en el campo urbanístico en la URSS, en la Europa occidental y en América.

Architektura i Vchutein, núm. 1, enero de 1929

Fuente: Constructivismo (Ed. Comunicación, 1973) 

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