Los manifestantes
Juan Genovés
Fecha:
1977
Acrílico sobre tabla
105x120 cm
Museo de Arte Contemporáneo de Madrid
Los manifestantes es una obra posterior en un año a la tan conocida El abrazo (1976), en la que se pone de manifiesto el sentido de crónica y compromiso político que Genovés confiere a su pintura en esta etapa en las que el pintor utilizaba la multitud como un tema recurrente, acorde con los postulados estéticos seguidos por esa amplia corriente denominada Crónica de la Realidad que aglutinaba a distintos artistas realistas, comprometidos con la realidad social y política del momento. El recurso a la utilización de imágenes provenientes de la fotografía, la eliminación de elementos anecdóticos que pudieran perturbar la composición, los asuntos tratados y la utilización de unas gamas cromáticas basadas en el monocromatismo fueron las señas de identidad más eficaces de la pintura de estos años de Juan Genovés.
Pese a que el tema que trata esta obra es de clara denuncia, la composición de Los manifestantes no es lineal, pues las imágenes que la forman muestran, si nos fijamos atentamente, una pluralidad de situaciones que hacen del resultado final una imagen más compleja de lo que a simple vista parece en el ámbito de lo que podríamos entender por realismo, concretada en una sucesión temporal que no es homogénea ni lineal. La voluntaria reducción cromática y la utilización de un dibujo preciso y un tanto rígido y contundente, así como la simplificación espacial con que la dota al utilizar un fondo blanco y abstracto que envuelve al grupo humano, apenas si nos deja atisbar que, sin solución de continuidad, el pintor ha yuxtapuesto en el mismo espacio distintas acciones que pueden ser interpretadas como simultáneas en el tiempo pero que crean cierta contradicción visual en la imagen resultante: un grupo humano compacto de personas con las manos en la nuca son empujados contra una pared por dos policías que reconocemos situados en el extremo izquierdo por el casco que utilizan en la represión de las manifestaciones, junto a ellos dos hombres leen el periódico, algo que parece incongruente en esa situación conflictiva, sino es que el artista ha querido hacer una referencia a los medios de comunicación como vehículos de información de los hechos sucedidos, mientras que una figura caída en el suelo, con las manos protegiéndose la cabeza, parece aislada y vemos en ella el símbolo más claro de la represión inmediata de las manifestaciones y, por último, el personaje con gafas que ocultan su identidad, situado a la izquierda, más próximo a los “grises”, indica , como ordenando algo, alguna situación fuera del espacio del cuadro por lo que queda significado como un miembro de la policía político-social. Esa amalgama de imágenes, que forman como una uve, uno de cuyos vectores es el grupo compacto y el otro los personajes que leen el periódico y este último que señala hacia fuera, nos hablan de una complejidad conceptual que en apariencia no parece poseer la obra si nos fijamos exclusivamente en el carácter de denuncia.
Fuente: Memoria de Madrid