Extraído de Un Vallekano en Rumanía a los 56 años de la muerte de Bela Lugosi
(http://imbratisare.blogspot.com)
Su interpretación del Conde Drácula marcó un hito en el cine clásico y le dio al popular mito muchas de las características con las que se le conoce hoy en día. Bela Lugosi no sólo fue un talentoso actor, sino que también en sí mismo fue un fascinante personaje, protagonista en primera persona de la Revolución húngara de 1918 y de la efímera vida de la República Soviética de Hungría, como militante del Partido Comunista.
Nacido bajo el nombre Blaskó Béla Ferenc Dezső, el 20 de octubre de 1882 en Lugos, entonces
Hungría, territorio que más tarde pasó a formar parte de Rumanía justamente tras su invasión militar y la toma de Budapest para acabar con el nuevo estado bolchevique, Bela Lugosi fue un famoso actor de la época del cine mudo que hizo temblar a la audiencia con sus papeles en filmes de terror.
Su lugar de nacimiento estaba a unos 80 kilómetros de la frontera occidental de Transilvania y el Castillo de Poenari, una de las históricos hogares de Vlad el Empalador, el voivoda que dio origen a la famosa leyenda de Drácula del escritor inglés Bram Stoker, a quien Lugosi presentaría con gran aclamación tanto en el escenario como en la pantalla. Como se ve, su nombre artístico lo tomaría de la ciudad donde nació, la actual Lugoj rumana.
Lugosi vivió duros momentos al principio de su vida. El menor de cuatro hermanos decidió huir del seno de su hogar de clase media para abrirse un camino por sí mismo en el mundo del teatro, con apenas 12 años de edad. Siendo tan sólo un niño y determinado a no depender de sus padres, tuvo que trabajar como minero y luego en los tendidos de ferrocarril que conectaban las distintas localidades de su país. Todo eso provocaría que no pudiera acceder ni tener una educación como le hubiera correspondido si hubiera seguido bajo las faldas de su familia, unos banqueros ricos, aunque venidos a menos.
Intentó participar con papeles pequeños en producciones ambulantes locales, pero su falta de educación y su temperamento hicieron difícil que triunfara.
“Trataron de darme pequeños papeles en sus obras, pero yo era tan ignorante, tan estúpido, que la gente se reía de mí. Pero me Permitieron el gusto del escenario y también el sabor rancio de la humillación”.
Su hermana, sin embargo, le brindó apoyo prestándole dinero y consiguiéndole papeles menores en producciones del Teatro Szabadka, en Budapest. Allí, aunque sin haber tenido mucha educación, Lugosi demostró talento natural, aunque todavía en bruto, y pronto ascendió a papeles más importantes.
A pesar de que los miembros del Teatro Nacional estaban exentos del servicio militar, cuando estalló la primera guerra mundial, en junio de 1914, Lugosi aparcó su carrera de en el mundo de la interpretación para luchar por Hungría contra Rusia y las potencias occidentales. Después de ser dado de alta del ejército debido a problemas de salud en 1916, Lugosi regresó al Teatro Nacional.
Por aquel entonces,los actores estaban exentos del servicio militar y Lugosi no tenía antecedentes marciales. Sin embargo, por razones que aún no están claras, se ofreció como voluntario para el ejército austrohúngaro casi de inmediato. Tal vez estaba buscando aventura o sintió el impulso emocional de patriotismo que se apoderó de tantos otros hombres en ese momento. Fue asignado a la 43ª división de Infantería Real Húngara, sirviendo como teniente de infantería. La unidad fue enviada al frente oriental, donde lucharon en Galicia contra las fuerzas del Imperio ruso. Lugosi fue destinado finalmente a la patrulla de esquí. Su unidad pronto se encontró involucrada en las brutales campañas invernales de los Cárpatos. Comenzaron en serio a fines de enero de 1915. Para dar solo un ejemplo del peligro y la muerte que impregnaban estas batallas, los austrohúngaros perdieron dos tercios de un ejército de 100.000 hombres en menos de tres semanas. Aunque en gran parte olvidada, la lucha que ocurrió en lo alto de los nevados Cárpatos es considerada por algunos historiadores como la más mortífera de toda la guerra en cualquiera de los frentes.
Lugosi no escapó ileso de la lucha. Él sufrió tanto mental como físicamente. Una de las pocas veces que habló sobre la guerra tuvo lugar en una entrevista años más tarde cuando recordó que "Hubo un momento que nunca podría olvidar. Estábamos protegiendo un bosque de los rusos. Todos nosotros estábamos encogidos debajo de enormes árboles, cada hombre debajo de un árbol. Un joven oficial incauto se salió un poco de la cobertura y una bala golpeó su pecho. Olvidé que los rusos disparaban desde su línea con ametralladoras ... Corrí hacia él y le di primeros auxilios. Regresé a mi árbol y descubrí que había sido arrojado al cielo en pedazos. Me volví histérico. Lloré allí en el suelo del bosque, como un niño ... no de miedo, ni siquiera de alivio ... de gratitud por cómo Dios me había pagado por tener ese arrebato de buen corazón ".
Lugosi fue herido dos veces, la primera vez en combates cerca de Rohatin, Galicia (Rohatyn, Ucrania hoy), la segunda vez en los Cárpatos. Estas heridas le hicieron recibir una decoración por su valentía, pero también lo sacaron de la guerra. Poco después, a principios de 1916, Lugosi fue dado de alta después de 18 meses de servicio.
Otra de las influencias de la horrible guerra en Lugosi fue la influencia de la revolución rusa, que se extendió como la pólvora por todo el frente del este entre los trabajadores y campesinos en las filas de todos los ejércitos. Como explica Alan Woods en su análisis de la República soviética húngara, "La victoria de la revolución de octubre en Rusia tuvo un efecto electrizante en Hungría. La magistral agitación antibélica de los bolcheviques durante las negociaciones de paz de Brest-Litovsk, encontró un gran eco entre las masas de trabajadores, campesinos y soldados cansados de la guerra. La reivindicación de "paz sin anexiones, ni indemnizaciones" encontró eco en las fábricas, en los pueblos y en las trincheras. En esta situación el partido antibélico de la burguesía dirigido por Karolyi -el "Kerensky húngaro"-, ganó influencia entre las masas."
O, como describía el periodico austriaco Deutsche Volksblatt, el ambiente en el frente estaba agitado, "El cuarto y noveno ejércitos rumanos se negaron a luchar en la guerra, estallaron huelgas entre los trabajadores rumanos en Ploesti, Bucarest, etc. "Los ejércitos rumano y checo se caracterizan por la ausencia de disciplina, las ideas bolcheviques se están extendiendo, el ejemplo más evidente es que el movimiento de campesinos y trabajadores de Basarabia se ha vuelto contra el gobierno rumano".
En estas circunstancias, Lugosi regresó a Budapest. pasando de los escenarios a las películas mudas y hasta organizó el Sindicato Nacional de Actores de Hungría, el primer sindicato de actores cinematográficos del mundo. El 10 de abril de 1916, menos de veinte meses después de su última actuación en Budapest, volvió al escenario en el Teatro Nacional. A medida que la guerra se prolongó durante los siguientes dos años y medio, Lugosi continuó actuando en una variedad de papeles en el escenario y también obtuvo su primer comienzo en la película. Era como si nunca hubiera ido a las trincheras. Tal vez fue capaz de olvidarse de la guerra, pero sus efectos secundarios en Hungría estaban a punto de influir en el resto de su vida.
El Imperio austrohúngaro fue derrotado y dividido en noviembre de 1918. Hungría se convirtió en una república. Entonces, Lugosi se implicó activamente en la agitación política. Se convirtió en creador y líder del sindicato de actores recién creado en diciembre de 1918. Abogó por terminar con el poder de los gerentes de teatro que primaban las ganancias sobre el arte.
(http://imbratisare.blogspot.com)
Su interpretación del Conde Drácula marcó un hito en el cine clásico y le dio al popular mito muchas de las características con las que se le conoce hoy en día. Bela Lugosi no sólo fue un talentoso actor, sino que también en sí mismo fue un fascinante personaje, protagonista en primera persona de la Revolución húngara de 1918 y de la efímera vida de la República Soviética de Hungría, como militante del Partido Comunista.
Nacido bajo el nombre Blaskó Béla Ferenc Dezső, el 20 de octubre de 1882 en Lugos, entonces
Bela Lugosi en la guerra |
Hungría, territorio que más tarde pasó a formar parte de Rumanía justamente tras su invasión militar y la toma de Budapest para acabar con el nuevo estado bolchevique, Bela Lugosi fue un famoso actor de la época del cine mudo que hizo temblar a la audiencia con sus papeles en filmes de terror.
Su lugar de nacimiento estaba a unos 80 kilómetros de la frontera occidental de Transilvania y el Castillo de Poenari, una de las históricos hogares de Vlad el Empalador, el voivoda que dio origen a la famosa leyenda de Drácula del escritor inglés Bram Stoker, a quien Lugosi presentaría con gran aclamación tanto en el escenario como en la pantalla. Como se ve, su nombre artístico lo tomaría de la ciudad donde nació, la actual Lugoj rumana.
Lugosi vivió duros momentos al principio de su vida. El menor de cuatro hermanos decidió huir del seno de su hogar de clase media para abrirse un camino por sí mismo en el mundo del teatro, con apenas 12 años de edad. Siendo tan sólo un niño y determinado a no depender de sus padres, tuvo que trabajar como minero y luego en los tendidos de ferrocarril que conectaban las distintas localidades de su país. Todo eso provocaría que no pudiera acceder ni tener una educación como le hubiera correspondido si hubiera seguido bajo las faldas de su familia, unos banqueros ricos, aunque venidos a menos.
Intentó participar con papeles pequeños en producciones ambulantes locales, pero su falta de educación y su temperamento hicieron difícil que triunfara.
“Trataron de darme pequeños papeles en sus obras, pero yo era tan ignorante, tan estúpido, que la gente se reía de mí. Pero me Permitieron el gusto del escenario y también el sabor rancio de la humillación”.
Su hermana, sin embargo, le brindó apoyo prestándole dinero y consiguiéndole papeles menores en producciones del Teatro Szabadka, en Budapest. Allí, aunque sin haber tenido mucha educación, Lugosi demostró talento natural, aunque todavía en bruto, y pronto ascendió a papeles más importantes.
A pesar de que los miembros del Teatro Nacional estaban exentos del servicio militar, cuando estalló la primera guerra mundial, en junio de 1914, Lugosi aparcó su carrera de en el mundo de la interpretación para luchar por Hungría contra Rusia y las potencias occidentales. Después de ser dado de alta del ejército debido a problemas de salud en 1916, Lugosi regresó al Teatro Nacional.
Por aquel entonces,los actores estaban exentos del servicio militar y Lugosi no tenía antecedentes marciales. Sin embargo, por razones que aún no están claras, se ofreció como voluntario para el ejército austrohúngaro casi de inmediato. Tal vez estaba buscando aventura o sintió el impulso emocional de patriotismo que se apoderó de tantos otros hombres en ese momento. Fue asignado a la 43ª división de Infantería Real Húngara, sirviendo como teniente de infantería. La unidad fue enviada al frente oriental, donde lucharon en Galicia contra las fuerzas del Imperio ruso. Lugosi fue destinado finalmente a la patrulla de esquí. Su unidad pronto se encontró involucrada en las brutales campañas invernales de los Cárpatos. Comenzaron en serio a fines de enero de 1915. Para dar solo un ejemplo del peligro y la muerte que impregnaban estas batallas, los austrohúngaros perdieron dos tercios de un ejército de 100.000 hombres en menos de tres semanas. Aunque en gran parte olvidada, la lucha que ocurrió en lo alto de los nevados Cárpatos es considerada por algunos historiadores como la más mortífera de toda la guerra en cualquiera de los frentes.
Lugosi no escapó ileso de la lucha. Él sufrió tanto mental como físicamente. Una de las pocas veces que habló sobre la guerra tuvo lugar en una entrevista años más tarde cuando recordó que "Hubo un momento que nunca podría olvidar. Estábamos protegiendo un bosque de los rusos. Todos nosotros estábamos encogidos debajo de enormes árboles, cada hombre debajo de un árbol. Un joven oficial incauto se salió un poco de la cobertura y una bala golpeó su pecho. Olvidé que los rusos disparaban desde su línea con ametralladoras ... Corrí hacia él y le di primeros auxilios. Regresé a mi árbol y descubrí que había sido arrojado al cielo en pedazos. Me volví histérico. Lloré allí en el suelo del bosque, como un niño ... no de miedo, ni siquiera de alivio ... de gratitud por cómo Dios me había pagado por tener ese arrebato de buen corazón ".
Lugosi fue herido dos veces, la primera vez en combates cerca de Rohatin, Galicia (Rohatyn, Ucrania hoy), la segunda vez en los Cárpatos. Estas heridas le hicieron recibir una decoración por su valentía, pero también lo sacaron de la guerra. Poco después, a principios de 1916, Lugosi fue dado de alta después de 18 meses de servicio.
Otra de las influencias de la horrible guerra en Lugosi fue la influencia de la revolución rusa, que se extendió como la pólvora por todo el frente del este entre los trabajadores y campesinos en las filas de todos los ejércitos. Como explica Alan Woods en su análisis de la República soviética húngara, "La victoria de la revolución de octubre en Rusia tuvo un efecto electrizante en Hungría. La magistral agitación antibélica de los bolcheviques durante las negociaciones de paz de Brest-Litovsk, encontró un gran eco entre las masas de trabajadores, campesinos y soldados cansados de la guerra. La reivindicación de "paz sin anexiones, ni indemnizaciones" encontró eco en las fábricas, en los pueblos y en las trincheras. En esta situación el partido antibélico de la burguesía dirigido por Karolyi -el "Kerensky húngaro"-, ganó influencia entre las masas."
O, como describía el periodico austriaco Deutsche Volksblatt, el ambiente en el frente estaba agitado, "El cuarto y noveno ejércitos rumanos se negaron a luchar en la guerra, estallaron huelgas entre los trabajadores rumanos en Ploesti, Bucarest, etc. "Los ejércitos rumano y checo se caracterizan por la ausencia de disciplina, las ideas bolcheviques se están extendiendo, el ejemplo más evidente es que el movimiento de campesinos y trabajadores de Basarabia se ha vuelto contra el gobierno rumano".
En estas circunstancias, Lugosi regresó a Budapest. pasando de los escenarios a las películas mudas y hasta organizó el Sindicato Nacional de Actores de Hungría, el primer sindicato de actores cinematográficos del mundo. El 10 de abril de 1916, menos de veinte meses después de su última actuación en Budapest, volvió al escenario en el Teatro Nacional. A medida que la guerra se prolongó durante los siguientes dos años y medio, Lugosi continuó actuando en una variedad de papeles en el escenario y también obtuvo su primer comienzo en la película. Era como si nunca hubiera ido a las trincheras. Tal vez fue capaz de olvidarse de la guerra, pero sus efectos secundarios en Hungría estaban a punto de influir en el resto de su vida.
El Imperio austrohúngaro fue derrotado y dividido en noviembre de 1918. Hungría se convirtió en una república. Entonces, Lugosi se implicó activamente en la agitación política. Se convirtió en creador y líder del sindicato de actores recién creado en diciembre de 1918. Abogó por terminar con el poder de los gerentes de teatro que primaban las ganancias sobre el arte.
Fue un firme partidario de la Revolución húngara de 1919 que llevó brevemente a la República Soviética Húngara de Bela Kun al poder, desatando la pasión de Lugosi por el arte libre, la cultura, y el triunfo de los trabajadores sobre la burguesía. Cuando las tropas rumanas entraron en Bucarest y se impuso el gobierno fascista de Horthy, la salvaje venganza de la burguesía impone una ola de terror, torturas, persecuciones y fusilamientos en masa, también contra el mundo de la cultura, que hace que Bela Lugosi, como haría también Bela Kun, el líder revolucionario, decidan huir del país, convertidos ambos en enemigos del nuevo gobierno.
Tras trabajar por un tiempo en el cine alemán, Lugosi decidió inmigrar a los Estados Unidos. Después de una breve parada en Italia, partió hacia Nueva Orleáns, llegando el 4 de diciembre de 1920. De allí se transladaría a Nueva York, donde finalmente encontró el papel que lo llevaría a la fama.
Su marcado acento húngaro provocó que, teniendo en cuenta que por aquel entonces todo el mundo consideraba todavía a Transilvania, el país donde Bram Stoker ubicaba a Drácula, como parte de Hungría, le dieran el papel en una obra de teatro en Broadway en la que interpretaría al Conde Drácula en Broadway y luego, protagonizó el film de Universal Pictures, de 1931, convirtiéndose para siempre en una leyenda del cine.
Tras trabajar por un tiempo en el cine alemán, Lugosi decidió inmigrar a los Estados Unidos. Después de una breve parada en Italia, partió hacia Nueva Orleáns, llegando el 4 de diciembre de 1920. De allí se transladaría a Nueva York, donde finalmente encontró el papel que lo llevaría a la fama.
Su marcado acento húngaro provocó que, teniendo en cuenta que por aquel entonces todo el mundo consideraba todavía a Transilvania, el país donde Bram Stoker ubicaba a Drácula, como parte de Hungría, le dieran el papel en una obra de teatro en Broadway en la que interpretaría al Conde Drácula en Broadway y luego, protagonizó el film de Universal Pictures, de 1931, convirtiéndose para siempre en una leyenda del cine.
Por supuesto, Lugosi también estaría en el punto de mira de la caza de brujas del senador McCarthy en los años 50, por ser demasiado favorable a las ideas comunistas, a la URSS y, de paso, a la política del presidente Roosevelt. No obstante, su carrera ya estaba cayendo en picado, dejando al bueno de Lugosi en los límites de la pobreza, sobreviviendo con trabajos variados y mal pagados. Al final de su carrera sería "rescatado" por Ed Wood para sus películas de serie B, poco antes de morir en 1956, en Los Ángeles.
Jamás regresaría a la Hungria revolucionaria por la que luchó y de la que tuvo que huir tras el triunfo del Mariscal Horthy y su criminal dictadura fascista.