DAVID ALFARO SIQUEIROS, «PLÁSTICA DIALÉCTICO-SUBVERSIVA». Contra, Buenos Aires, julio de 1933.
FORMA PLASTICA
La marcha diaria por el camino de su objetivo final, el paso por el periodo de ilegalidad para la plástica revolucionaria, le dará a la plástica de agitación y propaganda el estilo dialéctico subversivo que necesita; el estilo correspondiente, su propio lenguaje, su propia metodología, SU PROPIA FORMA, es decir, la forma de la plástica de la época de lucha proletaria final contra el estado capitalista, forma que nada tendrá de común con las formas secas del pasado, ni con las formas snobs y excéntricas del presente. Esta forma no será ni académica ni modernista; será dialéctica y subversiva, es decir, lógicamente materialista, objetiva y dinámica. Se parecerá en esencia a la técnica que tiene que aplicar un buen conferencista marxista o un elocuente orador proletario revolucionario. La forma será el producto de las necesidades de una clara expresión y de una poderosa psicología revolucionaria.
IMPULSO CREADOR
La convicción, esa fuerza ideológica generatriz del arte dentro de las sociedades divididas en clases, es por ahora motor de acción impetuosa, solamente para el joven proletario revolucionario. La burguesía decrépita está en plena descomposición ideológica. Su convicción es llama sin fuego. La voz cascada de su mortal escepticismo se escucha ya en todo el mundo y en todos los sectores de la vida. Por eso mismo, los pintores adictos a la lucha del proletariado tienen exclusivamente la palabra. Solamente ellos pueden producir arte emocionado y trascendentalmente representativo de la época actual. Solamente ellos pueden crear la estética del fin, de la vieja sociedad burguesa y del principio de la nueva sociedad comunista. Los otros, los adictos a la ideología burguesa, padecen la misma terrible degeneración. Su obra es el espejo de la decadencia capitalista.
PRODUCCIÓN PRESENTE Y FUTURA HOY
Plástica subversiva de ilegalidad durante el periodo actual y de asalto definitivo al poder por parte del proletariado. Plástica de proporciones materiales reducidas, de rápida ejecución, es decir, de ejecución mecánica de la mayor capacidad circulativa, es decir, de la más amplia multiejemplaridad; plástica de máxima psicología subversiva. Utilización de todas las oportunidades posibles de plástica monumental descubierta, para la formación de equipos que anticipen la técnica primordial del futuro próximo. MAÑANA Plástica de afirmación y edificación socialista para el periodo transitorio de dictadura proletaria. Plástica de combate definitiva, liquidadora de los residuos del poder capitalista. Plástica de captación ideológica definitiva de las grandes 68 masas. Plástica de afirmación doctrinaria. Plástica monumental de máximo ser- vicio público, es decir, plástica extraordinariamente mecánica-dialéctica. Plástica multiejemplar de vastas proporciones producida con los rotativos arrebatados a la especulación burguesa.
DESPUÉS
Plástica de la sociedad comunista ya edificada. Plástica integralmente humana, libre ya por completo de la opresión de las clases dominantes y de toda perturbación política. Plástica realmente pura por primera vez en la historia del mundo. Es decir: plástica bella de por sí, ajena por completo a toda intención anecdótica, descriptiva, imitativa, decorativa. Plástica de valor absoluto, intrínsecamente hablando sin nada de manía filosófica o literaria. Plástica generada por el solo placer inmenso de las texturas y de las formas y de los volúmenes y de los colores y de los ritmos de estos entre sí, por las texturas mismas y por las formas mismas y por los volúmenes mismos y por la coordinación de todos estos elementos entre sí, sin contar historias, sin pronunciar discursos, sin hablar de moral, etc., etc. Vestimenta plástica de la arquitectura, acentuadora de la anatomía de esta plástica. PLÁSTICA, para el servicio del más fino sentimiento estético de los hombres. La realización de un alto sentido de belleza que los mejores seres de todos los tiempos anhelaron para la humanidad entera y por lo cual lucharon utópicamente, sin saber que un fruto tal solamente podía florecer en una sociedad sin lucha de clases, esto es, en una sociedad comunista integral. Sin saber tampoco que ese fruto no podía ser realidad sino mediante el sacrificio de millones de proletarios y sin la muerte total de la sociedad capitalista explotadora de los hombres y opresora de la belleza.
Fuente: Crítica, Tendencia y Propaganda. Textos sobre Arte y Comunismo, 1917-1954. Juan José Gómez (ed.). Ediciones ISTPART. Sevilla, 2004