Título original: L'Aveu
Año: 1970
Duración: 135 min.
País: Francia
Dirección: Costa-Gavras
Guión: Jorge Semprún (Libro: Artur London)
Música: Giovanni Fusco
Fotografía: Raoul Coutard
Reparto: Yves Montand, Simone Signoret, Gabriele Ferzetti, Michel Vitold, Jean Bouise, Laszlo Szabo, Monique Chaumette, Guy Mairesse, Marc Eyraud, Gérard Darrieu, Gilles Segal, Charles Moulin, Nicole Vervil, Georges Aubert
Sinopsis: El guión de Jorge Semprún se basa en el libro homónimo de Artur London que narra en primera persona las purgas estalinistas de las que fueron víctimas los disidentes del Partido Comunista checoslovaco, entre ellos el propio London. Estas purgas tuvieron lugar en el famoso Proceso de Praga de 1952.
Artur London, checo, revolucionario, comunista, hombre de acción y pensamiento, vino a España como voluntario, encuadrándose en las Brigadas Internacionales. “Estoy aquí porque soy voluntario y daré, si es necesario, hasta la última gota de mi sangre para salvar la libertad de España, la libertad del mundo entero”, proclamaba. Después, terminada su lucha internacionalista, prosiguió en la Resistencia francesa contra los nazis. Detenido y deportado a Mauthausen consiguió, igual que uno de mis hermanos, sobrevivir a aquel infierno. El resto es conocido: 1945, liberación de Europa, capitulación de Alemania, París es una fiesta. Artur tiene 30 años y está delgado. Una juventud, que parecía eterna, entregada a la causa del antifascismo. Luego vino Stalin y los stalinistas checos: represión, juicio, cadena perpetua. Artur London era Viceministro de Asuntos Exteriores y fue uno de los condenados en el Proceso de Praga de 1952. Pero esta vez eran los suyos, y los jueces que le investigaban, sus compañeros. O los que él creía suyos: los nuestros. En 1956, excarcelado, rehabilitado, escribió este libro que tardó varios años, hasta 1963, en ver la luz de la imprenta en su país. Más tarde redactó "La confesión" (1968), sobre el stalinismo en Praga, obra que alcanzó fama mundial gracias a la película de Costa Gavras, "L'aveu" (Francia, 1970), con Yves Montand y Simone Signoret, guión del “cabeza de chorlito”, Pasionaria dixit, Jorge (George) Semprún, antiguo Ministro de Cultura del Reino de España.
Dice el impertinente Borges, o si no lo dice se lo atribuyo en este lance, que todos somos griegos en el exilio. Quizá nuestro origen cultural sea ese (o nos guste creerlo) y nos sintamos, en ocasiones, fuera de nuestro territorio intelectual. En realidad, prefiero situarme en un espacio más concreto, un lugar común para los que hemos transitado, con mayor o menor fortuna, los empedrados caminos del comunismo: todos hemos sido (o somos) stalinistas en el exilio. Titulo esta nota introductoria "Asuntos de familia en la dacha de Stalin". Artur London, como muchos de los jóvenes comunistas, dirigentes o no, que combatieron en la Guerra de España (una acertada denominación frente a los que, con perversas intenciones, llaman guerra civil a la guerra europea antifascista, antesala de la segunda mundial, que sufrió España entre 1936 y 1939), padecieron a su regreso las atroces embestidas del pensamiento único staliniano. Acusados de desviacionistas, trotskistas, herejes de variadas familias, anticomunistas, muchos de esos muchachos tuvieron un destino fatal e inesperado.
María Toledano, en "Asuntos de familia en la Dacha de Stalin", en El Otro País, noviembre de 2010.
Fuente: Rebeldemule
Fragmentos del capítulo cinco de La confesión, de Artur London: https://www.lainsignia.org/2002/noviembre/cul_056.htm
VER PELICULA CON SUBTITULOS EN CASTELLANO:
Año: 1970
Duración: 135 min.
País: Francia
Dirección: Costa-Gavras
Guión: Jorge Semprún (Libro: Artur London)
Música: Giovanni Fusco
Fotografía: Raoul Coutard
Reparto: Yves Montand, Simone Signoret, Gabriele Ferzetti, Michel Vitold, Jean Bouise, Laszlo Szabo, Monique Chaumette, Guy Mairesse, Marc Eyraud, Gérard Darrieu, Gilles Segal, Charles Moulin, Nicole Vervil, Georges Aubert
Sinopsis: El guión de Jorge Semprún se basa en el libro homónimo de Artur London que narra en primera persona las purgas estalinistas de las que fueron víctimas los disidentes del Partido Comunista checoslovaco, entre ellos el propio London. Estas purgas tuvieron lugar en el famoso Proceso de Praga de 1952.
Artur London, checo, revolucionario, comunista, hombre de acción y pensamiento, vino a España como voluntario, encuadrándose en las Brigadas Internacionales. “Estoy aquí porque soy voluntario y daré, si es necesario, hasta la última gota de mi sangre para salvar la libertad de España, la libertad del mundo entero”, proclamaba. Después, terminada su lucha internacionalista, prosiguió en la Resistencia francesa contra los nazis. Detenido y deportado a Mauthausen consiguió, igual que uno de mis hermanos, sobrevivir a aquel infierno. El resto es conocido: 1945, liberación de Europa, capitulación de Alemania, París es una fiesta. Artur tiene 30 años y está delgado. Una juventud, que parecía eterna, entregada a la causa del antifascismo. Luego vino Stalin y los stalinistas checos: represión, juicio, cadena perpetua. Artur London era Viceministro de Asuntos Exteriores y fue uno de los condenados en el Proceso de Praga de 1952. Pero esta vez eran los suyos, y los jueces que le investigaban, sus compañeros. O los que él creía suyos: los nuestros. En 1956, excarcelado, rehabilitado, escribió este libro que tardó varios años, hasta 1963, en ver la luz de la imprenta en su país. Más tarde redactó "La confesión" (1968), sobre el stalinismo en Praga, obra que alcanzó fama mundial gracias a la película de Costa Gavras, "L'aveu" (Francia, 1970), con Yves Montand y Simone Signoret, guión del “cabeza de chorlito”, Pasionaria dixit, Jorge (George) Semprún, antiguo Ministro de Cultura del Reino de España.
Dice el impertinente Borges, o si no lo dice se lo atribuyo en este lance, que todos somos griegos en el exilio. Quizá nuestro origen cultural sea ese (o nos guste creerlo) y nos sintamos, en ocasiones, fuera de nuestro territorio intelectual. En realidad, prefiero situarme en un espacio más concreto, un lugar común para los que hemos transitado, con mayor o menor fortuna, los empedrados caminos del comunismo: todos hemos sido (o somos) stalinistas en el exilio. Titulo esta nota introductoria "Asuntos de familia en la dacha de Stalin". Artur London, como muchos de los jóvenes comunistas, dirigentes o no, que combatieron en la Guerra de España (una acertada denominación frente a los que, con perversas intenciones, llaman guerra civil a la guerra europea antifascista, antesala de la segunda mundial, que sufrió España entre 1936 y 1939), padecieron a su regreso las atroces embestidas del pensamiento único staliniano. Acusados de desviacionistas, trotskistas, herejes de variadas familias, anticomunistas, muchos de esos muchachos tuvieron un destino fatal e inesperado.
María Toledano, en "Asuntos de familia en la Dacha de Stalin", en El Otro País, noviembre de 2010.
Fuente: Rebeldemule
Fragmentos del capítulo cinco de La confesión, de Artur London: https://www.lainsignia.org/2002/noviembre/cul_056.htm
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