Monumento a Mamsurov
Zaur Dzanagov
Escultura
2014
Parque de la Solidaridad de Fuenlabrada
A finales de 2014 varias agencias de noticias informaron sobre la instalación de un monumento a Mamsurov en el Parque de la Solidaridad de Fuenlabrada. Era el penúltimo paso de una larga historia que se remonta a los meses de otoño de 1936, cuando Madrid sentía cómo las fuerzas del Ejército de África se iban acercando a la ciudad para darle el golpe de gracia. Pero de esto se hablará después.
Lo cierto es que allá por el año 2013 la Fundación Cultural Benéfica Azanbek Dzhanaev, de Osetia del Norte-Alania, hizo al municipio de Rivas-Vaciamadrid una propuesta: instalar un monumento a este militar osetio con el fin de honrar su figura y, con ella, la de todos los Voluntarios que vinieron de la Unión Soviética para ayudar a la República española asediada por el fascismo. Se trataba de una donación generosa: los costes de producción, transporte e instalación corrían a cargo de esa Fundación ruso-osetia. El municipio solo tendría que habilitar un lugar para su instalación.
En el pleno municipal de 18 de julio de 2013 quedó aprobada la propuesta sobre la base del diseño que inicialmente presentó la Fundación. Y esto a pesar de la oposición de los concejales del PP y de la abstención del PSOE, que no veía claro el asunto. En aquel pleno se levantó de entre el público Jesús Fuentes, de Izquierda Republicana, la persona que ha gestionado todo este proyecto hasta su finalización: “Esta estatua, dijo, ejemplifica un hito en la defensa de la memoria histórica de los demócratas de este país. Y además, como republicano que soy, supone un hito que un 18 de julio tengamos algo que celebrar. Son muchas las razones para estar hoy muy contento”.
Meses más tarde se presentó un problema: cuando la Fundación osetia presentó el diseño definitivo del monumento se comprobó que no respondía al que se había aprobado en el Pleno. Y con harto dolor de su corazón el Ayuntamiento se vio obligado a declinar la generosa oferta. La Fundación entonces ofreció el proyecto al Ayuntamiento de Fuenlabrada, que finalmente lo aprobó.
En diciembre de 2014 quedó instalado el monumento, tal como se anunció en diversas agencias, a la espera de una fecha para su inauguración. Finalmente se realizó el lunes 16 de febrero de 2015.
En el frente del monumento está el busto del general sobre un pedestal que lleva la inscripción: DE ALANIA A ESPAÑA. En el cuerpo inferior trasero, a la izquierda, va escrito su nombre completo, JADYI UMAR MÁMSUROV, y el nombre con que se le conocía en España: XANTI. A la derecha, las últimas palabras del famoso discurso de Manuel Azaña: El mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: PAZ, PIEDAD, PERDÓN. El cuerpo superior cierra el monumento con bajorrelieves floreados y, en el centro, un hueco o ventana al horizonte con forma de campana.
Es, suponemos, la alusión que hace el autor de la obra, Zaur Dzanagov –un laureado artista de Osetia del Norte– al papel que Xanti jugó en España como organizador de los grupos de guerrilleros de la República. La novela de Ernest Hemingway, Por quién doblan las campanas, tributa indirectamente un homenaje a Mamsurov-Xanti, ya que en sus visitas al hotel Gaylord de Madrid, cuartel general de los asesores soviéticos, el novelista obtuvo importante información sobre los guerrilleros que luego utilizaría en su novela. Ilya Ehrenburg, escritor y periodista ruso, decía que a Hemingway “le gustaba Jadyi, hombre de un valor temerario que iba por la retaguardia enemiga (había nacido en el Cáucaso y podía pasar fácilmente por español)”.
El propio Xanti recordó años después estos encuentros: “No tenía deseos de reunirme con Hemingway, pero Koltsov insistió. No me produjo una gran impresión, al contrario me pareció un poco desagradable. A los osetios no les gusta empinar el codo... La segunda vez nos entendimos en un español macarrónico. Charlamos tres días consecutivos desde las seis de la tarde hasta la medianoche. No di nombres, solo caracteres… Mi esposa [Pauline Abramson] y yo leímos Por quién doblan las campanas. La novela está muy bien escrita pero hay pasajes no muy acertados. Hemingway no comprendió muchos hechos acaecidos en España. Mas sobre las guerrillas escribió con admiración, conmovido y, diría, con cariño”.
Pero, finalmente, ¿quién era este “Xanti”? Nacido en 1903 en Olginskoye, un pueblecito de Osetia del Norte, este hijo de campesinos se integró muy joven en el Ejército Rojo con el que hizo la guerra civil desde 1918 hasta su triunfo en 1921. Se graduó en una Escuela Militar y luego haría nuevos cursos de formación, especializándose en labores de información militar y contraespionaje.
En septiembre de 1936 marchó voluntario a España con el rango de Mayor, ascendiendo pronto a Coronel. Trabajó en Madrid, tal como él mismo recordó en notas que dejó escritas: “Era yo el consejero adjunto al general Rojo y también consejero de los jefes de unidades que llegaban a Madrid (noviembre de 1936 a enero de 1937). El consejero jefe era B. Goriev y sus sustitutos Ratner y Lvovich. Fui consejero de Buenaventura Durruti y del italiano Nino Nanetti. Además me tocó ser instructor de ametralladoras. Trabajé con Pedro Checa en la capacitación de cuadros especiales. En una palabra, hice lo que debía”.
Al reducirse la amenaza sobre Madrid, Xanti pasó a otra tareas. Vicente Rojo, Jefe del Estado Mayor de la Defensa de Madrid, promovió la creación de las primeras unidades guerrilleras adscritas al nuevo Ejército de la República. Hacia mediados de enero de 1937 el Ministerio de Defensa aprobó el Plan para información, destrucciones y levantamiento en masa de la región de Extremadura, plan que sería dirigido por el coronel Xanti y el coronel Daivis(¿), para lo que se crearon inicialmente dos escuelas de guerrilleros en Madrid y Valencia. Pronto se fueron formando compañías de guerrilleros (Grupos de Servicios Especiales) que, con el paso de los meses se convertirían, ya en octubre de 1937, en el Servicio de Información de Acción Militar (S.I.A.M.), embrión del futuro XIV Cuerpo de Ejército guerrillero. Xanti no fue el jefe de éste, como a veces se afirma, pero sí estuvo en todo el proceso de su gestación.
Ya en la Guerra mundial Mamsurov mandó una división de caballería que tuvo importantes misiones y éxitos desde Ucrania hasta Alemania. Su división liberó varios campos de concentración e infligió severas pérdidas al enemigo nazi, lo que le valió la concesión del Título de Héroe de la Unión Soviética y, años más tarde, otras muchas medallas y el ascenso a General. La campaña contra el fascismo que había iniciado en 1936 se vio coronada con el triunfo, excepto en España.
Mamsurov está en la memoria viva de Osetia y los osetios quieren que también forme parte de la memoria antifascista de España. De ahí su interés por poner este monumento en Madrid (empeño ahora difícil) o cerca de Madrid: Fuenlabrada ha hecho posible ese sueño.
Mamsurov, como todos los Voluntarios que vinieron a ayudar a la República, se merecen el aprecio de los demócratas antifascistas de España y del mundo. Su ejemplo generoso sigue siendo válido en este mundo marcado por los "ideales" capitalistas: amasar fortunas a costa de la mayoría, corromper la libertad y la dignidad de las personas.
Fuente: Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales