Madres y Niños
GUAYASAMIN, Oswaldo (1919-1999)
Acrílico sobre paneles de madera, tres de ellos en relieve.
472 x 600 cms
Sede de la UNESCO
Donación de la Fundación Guayasamín para UNESCO, esta pintura que decora el hall de entrada a sala del Consejo Ejecutivo tiene por título : « Madres y niños ».
Lo que llama la atención en esta obra, es antes de todo su tamaño: 4,72 m de altura sobre 6 m de longitud. El espectador parece aplastado por los personajes pintados sobre toda la altura. Sus cuerpos aparecen imponentes, esqueléticos y entremezclados entre ellos. El color amarillo, casi omnipresente en muchas pinturas deeste pintor, da una impresión de masa, donde destacan los rostros en relieve en azul. ¿Quiénes son? Sin duda, los niños víctimas dramáticas de los horrores de este mundo y que expresan sucesivamente la tristeza, la consternación y el terror. Es por éso, que las madres sufren al dejar a su niño enfrentarse al mundo apocalíptico que nos pinta Guayasamín a través de sus protagonistas.
Los personajes de Guayasamín se parecen todos en su morfología y sus gestos particulares. Uno de los más importantes trabajos del artista, es la serie de pinturas titulada: Las Manos, que es parte de la colección: « La Edad de la Ira ». Doce pinturas al óleo representan retratos torturados donde las manos, grandes, están dibujadas como representación de sentimientos como el terror, el silencio, la protesta y la oración. En obra ofrecida a la UNESCO, las manos tienen el mismo sentido: expresar el sufrimiento soportado por las madres que cubren los rostros amedrentados para ilustrar el miedo, la tristeza o la inquietud, es una obra dedicada a “la desesperación, la angustia y la desolación que reflejan los rostros de las mujeres que ven a sus hijos fusilados por la espalda en las grandes ciudades del Tercer Mundo; de niños, con sus ojos, hígados o corazones arrancados para ser vendidos en el llamado Primer Mundo. Sus hijos, sus niños, son víctimas de violaciones, de la tortura policial, de las dictaduras militares o civiles y de la bestia de las guerras. Millones de niños que mueren de hambre o de enfermedades fácilmente curables, sin escuelas, sin hogar, deambulando por las calles o la tierra seca; niños-viejos sin un día de alegría, con sus grandes ojos húmedos, brillantes de tristeza. Víctimas, que ni siquiera entienden su dolor… ¡solamente el miedo!”
También es importante destacar como los cuerpos de los personajes siguen el sentimiento que les anima: vemos en la mujer una imagen de protección, encorvada sobre su niño que le envuelve con sus manos y brazos. La ternura de la madre por su niño, es un tema mayor en las pinturas de Guayasamín, tema también presente, en la serie: « La Edad de la Ternura » que realiza como homenaje del pintor a su madre, pero también, a todas las madres que son para él, el símbolo mismo de la “defensa por la vida”.
Además de su voluntad constante por denunciar la pobreza, el hambre, la infamia, la violencia y la tortura, expresa también sus ideales y sueños, adjuntando sufrimientos con esperanza y paciencia. La expresión de rostros en sufrimiento, dejan traspasar tragedias milenarias de la Humanidad, reflejado en los rasgos lívidos y demarcados, siempre presentes en sus obras.