1. Nació en la URSS y su desintegración fue una tragedia para él
Iskander nació en 1929 en Sujumi (capital de Abjasia), su padre era un iraní que se había casado con una joven de la aldea de Cheguem, en el Cáucaso. Entonces Abjasia formaba parte de Georgia. El escritor recordaba con cariño aquella ciudad multiétnica en la que abjasios, georgianos, armenios y rusos convivían pacíficamente. Las discordias entre Abjasia y Georgia comenzaron en los años 90, y en 2008, tras un conflicto armado con Georgia, Abjasia declaró su independencia de forma unilateral.
Tras la caída de la URSS, Iskander declaró que aquello era una “enorme tragedia”: “Esta fue la caída de una comunidad llena de humanidad. En un estado en el que antes coexistían distintos grupos étnicos, ahora hay xenofobia y hostilidad hacia los caucásicos y hacia otras etnias. Hace poco mi hijo me preguntó si me producía malestar el hecho de formar parte de, según lo llaman ahora, las personas de etnia caucásica. ¡Nunca antes había habido aquí estas tonterías!”.
2. Sagas nacionales al estilo de Faulkner
“Soy un escritor ruso y un cantante abjasio”, decía Iskander. Su gran antología dedicada a Abjasia, Sandro de Cheguem, está traducida a muchas lenguas europeas. Se canta a Abjasia y suena la poesía de su sociedad patriarcal.
“El lector siente nostalgia por este mundo tan lleno de armonía, y por otro lado, en Sandro reconoce detalles realistas de la vida real, en la que también hay lugar para la malicia, las artimañas y el engaño. Por eso Sandro es una obra sobre la contemporaneidad y a la vez sobre la infancia de la humanidad. Creo que esta unión da una sensación de verdad y de perfección armoniosa que todo el mundo añora”, comentaba el escritor en una entrevista para Rossiyskaya Gazeta.
3. Nominado al Premio Nobel
Iskander ha obtenido numerosos premios rusos y abjasios, y fue nominado al Premio Nobel por Sandro de Cheguem. En la declaración del Nobel, el escritor Andréi Bitov, miembro del centro PEN ruso, escribía: “Llegó al realismo mágico sin saber lo que era, él que había nacido por una feliz coincidencia en un pequeño y fascinante país, Abjasia, en la costa del Mar Negro. Este país era para él una lupa a través de la que podía ver todo el imperio soviético”.
4. Publicaciones clandestinas
Las obras de Iskander El pequeño gigante del gran sexo y Venganza formaron parte de la antología de literatura no censurada Metropol. En ella también se publicaron obras de autores como Vasili Aksiónov, Vladímir Visotski, Bella Ajmadúlina y muchos otros. Las obras, que no habían sido admitidas en la imprenta oficial, se distribuyeron en samizdat, autoediciones: se imprimían y se repartían a mano. En 1979 en Moscú se repartieron en secreto 12 ejemplares de la antología. Uno de ellos fue a parar a EE UU y fue publicado por la editorial Ardis.
5. Comparado con Lev Tolstói y Antón Chéjov
Una de las obras más conocidas de Iskander, Conejos y serpientes, se publicó en la URSS en 1982. Es una parábola filosófica sobre las relaciones entre las clases altas y bajas de sociedad explicadas de forma metafórica. En ella se muestra un país inventado en el que viven conejos y serpientes. El autor concebía esta parábola como el “modelo de un Estado demagógico”.
El libro fue un éxito entre los intelectuales soviéticos. Muchas de sus frases se han convertido en citas populares (“Quienes hablan mucho sobre las victorias, o han olvidado la verdad o se esconden de ella”), y el nombre del autor comenzó a aparecer junto a los de los clásicos: Antón Chéjov, Lev Tolstói, George Orwell, etc. Iskander fue bautizado como “el Gabriel García Márquez ruso”.
Fuente: Rusia Hoy