"1936", POEMA DE LUIS CERNUDA
Pocos años antes de morir, como refleja Antonio Rivero Taravillo en su muy documentada biografía en dos libros de Luis Cernuda (Años españoles, 1902-1938, y Años de exilio, 1938-1963, ed. Tusquets), visitó el poeta una universidad de los Estados Unidos con objeto de leer allí algunos de sus poemas. Fue en ese acto, al terminar su recital, cuando Cernuda se encontró con un ex soldado voluntario de la Brigada Lincoln que lo vino a saludar con la emoción reverdecida por la evocación que los versos habían sembrado en su memoria. El poema se titula 1936 y dice así:
1936
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
cuando asqueados de la bajeza humana,
cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.
En 1961 y en ciudad extraña,
más de un cuarto de siglo
después. Trivial la circunstancia,
forzado tú a pública lectura,
por ella con aquel hombre conversaste:
Un antiguo soldado
en la Brigada Lincoln.
Veinticinco años hace, este hombre,
sin conocer tu tierra, para él lejana
y extraña toda, escogió ir a ella
y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida,
juzgando que la causa allá puesta al tablero
entonces, digna era
de luchar por la fe que su vida llenaba.
Que aquella causa aparezca perdida,
nada importa;
Que tantos otros, pretendiendo fe en ella
sólo atendieran a ellos mismos,
importa menos.
Lo que importa y nos basta es la fe de uno.
Por eso otra vez hoy la causa te aparece
como en aquellos días:
noble y tan digna de luchar por ella.
Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido
a través de los años, la derrota,
cuando todo parece traicionarla.
Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.
Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias por que me dices
que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.
LUIS CERNUDA