Título Original: En mai fais ce qu’il te plait
Dirección: Christian Carion
Guión: Christian Carion, Andrew Bampfield, Laure Irrmann
País: Francia
Año: 2015
Duración: 114 min
Fotografía: Pierre Cottereau
Música: Ennio Morricone
Género: Drama
Interpretación: August Diehl, Olivier Gourmet, Mathilde Seigner, Alice Isaaz, Matthew Rhys, Joshio Marlon, Thomas Schmauser, Laurent Gerra, Jacques Bonnaffé, François Godart…
Estreno en España: 6 de mayo de 2016
Sinopsis: En mayo de 1940, Francia se derrumba y millones de personas huyen hacia el sur ante el avance del ejército alemán. Entre ellas hay un comunista alemán que escapó del nazismo y que busca a la maestra de un pueblo a quien había confiado a su hijo.
Decía Tucídides, político e historiador de la antigua Grecia, que “la historia es un incesante volver a empezar”. Uno no puede más que darle la razón cuando asiste a los hechos que Mayo de 1940 describe: el éxodo que iniciaron cientos de miles de franceses buscando huir de la guerra durante la ocupación alemana de su país, en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Una situación que puede llegar a ser desconocida para nosotros, pero que, cuando la tienes ante tus ojos, irremediablemente te recuerda a la situación actual de los refugiados en Europa.
Mayo de 1940 es un drama histórico, basado en hechos reales, dirigido por el francés Christian Carion. En él, Carion demuestra una vez más su gusto por los acontecimientos del pasado ignorados por la sociedad. Si en la excelente Feliz Navidad, con la que consiguió una nominación a los Oscar, recordaba el alto el fuego entre alemanes, británicos y franceses durante la Nochebuena de 1914, en plena Primera Guerra Mundial, en esta ocasión, nos traslada a mayo de 1940, mes en el que comenzó la ocupación de las tropas de Hitler al país galo. En ese contexto, un padre -alemán emigrante y comunista- busca desesperadamente a su hijo, del que se había hecho cargo la maestra del pueblo donde vivían tras su arresto por las autoridades francesas acusado de espionaje. Con el avance alemán sobre el país, ambos comienzan un viaje paralelo con la única intención de reencontrarse.
Mayo de 1940 transmite una gran sensibilidad en los planos, en los que se le da una gran importancia a la campiña francesa y al mundo rural, y los reviste de una gran luminosidad, en contraste con la oscuridad que poco a poco se cierne sobre el país. Los personajes poseen un gran humanismo, y son muy generosos ante el sufrimiento. Desde el padre (August Diehl) y el hijo (Joshio Marlon), a la maestra (Alice Isaaz) o a la gente del pueblo, no hay un ápice de maldad en ninguna de sus decisiones e incluso algunos personajes rozan la ingenuidad.
Sin embargo, a pesar de ser una bonita historia de amor paternofilial, el foco de Carion no está puesto sobre ella. Su verdadero objetivo es remarcar el sufrimiento y la persecución de la que fueron víctimas los franceses durante la invasión de su país. Un dolor que Carion conoce de primera mano, pues su madre formó parte de este éxodo, y que ha intentado transmitir con detalle. Por ello, la película se torna en homenaje a todos aquellos que cargados de todas sus provisiones, abandonaron sus hogares en el norte del país y caminaron hacia el sur por los caminos rurales en busca de una tranquilidad que no encontrarían. Un homenaje melancólico, de aire triste, acentuado por la melodía de Ennio Morricone. El maestro de la música, una vez más, vuelve a dejar huella, y Carion consigue lo que pretendía desde el principio.
Crítica de Pablo Gugel – Colaborador de CinemaNet
Dirección: Christian Carion
Guión: Christian Carion, Andrew Bampfield, Laure Irrmann
País: Francia
Año: 2015
Duración: 114 min
Fotografía: Pierre Cottereau
Música: Ennio Morricone
Género: Drama
Interpretación: August Diehl, Olivier Gourmet, Mathilde Seigner, Alice Isaaz, Matthew Rhys, Joshio Marlon, Thomas Schmauser, Laurent Gerra, Jacques Bonnaffé, François Godart…
Estreno en España: 6 de mayo de 2016
Sinopsis: En mayo de 1940, Francia se derrumba y millones de personas huyen hacia el sur ante el avance del ejército alemán. Entre ellas hay un comunista alemán que escapó del nazismo y que busca a la maestra de un pueblo a quien había confiado a su hijo.
Decía Tucídides, político e historiador de la antigua Grecia, que “la historia es un incesante volver a empezar”. Uno no puede más que darle la razón cuando asiste a los hechos que Mayo de 1940 describe: el éxodo que iniciaron cientos de miles de franceses buscando huir de la guerra durante la ocupación alemana de su país, en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Una situación que puede llegar a ser desconocida para nosotros, pero que, cuando la tienes ante tus ojos, irremediablemente te recuerda a la situación actual de los refugiados en Europa.
Mayo de 1940 es un drama histórico, basado en hechos reales, dirigido por el francés Christian Carion. En él, Carion demuestra una vez más su gusto por los acontecimientos del pasado ignorados por la sociedad. Si en la excelente Feliz Navidad, con la que consiguió una nominación a los Oscar, recordaba el alto el fuego entre alemanes, británicos y franceses durante la Nochebuena de 1914, en plena Primera Guerra Mundial, en esta ocasión, nos traslada a mayo de 1940, mes en el que comenzó la ocupación de las tropas de Hitler al país galo. En ese contexto, un padre -alemán emigrante y comunista- busca desesperadamente a su hijo, del que se había hecho cargo la maestra del pueblo donde vivían tras su arresto por las autoridades francesas acusado de espionaje. Con el avance alemán sobre el país, ambos comienzan un viaje paralelo con la única intención de reencontrarse.
Mayo de 1940 transmite una gran sensibilidad en los planos, en los que se le da una gran importancia a la campiña francesa y al mundo rural, y los reviste de una gran luminosidad, en contraste con la oscuridad que poco a poco se cierne sobre el país. Los personajes poseen un gran humanismo, y son muy generosos ante el sufrimiento. Desde el padre (August Diehl) y el hijo (Joshio Marlon), a la maestra (Alice Isaaz) o a la gente del pueblo, no hay un ápice de maldad en ninguna de sus decisiones e incluso algunos personajes rozan la ingenuidad.
Sin embargo, a pesar de ser una bonita historia de amor paternofilial, el foco de Carion no está puesto sobre ella. Su verdadero objetivo es remarcar el sufrimiento y la persecución de la que fueron víctimas los franceses durante la invasión de su país. Un dolor que Carion conoce de primera mano, pues su madre formó parte de este éxodo, y que ha intentado transmitir con detalle. Por ello, la película se torna en homenaje a todos aquellos que cargados de todas sus provisiones, abandonaron sus hogares en el norte del país y caminaron hacia el sur por los caminos rurales en busca de una tranquilidad que no encontrarían. Un homenaje melancólico, de aire triste, acentuado por la melodía de Ennio Morricone. El maestro de la música, una vez más, vuelve a dejar huella, y Carion consigue lo que pretendía desde el principio.
Crítica de Pablo Gugel – Colaborador de CinemaNet