Fueron los propios vecinos los que levantaron la estatua. Es en la ciudad natal del exdirigente chino Hua Guofeng.
Más de mil personas se han congregado fuera del lugar donde está enterrado un exlíder del Partido Comunista de China (PCCh) en la provincia norteña de Shanxi para protestar contra la intención de las autoridades de derribar una estatua en su memoria.
Según publica el diario hongkonés South China Morning Post (SCMP), fueron los propios vecinos los que levantaron la estatua de bronce de Hua Guofeng, a quien Mao Zedong eligió para sucederle de 1976 a 1981, a finales de enero en Jiaocheng (Shanxi), ciudad natal del exdirigente.
Menos de un mes después, a mediados de febrero, con motivo del 95 aniversario del nacimiento de Hua, algunos residentes de Jiaocheng detectaron indicios de los planes de las autoridades para derribar la efigie.
"La estatua estaba cubierta con telas rojas y había un andamio a su alrededor, así que la gente empezó a proteger la estatua", explicó un vecino a la página Sina.cn., según recoge el SCMP.
Algunas fotografías y vídeos publicados en redes sociales muestran a una multitud alrededor de la escultura y a la policía intentando dispersar a los vecinos.
Las protestas continuaron al menos hasta el jueves, a las que se sumaron ciudadanos de otras provincias, por lo que el plan de derribar la estatua se encuentra detenido por el momento, señala el diario.
Aunque Hua fue sólo un líder de transición entre Mao y Deng Xiaoping, sigue siendo una figura muy respetada en su provincia, y algunos de los residentes que acudieron a protestar manifestaron su preocupación acerca de que el plan de derribar la estatua indica una última intención de las autoridades de abandonar el maoísmo.
Una estatua de Mao Zedong sentado, de 37 metros de altura, que se había convertido en la más grande de China dedicada al Gran Timonel, fue demolida el pasado mes en la provincia central de Henan por "carecer de la aprobación de las autoridades"
Mao sigue siendo venerado en China como el fundador del actual régimen, como prueba el hecho de que su retrato y su cuerpo embalsamado se encuentren en el corazón simbólico de la República Popular, la plaza de Tiananmen.
Sin embargo, los actuales líderes chinos, con el presidente Xi Jinping a la cabeza, intentan reducir en la medida de lo posible los homenajes al maoísmo por ser también una época de triste recuerdo, con grandes dramas como la Revolución Cultural o las hambrunas del Gran Salto Adelante.
Fuente: 20minutos