En 1969 la Galería Grises de Bilbao exponía por primera vez la serie Guernica en la que este grupo de artistas de origen valenciano conjugó la obra picassiana con las fórmulas artísticas del Pop Art. El Equipo Crónica tiene su origen en el grupo de la Estampa Popular valenciana, un colectivo que pretendía que su arte, de fuerte crítica social y política, llegara a todo el público posible. De ella se escindirían Rafael Solbes, Manuel Valdés y Juan Antonio Toledo para formar el Equipo Crónica, que finalmente sería liderado por los dos primeros, después de que Toledo abandonara el grupo sólo un año después de la formación del mismo.
Activo entre 1965 y 1981, el Equipo Crónica plantea sus intenciones en el propio nombre dado al grupo: por una parte, critica el tradicional individualismo artístico y apuesta por un arte colectivo, en “equipo”, y de esa forma, anónimo; por otra parte, su arte es “crónica” de una realidad, una crítica social y política del momento con la que pretende hacer reaccionar y reflexionar al espectador. Y todo ello expresado de la misma manera que hiciera el Pop Art americano e inglés, es decir, mediante un arte cuyos temas, figuración y lenguaje proceden de la cultura visual de la sociedad: medios de comunicación, cómics, historia del arte…unas imágenes que manipulan y descontextualizan para mostrar, desde un punto de vista irónico y de denuncia, una realidad determinada.
Como ya hiciera con otros maestros de la pintura española, (Velázquez, Goya…), el Equipo Crónica se sirve de uno de los lienzos más influyentes y relevantes del siglo XX, el Guernica, para reinterpretarlo a través de las formas del Pop: en esta serie el dramatismo y violencia del cuadro bélico de Picasso, se fusionan con la ironía y el humor del Pop Art, tratando de mostrar así su oposición al régimen franquista y a la política de represión de entonces.
Uno de los principales recursos para el Equipo Crónica será el cómic, tal y como podemos comprobar en pinturas como El intruso. En ella un personaje ha irrumpido de repente en la obra de Picasso: es nada menos que el Guerrero del Antifaz, protagonista de la colección de tebeos que alcanzó enorme popularidad durante la España de los años cuarenta. Este héroe medieval que, espada en mano, arrasa con aquello que se interpone en su camino, parece alusión clara al franquismo y a la represión.
En otra pieza de la serie, la serigrafía Guernica, el caballo, el candil y la lámpara del techo que aparecen en el lienzo del malagueño, se combinan con los colores brillantes propios del cómic y con un recurso fundamental de este tipo de publicaciones como es la onomatopeya (Whaam!). Un elemento éste que sin duda nos recuerda la de obra otros artistas pop, especialmente Lichtenstein, y que en la serigrafía del Equipo Crónica acompaña al dibujo para acentuar el tono violento y “explosivo” de la composición.
También La visita despierta cuanto menos la curiosidad del espectador: las figuras del cuadro de Picasso parecen intentar escapar del lienzo en que se encuentran, ante la llegada a la sala de miembros representantes del poder y de las instituciones políticas, que de nuevo se ven así cuestionadas.
La serie Guernica (a la que también pertenecen Después de la batalla y El embalaje) aúna por tanto los recursos figurativos del Pop con una fuerte condena a la situación política y social, rasgo este último que caracteriza al Pop Art español frente al realizado en otros países. Y qué mejor que realizar esta condena recurriendo a Picasso y a su Guernica, denuncia por excelencia de las miserias y violencia que la dictadura y la guerra habían dejado a su paso.
A pesar de la distancia artística e histórica que puede existir entre la obra de Picasso y el arte pop del Equipo Crónica, ambos parecen encarnar las palabras que en su día el pintor malagueño pronunciara a un periodista:
“¿Qué cree usted que es un artista? ¿Un imbécil que sólo tiene ojos si es pintor, oídos si es músico o una lira que ocupa todo su corazón si es poeta? Bien al contrario, es un ser político, constantemente consciente de los acontecimientos estremecedores, airados o afortunados a los que responde de todas maneras. No, la pintura no se hace para decorar pisos”.
Fuente: La estela de Picasso
Activo entre 1965 y 1981, el Equipo Crónica plantea sus intenciones en el propio nombre dado al grupo: por una parte, critica el tradicional individualismo artístico y apuesta por un arte colectivo, en “equipo”, y de esa forma, anónimo; por otra parte, su arte es “crónica” de una realidad, una crítica social y política del momento con la que pretende hacer reaccionar y reflexionar al espectador. Y todo ello expresado de la misma manera que hiciera el Pop Art americano e inglés, es decir, mediante un arte cuyos temas, figuración y lenguaje proceden de la cultura visual de la sociedad: medios de comunicación, cómics, historia del arte…unas imágenes que manipulan y descontextualizan para mostrar, desde un punto de vista irónico y de denuncia, una realidad determinada.
Como ya hiciera con otros maestros de la pintura española, (Velázquez, Goya…), el Equipo Crónica se sirve de uno de los lienzos más influyentes y relevantes del siglo XX, el Guernica, para reinterpretarlo a través de las formas del Pop: en esta serie el dramatismo y violencia del cuadro bélico de Picasso, se fusionan con la ironía y el humor del Pop Art, tratando de mostrar así su oposición al régimen franquista y a la política de represión de entonces.
Uno de los principales recursos para el Equipo Crónica será el cómic, tal y como podemos comprobar en pinturas como El intruso. En ella un personaje ha irrumpido de repente en la obra de Picasso: es nada menos que el Guerrero del Antifaz, protagonista de la colección de tebeos que alcanzó enorme popularidad durante la España de los años cuarenta. Este héroe medieval que, espada en mano, arrasa con aquello que se interpone en su camino, parece alusión clara al franquismo y a la represión.
Equipo Crónica, El intruso, 1969
En otra pieza de la serie, la serigrafía Guernica, el caballo, el candil y la lámpara del techo que aparecen en el lienzo del malagueño, se combinan con los colores brillantes propios del cómic y con un recurso fundamental de este tipo de publicaciones como es la onomatopeya (Whaam!). Un elemento éste que sin duda nos recuerda la de obra otros artistas pop, especialmente Lichtenstein, y que en la serigrafía del Equipo Crónica acompaña al dibujo para acentuar el tono violento y “explosivo” de la composición.
Equipo Crónica, Guernica, 1971
También La visita despierta cuanto menos la curiosidad del espectador: las figuras del cuadro de Picasso parecen intentar escapar del lienzo en que se encuentran, ante la llegada a la sala de miembros representantes del poder y de las instituciones políticas, que de nuevo se ven así cuestionadas.
Equipo Crónica, La visita, 1969
La serie Guernica (a la que también pertenecen Después de la batalla y El embalaje) aúna por tanto los recursos figurativos del Pop con una fuerte condena a la situación política y social, rasgo este último que caracteriza al Pop Art español frente al realizado en otros países. Y qué mejor que realizar esta condena recurriendo a Picasso y a su Guernica, denuncia por excelencia de las miserias y violencia que la dictadura y la guerra habían dejado a su paso.
Equipo Crónica, El embalaje, 1969
A pesar de la distancia artística e histórica que puede existir entre la obra de Picasso y el arte pop del Equipo Crónica, ambos parecen encarnar las palabras que en su día el pintor malagueño pronunciara a un periodista:
“¿Qué cree usted que es un artista? ¿Un imbécil que sólo tiene ojos si es pintor, oídos si es músico o una lira que ocupa todo su corazón si es poeta? Bien al contrario, es un ser político, constantemente consciente de los acontecimientos estremecedores, airados o afortunados a los que responde de todas maneras. No, la pintura no se hace para decorar pisos”.
Fuente: La estela de Picasso